«Quién será ese inusual invitado», se preguntaron los aficionados franceses cuando supieron que uno de los rivales del grupo B sería Gibraltar. ¿Y eso con qué se come, parecían decirse unos a otros? ¿Dónde queda? ¿Es otro nuevo país de los Balcanes o pertenece a…? ¿Qué idioma hablarán y, lo más importante, sus jugadores son buenos?

Ahora bien, tan pronto empezaron los partidos eliminatorios, la fanaticada confirmó sus sospechas: estaba lejos de ser un equipo difícil. En efecto, los gibraltareños se comieron tres goles ante Grecia, otros tres contra Holanda y no iba a ser distinto cuando enfrentaran a los Bleus el pasado 16 de junio. Las otras dudas, más propias de la historia o de la geografía se quedaron en el aire y parecen irrelevantes…

Se sabe que está enclavado al sur de la península ibérica y cualquiera pensaría que pertenece a España. No obstante, desde el lejano 1700 ha sido motivo de disputas entre españoles e ingleses. Si bien, estos últimos lograron quedarse con dicho territorio que no es más que su pequeño, pero famoso peñón, de donde se puede contemplar al Mediterráneo de un lado y al Atlántico del otro.

Por cierto, llanitos es el nombre que recibe el idioma que en teoría es inglés, pero que no puede escapar de la influencia hispana, cuyas formas adopta; por ejemplo, a las tuberías las llaman piperías (del inglés pipe). Así le apodan también al equipo nacional, los llanitos, en un lugar que sobresale por su rocosa su montaña, no por sus llanos…

Se trata de un territorio mínimo, que no llega ni a los 8 kilómetros cuadrados y en los cuales no hay ni un triste campo de fútbol para entrenar, por eso sus jugadores se trasladan a algún punto nada remoto de Andalucía; aunque tarden más de dos horas en cruzar la frontera. No obstante lo anterior, tienen un estadio que están remodelando (dicen) y por eso el juego contra Francia tuvo lugar en Portugal. Eso sí, desde hace menos de diez años la humilde y nada disfuncional familia de la FIFA los cobija en su seno y están orgullosos de pelear al «tú por tú» contra cualquier gigantón europeo.

Era de esperarse que ninguno de sus futbolistas jugara en la Premier, ni en ninguna otra liga europea de respeto pues son principalmente entusiastas amateurs.

Roy Chipolina es un veterano defensor, que desde los 17 años defiende los colores de su «patria». Al hablar sobre el partido ante Francia dijo sentirse contrariado: Emoción y miedo. Quién no quisiera enfrentarse a  Mbappé, por muy difícil que sea marcarlo para que no anote, aclara a los periodistas franceses. Además, aseguró que ya tiene una anécdota para sus hipotéticos nietos: «Miren, cuando yo era… jugué contra el mejor futbolista de…»

Ahora tiene 40 y es el capitán, pero con el fútbol no le alcanza  para el alquiler y por eso trabaja en la aduana del puerto. Para la debida preparación del juego eliminatorio tuvo que solicitar vacaciones, por cierto. Todo queda en familia y su primo, carrilero izquierdo, también forma parte de la burocracia del imperio británico (es guardia de la prisión), supongo que ambos son mejores vigilando detenidos o verificando mercancías que dando patadas o cortando ataques. Roy no necesita confesar que sus recuerdos en la cancha se limitan a los goles… del contrario: Un día Alemania, cuando presumía ser la campeona del mundo en 2014, ahora Francia, subcampeona en 2022…

Evidentemente, el encuentro tan esperado (por los gibraltareños) ocurrió sin sobresaltos, Francia apenas si corrió y jugó con más displicencia que magia, aún así, antes de los 5 minutos ya festejaba el 1-0 gracias a un cabezazo de Giroud. Los subcampeones siguieron fingiendo que jugaban y erraban goles sin sentimientos de culpa, hasta que Mbappé hizo el segundo por la vía del penal y para que no se olvidaran de ellos, Aymen Mouelhi, agente de seguridad de 8 a 5 y de martes a sábado, les regaló un autogol antes de concluir el partido.

En ese grupo B, las eliminatorias marchan sin sorpresas, los franceses primeros y los del peñón últimos. Aunque no todo es tristeza para ellos, su mejor goleador juega en la liga inglesa, aunque sea en el Wycombe de tercera división y aunque no haya marcado en estas eliminatorias. Lo mejor está por venir, repiten la frase sacada de un libro de autoayuda.

En resumidas cuentas, en el partido Gibraltar vs Francia no hubo sorpresas, los del peñón corrieron y sudaron sin que eso equivalga a la victoria ni al buen fútbol. Para ellos fue un paréntesis en su rutina laboral y la ocasión de intercambiar balones y saludos con futbolistas «galácticos». ¿Seguirán creyendo que algún día podrá David golear a Goliat? No les queda de otra…