Esa fresca tradición, de antemano tibia, la primavera no, cesa de brindarnos razones para el estupor y la contemplación.
El ángel de la lluvia, la eternidad del agua, mantienen con vida al mundo.
Las jóvenes se entregan, vestidas de blanco, al delirio floral.
(Algunas se van por detrás de la palma con la pareja soñada).
Le dedican sus salves a la Virgen, navegan en los sueños de la infancia, recrean la estación de los delirios, crean universos renovados.
(Debes bañarte, entonces, como manda la tradición, con la primera agua de mayo, para conservar el cuerpo)
La celebración de las flores de mayo es esa esquirla de pureza que no ha recogido sus vestuarios ni su riqueza lírica.
La desordenada embriaguez del bosque tropical.
En los campos septentrionales, la primavera es el colorido vivo de la amapola.
Una mata de flamboyán es vicario del bosque enamorado.
Ese espacio de luz coloca en trance a las doncellas que invaden los caminos como náyades enviadas por los númenes.
Y hay javillas sin espinas a orillas del silencio en las que, con holgura ejemplar, los puercos se pueden rascar.
Hay caminos presurosos que se pierden entre las altas palmeras, pobladas de pichones, hoyadas por el pájaro carpintero.
Las ciguas palmeras (Dulus dominicus) se mueven en tumulto para comerse las frutas y poblar los cafetales de un sonido invasivo y poderoso.
Gallaretas paseándose por los charcos circulares, orquídeas salvajes encaramadas en la oscuridad, clarividencia del río deslizando su alfabeto entre las azucenas febriles.
La gente viene a recibir las bendiciones de la virgen, el golpe de esmeralda del trayecto hacia la luz, el almendro fragante y sagrado, la yagua desmayada orillas del infinito.
El olor increíble del piñón cortado, el pomo que es la esencia misma, el éxtasis, la inmersión en la sacralidad navegadora.
(Debes bañarte, entonces, como manda la tradición, con la primera agua de mayo, para conservar el cuerpo).
Los arreglos esenciales del vetiver, el lucero bajo los brazos, los paños blancos y puros amarrados a la cintura, las tonalidades del campo, la pedrería amarilla, la montaña poblada de leyendas, las coplas hermosas del mes de las flores…