Pareciera que la próxima campaña de vacunación mundial que planifica ordenar la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni siquiera se aproximará al éxito que se logró contra el coronavirus o Covid-19.
La opinión generalizada es que no hay confianza en los organismos internacionales que vigilan la salud de la población mundial.
La humanidad ha escogido como su fuente de información principal lo que se publica en las redes sociales sobre diversos tópicos de interés colectivo.
El tema de mayor impacto que sigue generando atención en las redes es la teoría de que las vacunas utilizadas contra el Covid-19 contenían óxido de grafeno, lo que supuestamente ha causado la muerte a muchos por causa de coágulos cerebrales.
El grafeno es un elemento considerado como el “material del futuro”, por la diversidad de aplicaciones en diferentes actividades.
Se utiliza en la fabricación de teléfonos inteligentes y placas solares. Es un material duro y flexible a la vez, y 200 veces más resistente que el acero, más ligero que el aluminio y sirve como aislamiento térmico en las construcciones de edificios y proyectos habitacionales.
Es de alta conductividad eléctrica, se usa para ampliar la vida útil de las baterías recargables y capaces de sustituir las baterías de litio.
Igualmente se utiliza para la fabricación de pantallas flexibles para dispositivos e ideal para el avance en el sector de la iluminación.
En el área de la salud y la medicina, el grafeno es usado en la fabricación de prótesis más fuertes, ligeras y flexibles.
El óxido de grafeno es considerado un buen elemento y gran aliado para el diagnóstico de enfermedades y su posterior tratamiento.
Es en esta última versión que los conspiranoicos han vuelto a reactivar su campaña sistemática, visual y de mensajería de texto en las redes sociales, denunciando que las industrias farmacéuticas utilizaron dicha sustancia como un elemento oculto en las vacunas antivirales.
La versión de marras se ha convertido en una teoría conspirativa sin fundamentos y sin pruebas convencitivas, pero que ha estado calando fuertemente en los internautas, justo cuando se habla de una masiva vacunación global contra una posible nueva pandemia.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió al mundo hace unos días sobre la posible aparición de una “enfermedad X”, una futura amenaza epidemiológica internacional grave causado por “un patógeno actualmente desconocido”
Recomendó a la población mundial, como medida de previsión, se prepare para un nuevo período de vacunación global en lo futuro.
Aun no hemos sobrepasado las vicisitudes, los pánicos vividos, el luto global por los millones de muertos a nivel mundial, los aislamientos, el uso de mascarillas obligatorio y el distanciamiento colectivo de la pandemia de la Covid-19 para alertarnos ahora sobre una supuesta nueva “enfermedad X”.
Su advertencia ha sido recibida con espanto, dudas y rechazo, las que se han manifestado en múltiples plataformas de las redes sociales de todo el mundo en la que se cuestiona si lo anunciado por la OMS es real o solo está respondiendo a intereses de los laboratorios fabricantes de medicinas y vacunas.
La experiencia de los encerramientos y distanciamientos de 2020 generó muchas frustraciones e inconvenientes en la vida individual y colectiva de la humanidad.
La desconfianza en las autoridades de la OMS y sus agencias no gubernamentales (ONG) se sigue incrementando, especialmente cuando se habla de nueva vacunación global.
Se alega que la nueva advertencia no es más que una estrategia de la OMS para conseguir de los gobiernos en el mundo más fondos económicos para esa organización, así como la firma de un tratado que le otorgue a esa entidad poderes absolutos e incuestionables sobre todo lo relativo al control, prevención, preparación y respuesta ante cualquier pandemia.
Las duras críticas a Thedros por su extraña advertencia lo obligó a ofrecer nuevas explicaciones sobre el concepto de la “enfermedad X” en el Foro Económico Mundial celebrado recientemente en Davos, Suiza.
Aunque la explicación fue más confusa que aclaratoria, señaló que el término que se utilizó de “enfermedad X” se refería a cualquier enfermedad futura desconocida y no específica.
Ahora los directivos de la OMS se quejan de que el mundo mediático les cuestiona negativamente por alertar sobre futuras pandemias que podrían afectar a la población en cualquier momento.
Es entendible que la humanidad está destinada a recibir no uno, sino varios virus y enfermedades peligrosas en el transcurso de los próximos años por múltiples factores.
Entre estos están la contaminación ambiental, el depósito ilegal de residuos tóxicos en ríos y mares, la fumigación indiscriminada de terrenos fértiles para la agricultura y por la falta de control sanitario en amplios sectores de la población de muchos paises.
Gracias a los laboratorios de virología, bacteriológicos y farmacéuticos se ha logrado el desarrollo de vacunas efectivas para combatir virus malignos como el Sida, Ébola, Herpes genital, Influenza, Papiloma humano, Sarampión, Varicela y más recientemente el de la Covid-19.
Lo que se reclama es que haya una organización mundial de la salud con alto grado de credibilidad y alejada de grupos de mercaderes de productos medicinales, para que la humanidad responda positivamente a sus recomendaciones sobre vacunas y medicamentos preventivos ante el surgimiento de virus o bacterias peligrosas.