Según el Resumen del Informe de la ONU titulado “De la Contaminación a la Solución”, en el que resalta el impacto que tiene la contaminación por plástico en lo océanos y la fauna marina; indica lo siguiente:

  • En un escenario en que todo sigue igual y sin las intervenciones necesarias, se prevé que la cantidad de desechos plásticos que entran en los ecosistemas acuáticos casi se triplique, y pase de entre 9 y 14 millones de toneladas por año en 2016 a entre 23 y 37 millones de toneladas por año previstas para 2040.
  • Los plásticos son la fracción más abundante, nociva y persistente de la basura marina, y representan al menos el 85 % del total de los desechos marinos. Causan efectos letales y subletales en las ballenas, focas, tortugas, aves y los peces, así como en los invertebrados como los bivalvos, el plancton, los gusanos y corales. Sus efectos incluyen el enredo, la inanición, el ahogamiento, la laceración de los tejidos internos, la asfixia y la falta de oxígeno y luz, el estrés fisiológico y los daños toxicológicos.
  • Cuanto más daño hagamos a los océanos y las zonas costeras, más difícil será para estos ecosistemas compensar el cambio climático y seguir siendo resilientes a él.
  • Las imágenes y descripciones de ballenas y aves marinas con el estómago lleno de fragmentos de plástico -frecuentes en los principales medios de comunicación- pueden suponer un fuerte impacto emocional.
  • Se prevé que para 2040 la cantidad de fugas de plástico en el océano podría suponer un riesgo financiero anual de 100.000 millones de dólares para las empresas si los Gobiernos les exigen que cubran los costos de gestión de residuos con los volúmenes y la capacidad de reciclaje previstos.

De manera que el daño que produce la contaminación por plástico abarca aspectos que van desde la evidencia real de la causa de muerte de animales marinos por la ingesta de plástico, el impacto sobre el cambio climático, hasta el daño emocional que conlleva el visualizar aquellas imágenes, así como la estrafalaria suma que implica para las empresas.

La Green Criminology es un enfoque que evalúa el daño causado al medio ambiente (flora y fauna), ocasionado como consecuencia de la actividad humana, ya sea como acción de un individuo como de una corporación, proponiendo medidas de carácter preventivo.

Ailen Jarque (2020), refiriéndose a la denominación o descripción de la Green Criminology, establece que “se han utilizado otros conceptos para identificar a esta nueva corriente: Eco-critical Criminology, Conservation Criminology, Environmental Criminology o Eco-global Criminology. La esencia es la misma: identificar qué factores afectan el medio ambiente, abandonando la visión antropocéntrica que siempre caracterizó a la criminología, asumiendo una nueva postura biocéntrica o ecocéntrica, en la cual los ecosistemas y las especies no humanas dejan de ser invisibilizados y asumen un rol fundamental como víctimas de los crímenes ambientales”. En esta tesitura, concluye con la siguiente definición “Entonces, puede definirse como criminología verde a la rama de la criminología que involucra el estudio de daños y delitos contra el medio ambiente ampliamente concebido, y que incluye el estudio del derecho, la política y la justicia ambiental desde una perspectiva criminológica.”

Según Inés Arroyo (2017), “Es un área de investigación que se enfoca en el daño ambiental y en la delincuencia, la victimización, el derecho, la justicia social y ambiental, al igual que cuestiones morales y filosóficas.”

En este sentido, podemos observar que cualquier actividad del hombre que ocasione un daño sobre el ecosistema o medio ambiente, es decir, ambiental, se considera objeto de estudio de la Green Criminology, con tal de encontrar medidas de carácter preventivo, y plantear soluciones que busquen disuadir en la conducta desviada.

En nuestro país contamos con la Ley de Residuos Sólidos núm. 225-20, que establece penas que van desde multas hasta de mil salarios mínimos del sector público.

Sin embargo, entiendo que esta debe ser acompañada con la imposición de una medida que implique que aquel que ha ocasionado el daño lo deba reparar mediante la limpieza de estos espacios, o, por ejemplo, pintando o embelleciendo zonas afectadas por el desecho inadecuado de los residuos o aquellas en las que se verifique basura marina.

En adición, proponer el lanzamiento de campañas publicitarias que contribuyan a la toma de conciencia sobre el daño que se realiza al Medio Ambiente y sobre las consecuencias de incurrir en dicho comportamiento desviado.

Nosotros contamos con playas hermosas, siendo esta una de las razones por las cuales muchos extranjeros visitan nuestro país. Por tanto, el hecho de afectar estos espacios, por negligencia o “ignorancia”, también podría tener un impacto negativo en las estadísticas del turismo que se registren cada año.