La invasión rusa de Ucrania ya llega a los sesenta días, de acuerdo a lo que se informa, los rusos han cometido atrocidades sin límites contra la población civil ucraniana y el nivel de destrucción que se observa en el país invadido es de dimensiones catastróficas. Pese a las sanciones aplicadas a Rusia, Putin, sus principales colaboradores y socios de negocios; los ataques continúan sin parar.
Es cierto que la resistencia y la valentía de las fuerzas armadas y los voluntarios ucranianos es encomiable, dificultando al ejército ruso su avance y ocasionándole bajas importantes; pero la superioridad de los invasores en armamentos y número de hombres es abrumadora. No han valido sanciones, amenazas ni negociaciones, Putin continúa imperturbable ejecutando su plan de controlar a Ucrania y tiene en alerta a quienes manejan su arsenal nuclear.
Los países miembros de la OTAN, han expresado su repudio a las mencionadas acciones y alguno de ellos han enviado ayuda militar a los agredidos, quienes claman por un más decidido apoyo.
Aparte de Putin, nadie se atreve a dar un paso que pueda dar lugar a una escalada de la tensión que aumente el riesgo de un enfrentamiento con armas nucleares, que ponga en peligro la supervivencia de la humanidad. Ese sentir generalizado entre los gobernantes comedidos y conscientes de su responsabilidad, le permite al mandatario ruso salirse con la suya y despreciar el orden internacional, dejando en evidencia que estas normas ya no sirven para nada, convirtiendo en una quimera la paz y provocando un caos económico en el mundo.
En este enfrentamiento la posición de los chinos es de vital importancia, es necesario señalar que China es un defensor del respeto a las fronteras ajenas y nunca se ha caracterizado por ser un país invasor. Actualmente goza de creciente influencia en el mundo gracias a su enorme crecimiento económico y militar, así como al haber asumido un papel más agresivo a nivel internacional, participando en importantes inversiones en una serie de países. China con su prudencia y paciencia milenarias, ha ofrecido un apoyo parcial a Rusia, que en mi opinión no los compromete y los coloca en una posición ventajosa sin importar cuál sea el desenlace de la guerra.
Es evidente que la hegemonía del bloque liderado por los norteamericanos se encuentra en una posición delicada y la democracia como sistema de gobierno se enfrenta a una prueba de fuego.
Encuestas realizadas en diversas partes del mundo, son coincidentes en que los ciudadanos están dispuestos a perder libertades a cambio de mayor seguridad, visto que esta se encuentra en franco deterioro en muchas naciones con regímenes democráticos, incluyendo en este grupo a los Estados Unidos y que en países gobernados por sistemas menos respetuosos de las libertades públicas sucede todo lo contrario, es factible pensar que China y Rusia quienes encabezan gobiernos de este tipo, podrían ser tomados como modelos para poner en práctica sistemas con apertura económica, control político y pocas libertades públicas.
Esperemos a ver qué pasa en el planeta Tierra, en estos momentos en que todo parece estar sometido a un proceso de transformación y cambio.