Los atributos positivos de un buen amigo no deben esperar la muerte para ser expresados. Acostumbramos a reconocer a las personas luego de su fallecimiento, y no es mala esa práctica, sin embargo, hay que cambiarla. Tenemos que aprender a distinguir en vida a los que valoramos. Adelantarnos a su ausencia y gratificarles mientras viven. Es actuar en el momento oportuno para luego no sentirnos culpables por no haberlo hecho.

Creo que con Sergio Vargas Puente, miembro de la Cruz Roja Dominicana, nos ocurrió eso. Descuidamos el reconocer su capacidad y los aportes que hizo en vida al área de las emergencias mientras estuvo con nosotros. Y hoy todo lo que podamos escribir de él y su legado, después de su partida, es poco.

Cerrando el 2021 recibimos la triste noticia del deceso de este gran técnico. La COVID-19 nos arrebató al amigo al colega de la gestión de riesgo de desastres y al emergenciólogo de primera línea. Un profesional de vasta experiencia en este complicado e interesante campo de las emergencias.

Al momento de su muerte Vargas era gerente del área de atención prehospitalaria de la Cruz Roja Dominicana. Desde esa, su última posición, contribuyó como el que más al fortalecimiento del sistema nacional de gestión de riesgos de desastres.

Quienes conocimos a Sergio podemos testimoniar de las bondades que le adornaron en vida. Recibimos siempre su buen trato y solidaridad, y en cada responsabilidad asumida, desde los diferentes trabajos que ocupó, fue una persona dedicada. Igual en el plano familiar se le recuerda como un ser especial.

Nunca, durante el tiempo que le conocí, recibí una nota de agravio, arrogancia, superioridad o indiferencia de parte de Puente. Poseía una incuestionable formación en el área y una autoridad ganada. Su nobleza y humildad le hicieron trascender.

Sin proponérnoslos quizás, no supimos aprovechar su capacidad al máximo en beneficio del sistema de emergencias. Su carácter, a veces enérgico, no afectó en ningún sentido su generosidad; por el contrario, le hizo ser cuidadoso de no ofender con alguna expresión fuera de lugar.

Procuró el bien de los demás de manera desinteresada, siendo esa su principal motivación para entrar al mundo de las emergencias y servir a la población desde sus años de voluntario.

Tuve la oportunidad de conocerle en 1995 estando en la Asociación Dominicana de Mitigación de Desastres (ADMD) cuando era parte de ese equipo. Desde ese instante distinguió a los que hacíamos parte de  la  institución con un trato generoso, afable y profesional.

Siendo Vargas exdirector del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), en su corto tránsito por esa entidad, periodo 2004-2005, hizo importantes aportes al Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (SNGdR). Sustituyó en el 2004 en esas funciones al Sr. Alfonso Julia Mera, quien se desempeñaba como encargado del COE hasta ese año.

Desde su creación, el COE ha tenido a 4 directores: Eugenio Marcano (2001-2002), Alfonso Julia Mera  (2002-2004), Sergio Vargas Puente (2004-2006) y Juan Manuel Méndez (2007 – hasta la actualidad).

Su familia, el sistema de GdR, la Cruz Roja Dominicana, el COE, la Defensa Civil, el país ha perdido a un gran ser humano, un pilar. Gracias Sergio por tus ideas, inquietudes, dedicación, aportes y la impronta que dejas en el campo de las emergencias y la gestión del riesgo de desastres.