El 16 de agosto de 1946, en la segunda vuelta de las elecciones, el Sr. Dumarsais Estimé, diputado por Verrettes y antiguo ministro de Instrucción Pública y Agricultura, obtiene la mayoría de los votos de la Asamblea Nacional como presidente de la República de Haití para un mandato de cinco años.
Una ley del 15 de octubre de 1946 crea una comisión especial encargada de investigar la administración del ex presidente Elie Lescot y de "investigar todos los hechos de corrupción, malversación y desvío de fondos denunciados por el clamor público". Otra ley de 28 de febrero de 1947 secuestró los bienes del antiguo jefe del Estado, de los miembros de su gobierno y de todas las demás personas implicadas hasta que se produjera una decisión judicial.
Del mismo modo que había transformado la ciudad fronteriza de Belladère de acuerdo con las normas de urbanismo e higiene pública, el gobierno del Sr. Dumarsais Estimé se comprometió a sanear y embellecer los barrios bajos de la capital, que ofrecían el aspecto más miserable. Para llevar a cabo esta transformación, firmó un contrato con la Haiti Commerce Co el 19 de julio de 1948, para la ejecución de las obras de ingeniería y arquitectura necesarias para una Exposición del Bicentenario de Puerto Príncipe que se organizaría en conmemoración de la fundación de esta ciudad por los franceses en 1749. Estas obras estaban valoradas, según el pliego de condiciones, en 3.995.998 dólares.
Las Naciones Unidas y numerosos países americanos y europeos, en particular Estados Unidos, Venezuela, Chile, Guatemala, Cuba, Puerto Rico, la provincia de Quebec, Francia, Italia, Bélgica y San Marino, participaron brillantemente en la Exposición.
La inauguración de la Exposición, el 8 de diciembre de 1949, dio lugar a un emotivo acontecimiento religioso. Durante la ceremonia de inauguración, presidida por el Cardenal Arteaga, Arzobispo de La Habana, asistido por ocho obispos, se oyó la voz misma del Papa Pío XII que, desde la emisora de radio del Vaticano, dirigía su bendición al pueblo de Haití y expresaba sus deseos de paz universal, de la que la Exposición de Puerto Príncipe era una manifestación significativa en estos tiempos agitados de la historia mundial.
Las relaciones entre el gobierno haitiano y el gobierno dominicano se habían enfriado considerablemente en los últimos meses de la administración del Sr. Elie Lescot. Habían vuelto a ser cordiales, como parecía atestiguar el intercambio de misiones oficiales en enero y abril de 1947 y, sobre todo, la elevación al rango de embajada de las legaciones de ambos países.
En el segundo semestre de 1949 surgió una nueva tensión, que se agudizó peligrosamente a finales del mismo año. El Gobierno remitió en dos ocasiones el conflicto al Consejo de la Organización de Estados Americanos, el cual, tras una investigación, adoptó en su sesión del 8 de abril de 1950 una serie de recomendaciones que debía presentar a los dos Gobiernos con vistas a la normalización de sus relaciones. Una de estas recomendaciones sugería que estudiaran los términos de un acuerdo que incluyera: 1) cláusulas especiales destinadas a impedir que los habitantes, nacionales o extranjeros, de uno u otro país participaran en empresas de cualquier clase que pudieran alterar el orden dentro del país vecino; 2) normas relativas al empleo y protección de los trabajadores haitianos en la República Dominicana.
El 1 de julio de 1949, el poder legislativo aprobó una ley de revisión constitucional. Denunciaba 21 artículos y los artículos A y E de las disposiciones transitorias de la reciente Constitución de 1946. Como el artículo A fijaba el final del mandato del Sr. Dumarsais Estimé en el 15 de mayo de 1952, todo el mundo comprendió que el proyecto de revisión no tenía otra finalidad que permitirle prorrogar su mandato, contrariamente a lo dispuesto en el artículo 81, también denunciado, que prescribía que el Presidente "no podrá ser reelegido inmediatamente y no se beneficiará en ningún caso de una prórroga de su mandato".
La opinión pública empezó a agitarse…
Las elecciones se celebraron el 10 de enero de 1950. La sesión legislativa se abrió en abril, y el día 18, el Senado votó, por mayoría de 13 de sus miembros, una Resolución por la que, interpretando el párrafo 2º del artículo 145 de la Constitución de 1946, se negaba a unirse a la Cámara de Diputados para proceder a la revisión constitucional.
Esta decisión del Senado arruinó los planes del Jefe del Estado y de sus partidarios. En la mañana del 8 de mayo, una muchedumbre procedente de las afueras de la ciudad, ostensiblemente dirigida por funcionarios del gobierno, invadió la cámara del Senado, la saqueó y se extendió por el exterior, profiriendo amenazas de muerte contra algunos senadores y otros acusados de traición. En Le Moniteur (el Diario Oficial) de ese mismo día, el Presidente de la República dirigió un mensaje al pueblo haitiano en el que expresaba su solidaridad con la multitud de manifestantes en su acto vandálico contra el Senado. "Vuestra elocuente actitud de esta mañana -dijo-, sin precedentes en nuestra historia, atestigua vuestra madurez política y vuestra implicación directa en vuestros asuntos".
El Ejército se negó a sumarse a esta política de anarquía, que pretendía la disolución del Senado, y el 10 de mayo de 1950 tomó el poder…
Fragmentos de la obra «Histoire du peuple haïtien» (1953) por Dantès Bellegarde.
Traducido al español por Gilbert Mervilus