“¿De qué manera accedieron los poetas dominicanos al dominio de la lengua francesa, tomando en cuenta que la mayoría de las escuelas y demás centros de enseñanza tradicionales cerraron sus puertas desde el inicio de la Ocupación Haitiana?”. Manuel García Cartagena.

Algunas fuentes indican que, en el segundo viaje del conquistador Cristóbal Colón, arribó al Nuevo Mundo el primer francés, como parte de la delegación de la Orden de los Jerónimos.  Posteriormente, según el historiador Bernardo Vega, los hermanos Jean y Rouel Pormentier, originarios de Dieppe, Francia, llegaron en 1523 a la bahía de Samaná legándonos una descripción de los habitantes que encontraron en la zona[1].

El historiador Wenceslao Vega[2] distingue distintas oleadas migratorias al país: la primera, antes de la Independencia dominicana, comienza hacia el siglo XVI y XVII cuando piratas y bucaneros se establecen en el noroeste de la isla de Santo Domingo; la segunda, ocurre cuando los colonos franceses huyen junto a sus esclavos de la parte oriental de la isla a causa de la revuelta que posteriormente conduciría a la creación de la República de Haití. De esta oleada migratoria es la abuela de quien sería ministro de justicia e instrucción pública, el escritor de la primera novela dominicana, El Montero, Pedro Francisco Bonó; la tercera oleada, ocurre con el inicio de la denominada “Era de Francia”.

La señora Eugenia de Port, oriunda de la Bretaña francesa, se trasladó desde Cabo Haitiano hacia la ciudad de Puerto Plata -con su hijo José- dejando fallecido a su esposo Lorenzo Bonó, quien cayó víctima de la revuelta.  Según recoge el historiador Rafael Darío Herrera, Francisco Bonó afirma que vivió junto a su abuela más de la mitad de su vida y que por el culto que esta le profesaba a su patria, “se bebió a la Francia por todos los poros”[3].

En el período de la “Era de Francia”, las autoridades coloniales brindaron apoyo a la comunidad de franceses que ya se habían establecido en Samaná, procediendo a la repartición de tierras en la Bahía.  La última oleada[4] se efectúa por individuos, familias y grupos de forma aleatoria y dispersa  hasta el año 1900.

Bernardo Vega afirma que debido a la mayor frecuencia con que los franceses navegaban por dichos predios con respecto a los españoles, muchos lugares de la península recibieron primero nombre franceses, que posteriormente fueron castellanizados, como por ejemplo: La terrateniente, que pasó a llamarse Las Terrenas, Petit Port, que se tradujo como Portillo, así como los nombre alusivos a los primeros concesionarios franceses de tierras como: la ensenada de Anadel, por Monsieur Arrendare, la ensenada de Clará por Monsieur Clarac, el Tesón, por el Dr. Tessón.

No es de extrañar que la presencia francesa en la isla se sintiera también en el sistema educativo dominicano, de la mano de maestros que ejercieron docencia tanto de manera privada como en las instituciones públicas. En esta ocasión. abordaremos los aspectos biográficos de tres de los primeros francófonos en ejercer la docencia en el país.

Monsieur Charles Marle

Según datos recogidos por la periodista Ángela Peña[5], llegó al país en 1830, después de haber estado en el ejército napoleónico. Como lingüista, tradujo al francés algunos discursos de Tomás Bobadilla y colaboró en la elaboración de diccionarios de francés- español. Como ciudadano comprometido, participó activamente en campañas contra Buenaventura Báez y Pedro Valverde. Se le atribuye el haber sido candidato presidencial. Como intelectual, se relacionó socialmente con figuras de la talla de José Gabriel García, Fernando Arturo de Meriño y Eugenio Deschamps. Según el refinado criterio de Francisco Henríquez y Carvajal, era poseedor de una vasta cultura. Como docente, impartió clases de Ciencias Naturales y Francés en el colegio San Luis Gonzaga.

Como escritor, Eugenio Deschamps le atribuye el haber publicado bajo el apodo del Hermitaño trabajos periodísticos como “La Nueva Utopía” y “As”. También, se le identifica como el escritor de “Los Pajariteros”, publicación que versa sobre los terrenos urbanos del sector otrora llamado Pajarito, hoy Villa Duarte. Su otro seudónimo era: “Montecanttini Ingeniero”.

Al menos desde antes del 1919, hay una avenida en el sector de Villa Duarte que posee su nombre y un colmado en el sector llamado de la misma manera. Estuvo casado con una dama criolla de apellido Coen, sin dejar descendencia. Se conserva de él, en los archivos inéditos de Vetilio Alfau, dos cartas: una dirigida a Tomás Bobadilla; y otra, a Pedro Valverde.

Según relata César Nicolás Penson, en La escuela de antaño, Monsieur Charles dirigía la escuela que se consideraba el sumun escolar[6] de su época, donde no solo la totalidad de las asignaturas se enseñaban en francés, sino que hasta se enseñaba el “modo de andar”. Primaba, según su testimonio, el rigor clásico de la escuela tradicional, con la prohibición “napoleónica” de no poder ver ni escuchar una mosca sin escuchar el clásico: “Ah Matín, Qué est que tu fait?[7]”.

La escuela que regentaba, aunque era tenida por modelo Normal de su época, en palabras de Penson, era de una infraestructura poco adecuada, de una sola pieza, cuyas ventanas se encontraban enrejadas y casi siempre se estaba a oscuras.  La asemeja a un regimiento prusiano en correcta formación. No obstante, a estas limitaciones, considera que los que mejor lograron dominar el francés en aquella época fueron sus egresados.

Sobre los maestros Charles Malespín y Charles Piet, se tienen pocas referencias, se entiende que Monsieur Malespín impartía clases de manera ambulante y fungió como preceptor de francés, mientras que Monsieur Charles Piet, a su vez, dirigió una École Primairre, Élementaire et Supérieure, ubicada en la ciudad de Santo Domingo, durante los años de la Ocupación Haitiana.

[1] Vega Bernardo, “Breve Historia de Samaná”, Fundación Cultural Dominicana, Santo Domingo, 2004.

[2] https://catalogo.academiadominicanahistoria.org.do/opac-tmpl/files/libros/AcademiaDominicanadelaHistoria_LaeradeFranciaenSantoDomingo1795-1808.pdf

[3] https://acento.com.do/opinion/bono-y-el-acercamiento-de-la-educacion-a-los-pobres-9123252.html

[4] Se podrían incluir también los franceses que arribaron en la flota de Lecrel y permanecieron en el territorio dominicano, algunos de ellos, dejando prole.

[5] https://hoy.com.do/el-recordado-monsieur-charles-marle/

[6] Las cursivas son del autor.

[7] Así lo transcribe César Nicolás Penson.