“El Viejo Mundo”, sobre todo Europa, estaba lleno de “historias”, de cuentos, de leyendas y de tradiciones.  Los conocimientos, los libros, estaban secuestrados en los conventos.  La enseñanza pública era una utopia.  Predominaba la oralidad.

Entre los investigadores que se dedicaron a recolectar todo eso, como los Hermanos Griinm, era conocido como literatura popular o antigüedades populares.   Durante mucho tiempo fue así, hasta que en el periódico inglés “The Atheneun” Ambrose Melton, seudónimo cuyo nombre real era William John Thomas propuso que estas manifestaciones recibieran el hombre de folklore (folk, pueblo y Lore, saber popular) porque para él estos cuentos, leyendas, poesías y tradiciones, no eran autoría de intelectuales, de personas letradas, sino del pueblo, de la imaginación popular.

A partir del 22 de agosto de 1846 la palabra folkore se comenzó a divulgar en los centros culturales y académicos a nivel mundial, declarándose el 22  de agosto, como el “Día Internacional del Folklore”.   El 10 de Agosto de 1884, apareció escrita la palabra folklore en la República Dominicana.

Ese día, una lectora o lector con el seudónimo de Valle de Gracia, desde Puerto  Plata, envió una comunicación  al periódico “Ecos del Pueblo”  que se editaba en Santiago de los Caballeros, en relación  con una carta de un investigador austriaco, el cual le enviaba el poema  de Juan Antonio Alix sobre “El follón de Samaná”.  Por esa razón el día 10 de febrero es el “Día Nacional del Folkore Dominicano”, por decreto del Presidente Hipólito Mejía.

El folklore a nivel mundial fue ganando aceptación, definiéndose como folklorista a los hacedores y luego fueron  aceptados como tales,  aquellos que se dedicaban al estudio del saber popular.  De tal manera que “folklorista” son los hacedores populares y aquellos que se dedican al estudio del  folklore.  Aun así,  a pesar  de su contendido popular, de ser protagonizado por el pueblo, el folklore no es una ciencia social, como la sociología o la historia, como creen algunos.  A nivel académico, el folklore es parte integrante de la antropología.

La inocencia no existe ni en la iglesia.  Los intereses son primogénitos.  Se expresan a niveles religiosos, políticos. militares, económicos-sociales. Todos tienen que ver con el Poder y en una sociedad como la nuestra, independientemente de las miserias del “descubrimiento”, es con la existencia de clases  sociales, que se intensifican internamente las desigualdades, los prejuicios  y la opresión.

Actualmente hay poderes internacionales y “poderes” nacionales subyugados, dependientes.  Cada uno tiene una visión del mundo contradictoria y diferente.  La misma es  aceptada por la fuerza o por la persuasión,  manteniéndose la dominación por la presencia y acción de la ideología.  Una ideología siempre en función de los intereses del Poder y la mitificación de la realidad a través de la alienación.

En el Poder, son  válidas todas las artimañas para la opresión en función de la dominación.  La Virgen María para los creyentes nunca supo lo que era el pecado original.  Pero los organismos internacionales, "Las agencias” sí.  Su pecado original es su financiamiento y sus funciones de recolectores, aunque sus apariencias remitan a la imagen de la “neutralidad” y a la inocencia para aparentar ser, como decía Convite “más pura que la Altagracia”.  Siempre en la búsqueda de un “equilibrio” de una realidad  “desequilibrada”.  La función es “equilibrar”, amortiguar, no importa que el color sea naranja.  El “amortiguamiento”, aún por ese camino al final es imposible.

Pero son unos mentirosos, unos farsantes, son actores, siempre en carnaval para aparentar lo que no son.  Por ejemplo, la UNESCO se ha vendido como neutral, descontaminada de los intereses externos, se ha vendido como una institución de la verdad. Sus palabras no se cuestionan, su composición compite con la biblia.  Pero es falso.  Hay mucho de “verdad”, porque hay  que jugar con  ella para ganar credibilidad.

La ciencia es universal, pero los científicos tienen países, preferencia e intereses.  Diversos países celebran el día del folklore, pero a la UNESCO eso no le importa.  En la lucha ideológica de esconder y tergiversar la verdad ellos han sido responsables.  El folkore es  hecho por el pueblo, por eso tiene un contenido popular subersivo. Y eso es peligroso ideológicamente para un panorama sin contradicciones. Lo fueron desvalorizando, le fueron desportantizando, para borrar su germen de contradicción con un sistema político que no cree en la cultura popular, aunque privilegiados de la izquierda valoricen su trascendencia en la lucha política-ideológica.

En la UNESCO lo borraron de sus documentos, de sus discursos oficiales.  “Cultura Material”, “Cultura Inmaterial”, “Cultura Tangible y Cultura Intangible” fueron las palabras escogidas de sustitución.  Son  limpias, “inocentes” y ninguna tiene la tentación contaminante de contradicciones de clases que si contiene el folklore.  Ideológicamente fue una  obra de los científicos que tienen países y coinciden en los mismos intereses.   Aunque realmente ese día llama la atención solo en Europa y América Latino y no realmente es “universal”.

Celebrar el día internacional del folklore, como lo hizo la Federación Dominicana de arte y Cultura, es reafirmar el contenido original de fiesta del pueblo y es expresión de resistencia e identidad en función de la dominicanidad.   ¡Ningún  medio de comunicación “en el mundo entero” ha recogió en los últimos años el envío de una salutación por ningún representante de la UNESCO ni hubo  ningún acto público por la celebración de ese día en la sede de la  institución! ¡La  mitificación es esencia de la ideología del Poder!