Según la Neuropsicología, las Habilidades Blandas son el Capital o el Activo más valioso que heredamos los hijos de nuestros padres y ancestros, a través del ácido desoxirribonucleico o ADN (Tratado de Neuropsicología Francés, 2019). 

Como se conoce, las personas con Habilidades Blandas bien desarrolladas, “son portadoras de una inteligencia emocional fuera de serie”. En tal sentido, estas personas “son altamente tolerantes, tienen control de sus emociones y de sus impulsos y, al mismo tiempo, son hombres y mujeres resilientes” (Sociedad de Psiquiatría del Reino Unido, 2018).

Aun siendo seres mortales, las personas con Habilidades Blandas, poseen el “olfato para predecir, prevenir y resolver cualquier conflicto, sin importar su origen y complejidad” (Tratado de Neuropsicología Francés, 2019).

Dadas las complejidades de los servicios que ofrecen las instituciones públicas, estas requieren de un líder o lideraza con Habilidades Blandas y capacidad técnico-profesional que, “le permita entender y manejar, los procesos gerenciales, administrativos y financieros institucionales, según cada caso en particular” (Criterios para la selección de los funcionarios públicos, MAP/RD, 2014).

Como se conoce, una Orquesta de Cámara, Sinfónica o Filarmónica, “es dirigida por un Director/a, quien elige su Concertino/a (primer violín) y, éste de inmediato, “asume el rol de ayudante o apoyo de excepción del Director/a en la coordinación, afinamiento y dirección de sus compañeros/as músicos” (Manual de Mando Orquesta Filarmónica de Alemania, 2001).

Por su parte, la persona que lidera una o varias áreas de una institución pública, asume el rol de Concertino/a de dicha institución, “coordinando, consultando, afinando y acompañando a los demás compañeros/as de labores”, en un ambiente de respeto mutuo (MAP/RD, 2019).

Como se sabe, el Concertino/a institucional “acompaña a sus compañeros/as de labores con destrezas y calidad humana incuestionable, ganándose así, la confianza del Director/a y, el respeto y admiración de sus compañeros/as” (Escuela de Negocios Universidad Laval, Quebec, Canadá, 2014).

Según los Tratados de Administración Pública de la Universidad de Harvard, “las instituciones del Estado, están llamadas a operar tal y como operan las orquestas de Cámara, Sinfónica o Filarmónica de prestigio mundial” (Tratado de Gerencia de HARVARD, 2014)

En tal sentido, los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos esperamos que: (1) El Director o la Directora de una institución pública debe de escoger sabiamente a su Concertino/a, para que “éste/a le asista y conduzca los procesos administrativos, gerenciales, financieros y logísticos eficiente y transparentemente” (Tratado de Gerencia de HARVARD, 2014).

Además, (2) el Director/a “debe comprometer a los demás funcionarios/as, empleados/as y colaboradores/as para éstos/as sean honestos, críticos, sinceros y transparentes con su Concertino/a”.

Por su parte, (3) los/as colaboradores/as de la institución pública “deben de informarle al Director/a en tiempo real, los acontecimientos y asuntos institucionales que no están marchando bien, y, al mismo tiempo, sugerirle cómo deberían manejarse cada aspecto en particular” ((Tratado de Gerencia de HARVARD, 2014).

También, (4) el Director/a debe conocer de primera mano, “cómo se está manejando y comportando su Concertino/a, frente a sus compañeros/as de labores”; (5) el Concertino o la Concertina, “debe armonizar, consensuar y respetar los criterios y los pensamientos de sus compañeros/as, escuchándolos y valorando sus observaciones, sugerencias y recomendaciones”.

Por último, (6) cuando el Director/a lo considere de lugar, “deberá realizar los cambios necesarios, incluyendo la sustitución de su Concertino/a” y, proceder a realizar los correctivos que éste/a considere oportuno para la buena marcha de la institución (Tratado de Gerencia de HARVARD, 2014).

Según los tratados de Gerencia Moderna de la Universidad de Harvard consultados, “el Gerente de una institución pública, no debe intervenir o interferir en las funciones y/o responsabilidades” que el Director/a le asignó a su Concertino/a (PAPER SOBRE GERENCIA, HARVARD, 2019).

Como se sabe, “la existencia o presencia de más de un Concertinos/as a lo interno de una institución pública, crea confusión, distracción y caos que pone entredicho”, la capacidad de su Director/a (Orquesta Filarmónica de Berlín, 1989).

Vistos los conceptos expuestos en el cuerpo del presente artículo, una institución pública debe conocer la capacidad gerencial, el don de mando, la tolerancia, el control de las emociones y los impulsos de sus funcionarios/as y colaboradores/as de primera, segunda y tercera línea (Tratado de Gerencia de HARVARD, 2014).

Según los tratados de Psicología Social consultados, “planificar, conducir, guiar y acompañar los procesos gerenciales en el sector público, requiere de formación y experiencias probadas de sus respectivos incumbentes”.

Por su parte, “asignarles tareas, funciones y responsabilidades gerenciales complejas a novatos, podría resultar catastrófico para la gestión pública” (Tratado de Gerencia de HARVARD, 2014).

….Un líder es más productivo, cuando sabe cómo comunicarse con sus compañeros (DTGM)