Ante las declaraciones oficiales y de colectivos de personas de tendencia politica conservadora del supuesto peligro y amenaza haitiana a la soberanía nacional, con la incluida defensa de la construcción de muros inteligentes en la frontera, comparto unas notas recordatorias sobre quién es el enemigo principal de los pueblos dominicano y haitiano.

Según estos sectores politicos, Haití es responsable de las sequías e inundaciones en República Dominicana, del calor y los huracanes, de la fiebre porcina, de la roya del cafè, los apagones y hasta del malestar en el embarazo de las dominicanas.

Tal fanatismo conduce a varios escenarios de análisis, incluyendo el delito de odio, la promociòn del odio, uno de los peores setimientos humanos.

A propósito de la reciente "marcha del odio" (asi debió titularse), invito a la reflexiòn de las causas reales de la situación social en la isla, sin pretensiones académicas ni de historiadora, que no lo soy.

No se requiere ser experta en geopolítica para concluir que:
1). La soberanía nacional y social dominicana se define frente al imperialismo norteamericano; se define frente a Washington, no frente a Puerto Príncipe.

2) Por igual, la soberanía nacional haitiana se define frente al imperialismo norteamericano; frente a Washington y sus aliados inmediatos (Francia y Canadá). No frente a República Dominicana.

Ambos pueblos y naciones tenemos dos enemigos comunes y fundamentales: los citados en los párrafos anteriores y una oligarquía depredadora, construida sobre la base del saqueo del patrimonio público, los recursos naturales de la isla y la sobre explotación a la clase trabajadora.

El inicio.
La desgracia inició con lo que luego sería calificado como el primer genocidio en este continente. Las monarquías europeas mancharon con sangre y esclavitud nuestros mares y tierras.
Primero España (1492). España y Francia se aseguraron en su propósito de dominio absoluto, de eliminar hasta en el papel y el relato todo vestigio de la población originaria de nuestra isla y las demás del Caribe. Posteriormente, se sumó Inglaterra, pero ya el pastel caribeño estaba repartido entre sus competidores.

De Francia y España. El 3 de julio de 1777 ambas potencias europeas hicieron el primer reparto de esta isla. Firmaron el Tratado de Aranjuez, en él impusieron la primera frontera. Me saltaré la reseña del Tratado de Rijswijk (1697), que es otra historia de la hegemonía colonial europa en el Caribe.

Queda claro, que en la "culta" Europa se repartieron el territorio de nuestra isla para saquear las riquezas naturales y explotar la fuerza laboral de nuestros hombres y mujeres. Fue en la madre patria, España, y la democrática y libertaria Francia donde se "santificó" primero el exterminio de la población originaria de la isla: allá compraron, vendieron y desplazaron violentamente desde África a cientos de miles de hombres y mujeres y los establecieron aquí en condiciones de esclavitud.

La segunda frontera en la isla. La establecieron dos siglos después, la misma España y la misma Francia, con Suiza de anfitriona. Allí firmaron el Tratado de Basilea (22 de julio de 1795). Fue otra repartición del territorio y marcaron una nueva frontera.
Dichas potencias políticas y económicas impusieron el Santo Domingo Español y el Santo Domingo Francés. En 1804, en el Santo Domingo Francés triunfó la primera revolución antiesclavista del mundo y con ella se proclamó el Estado haitiano. Fue una histórica derrota a Francia, que todavía siguen cobrando la derrota.

En 1822, con la complicidad de la corona española, Haití ocupó la parte Este de la isla, el Santo Domingo Español. Haití, no ocupó a la República Dominicana, porque esta no existía como tal. La resistencia al dominio haitiano triunfó con el liderazgo de Juan Pablo Duarte, los trinitarios y trinitarias, y los haitianos fueron derrotados el 27 de febrero del 1844. ¡Entonces sí! Ya éramos una nación, la dominicana!

En 1861 un grupito de malos dominicanos quiebra nuestra soberanía y convierte República Dominicana en provincia española (La Anexión). En la Guerra de la Restauración (1865) amplios sectores políticos y sociales derrotaron a la monarquía española y a sus súbditos criollos.

En el gobierno de los seis años del presidente Buenaventura Báez (1868-1873) se negoció con Washington la venta de la bahía de Samaná; también se acarició la idea de la anexión a USA. Aquel plan antinacional no se concretó y EE.UU siguió al acecho, porque regía desde el 1823 la triste Doctrina Monroe: América para los americanos.

En 1907, amparado en la Convención Dominico-Americana, EE.UU “se adueñó” de las aduanas dominicanas y no paró en sus propósitos estrátégicos de controlar el Caribe y cerrar el paso a las potencias europeas: ocupó militarmente a Haiti desde el 1915 hasta el 1934, y a la República Dominicana desde el 1916 hasta 1924. Entonces, dejó creadas las condiciones para la dictadura trujillista que nos desangró durante 31 años. Trujillo fue una hechura de Washington.

Tras el ajusticiamiento del dictador Trujillo gana las elecciones presidenciales el profesor Juan Bosch. EE.UU lo derrocó mediante un golpe de Estado; se generó un convulsionado período político seguido de la Revoluciòn del 24 de Abril de 1965, y cuatro días después, Washington contraataca y con 42 mil soldados nos ocupa militarmente ¡otra vez! y con sus tropas aquí, se realizaron unas “elecciones libres" en la que impusieron su candidato presidencial, Joaquín Balaguer (1966). Este dictador fue derrotado por el pueblo dominicano en 1978.

Ahora, en la era de las TICs, Washington nos gobierna por WhatsApp.

Entonces, ¿frente a quién definimos la soberanía dominicana? ¿frente a Washington o a Puerto Príncipe?

El blanco en la lucha de defensa a la soberanía nacional dominicana debería ser los intereses del imperialismo norteamericano, el francés y la monarquía española.
¿Por qué coger piedra pal` más chiquito?