En estos días de enero, las temperaturas en Pedernales se han sentido muy frescas. Rondan los 21 grados en las noches. Frío, para su gente acostumbrada a un sol que en esa provincia del extremo sudoeste parece posarse bajito. Es invierno; no hay sequía extrema. Pero en la ladera sur del parque nacional sierra Baoruco se ven, dispersos, brotes de fuego intenso que achicharran decenas de tareas de pinares. Los apagan y reaparecen como magia.

Hay consenso en que estos siniestros son intencionales. La versión más socorrida en el pueblo gira en torno a haitianos incómodos porque les sacaron sus reses sueltas en plantaciones agrícolas y áreas del parque en el lado dominicano.

Sea quien sea, se trata de ecocidios inaceptables porque dañan un escudo natural de protección del equilibrio medioambiental de la región y ponen en juego el buque insignia del proyecto de desarrollo ecoturístico que promueve allí el gobierno.

De acuerdo al plan maestro oficial, además de las playas, islas, lagunas, cenotes y cayos, serán aprovechados los atractivos de la sierra, como hoyo de Pelempito, ríos, senderos, puntos de observación de aves nocturnas, humedales, cuevas, y extenderán la carretera de la bauxita hasta Puerto o Puesto Escondido, para conectar la región Enriquillo.

En Cabo Rojo, mediante alianza público-privada, serán construidas en una primera fase unas 6 mil habitaciones hoteleras y otras amenidades; en la recta de Sansón, entre los municipios Pedernales y Oviedo, el aeropuerto internacional; en el municipio cabecera, el malecón (que debería pensarse como frente marino para que incluya viviendas, plazas comerciales, zona de recreo, ciclovías).

En la misma capital de la provincia, una sociedad privada. Oceanus Investment, se propone ejecutar el proyecto turístico e inmobiliario Bucanyé, que incluirá unas 21 mil habitaciones, zona de parques, club recreativo y un pueblo para los trabajadores. Al menos 2,200 millones de dólares serán invertidos en 20 años. Como el Gobierno, los inversores privados han dicho que tendrán respeto absoluto a la normativa sobre medioambiente.

Este martes 12 de enero de 2022, el presidente Luis Abinader le dijo al televisual Hoy Mismo que están en curso todos los proyectos bajo la sombrilla del Fideicomiso Pro-Pedernales. Se refirió a los diseños de los hoteles, vías de acceso, aeropuerto internacional, carretera troncal, sistema eléctrico.

Muy bien. Sin embargo, ninguna inversión en turismo ecosostenible, público-privada o privada, sería exitosa si las autoridades permiten la depredación de los recursos naturales. El nuevo turista es exigente y no tardaría en desviarse hacia otros destinos donde se respete la naturaleza.

Y depredación es lo que está ocurriendo en los parques sierra del Baoruco y Jaragua, que contemplan casi el 70% del territorio de la provincia (2,080 kilómetros cuadrados).

Cuando no son los fuegos intencionales que se tragan miles de hectáreas de bosques y matan animales nativos, son el corte de guaconejo, la recolección de canelilla y madera preciosa. O todas las mañas a la vez, como ha sucedido durante los últimos días.

En el caso de la muy vulnerable sierra Baoruco, urge que el Gobierno, vía el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Mimarena), invierta cuantos recursos sean necesarios para evitar una catástrofe ambiental.

Debería comenzar por la remodelación de todas las casetas de los guardaparques, desde la 2, en Los Arroyos, hasta la última. Porque fueron vandalizadas y no están aptas para pernoctar. Y construir otras con todas las facilidades y la seguridad que demandan el contexto y la coyuntura.

Contratar más hombres para entrenarlos como guardaparques y bomberos forestales, proveerles los implementos necesarios para realizar el trabajo y pagarles salarios dignos conforme sus altas responsabilidades.

Y establecer permanente seguridad militar para detener las caravanas de indocumentados y contrabandistas que suelen ser fuentes de incendios en sus paradas técnicas de sus largas caminatas desde Haití.

En vista de los proyectos ecoturísticos en marcha en Pedernales, el Mimarena debe declarar los parques sierra Baoruco y Jaragua en estado de emergencia e intervenirlos para detener, de una vez por todas, el progresivo deterioro provocado por humanos depredadores, extranjeros y dominicanos, que actúan día y noche sin descanso.

Los esfuerzos realizados hasta ahora no se corresponden con la gran magnitud del problema.