Los términos de crisis alimentaria, inseguridad alimentaria y hambruna se usan para expresar las necesidades relacionadas con la escasez de alimentos; sobre todo en algunos países y regiones del mundo donde este mal hace estragos. En los últimos años Haití ha sido uno de esos países donde el tema alimentario, con todas sus acepciones, ha sido nombrado.

Se ha oído hablar de estas terminologías al observar el ambiente político y social del pueblo haitiano. Y al escuchar esas expresiones conceptualmente se cree que tratan de lo mismo, cuando no es así. Una crisis alimentaria es la falta de alimentos en una población que no satisface sus necesidades básicas de comida.

En ocasiones, esas conmovedoras situaciones tienen sus origines en las guerras, pobreza, cambios extremos del clima, eventos que afectan a la agricultura y producción de alimentos, llevando a la población a sufrir carencias importantes de alimentos por los altos precios en los productos.

Sobre la segunda expresión, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) expresa que “la inseguridad alimentaria se produce cuando las personas no tienen acceso regular y permanente a alimentos en cantidad y calidad suficientes para sobrevivir”.

Esto quiere decir que, la inseguridad alimentaria, es cuando “una persona experimenta incertidumbre sobre cuándo, cómo y cuánto comerá en su próxima comida, lo que pone en riesgo su nutrición, salud y bienestar”, (Programa Mundial de Alimentos -PMA-).

En el caso de la definición de hambruna, se produce cuando la cantidad de alimentos disponibles no alcanzan para satisfacer las necesidades nutricionales de la población, una situación que provoca cuadros de desnutrición y un incremento de la mortalidad por hambre. “Es aquella situación en la que una comunidad, país o región no puede acceder a una dieta básica para su supervivencia”. (ACNUR).

La pobreza masiva, las guerras o desastres por fenómenos naturales golpean los sistemas de producción, profundizando la escasez de comida en momentos en que la mayoría de los habitantes no tienen acceso a los alimentos.

Cuando escuchamos por los medios de comunicación hablar de que la población haitiana sufre o pasa por un estado de hambruna debido al escenario de violencia y de ingobernabilidad que vive esa nación, no se está planteando el problema de forma correcta. Se pueden contar con los dedos de las manos los países del mundo en los que se han vivido experiencias de hambrunas por inanición y enfermedades por carencias de alimentos.

Lo que sucede en Haití, con el respeto de esa nación, es que una parte de su población, la más pobre, sufre de inseguridad alimentaria. Pues tienen a miles de personas sin acceso regular y permanente a los alimentos en la cantidad y la calidad suficiente.

Sin embargo, programas de ayudas, iniciativas de agencias y organizaciones no gubernamentales, así como empresas privadas y países amigos de la nación haitiana, están contribuyendo a solventar el problema. Las estrategias para superar la inseguridad alimentaria son de corto y largo plazo, sin embargo, en Haití por el momento los intercambios comerciales con otras naciones están facilitando que uno u otros alimentos entren a su territorio.  El problema radica en que no son suficientes para la población.

Los pasos rápidos que un país deberá realizar para superar una situación de inseguridad alimentaria es el de mejorar la producción de productos, respaldando a sus agricultores locales. Eliminar las barreras comerciales que promuevan el acceso a más mercados internacionales. Ofrecer asistencia directa con alimentos a los hogares afectados y estimular la inversión en seguridad alimentaria y nutricional sostenible.