Profetizar, semánticamente hablando, va más allá del análisis de un fenómeno que habrá de ocurrir y presentarse a la vista de los seres humanos. Quien profetiza tiene una mirada que va más allá del simple análisis desarrollado, que se realiza para definir un hecho determinado, que habrá de suceder en lo adelante o a futuro. El profeta debe ir más allá de la racionalidad fría del dato obtenido. Profetizar en economía es un gran desafío, pues se hace siempre bajo la incertidumbre.

Tengo el privilegio de encontrarme entre los grandes amigos de Fernando Álvarez Bogaert. Cuando lo conocí, hace un poco más de treinta años, me regaló un ensayo, convertido en un texto promocional de sus ideas, que se refería a los desafíos de la República Dominicana. Yo tenía treinta años menos de los que hoy día llevo sobre mis hombros, en la mirada, en la voz y en los pasos. Y he visto cumplirse, con el pasar de los años, la profecía y predicciones económicas y sociales de mi amigo Fernando, en relación con el país y el mundo.

Un tiempo después, muy cerca de los años referidos anteriormente, Fernando nos hablaba de La India, como país modelo en el desarrollo de Softwares; y lo que él creía -y cree aún- que nuestro país, República Dominicana, debía hacer con nuestros jóvenes talentosos. Si hiciéramos una mirada retrospectiva; entre nosotros, Fernando aparecería indicándonos a La India de hoy, convertida -como él mismo la vislumbraba y aún vislumbra su desarrollo-: en un gigante del mundo de la tecnología y una verdadera estrella en materia de creación y desarrollo de softwares.

Tal como predijo el desarrollo tecnológico de La India, Fernando también publicó, hace más de dos décadas, sus predicciones sobre la economía de China. Todos debemos recordar una serie de ensayos publicados por este formidable pensador y estudioso de la economía mundial, bajo el título "El Gigante Asiático". Fernando acertó en dichos textos, publicados en la prensa del país, con claridad meridiana, en lo que ha sido la derivación de la China de hoy bajo los influjos del proceso de transformación de la China de ayer.

Convertido en un extraordinario investigador económico, después de su renuncia como secretario de Finanzas del país, en el 2002, Fernando dedica seis (6) días de la semana, durante 8 horas diarias, a la investigación y análisis de las informaciones más recientes de las más prestigiosas fuentes sobre la economía mundial.

No hay dudas de que Fernando es uno de los economistas de su generación que, además de su sólida formación académica y política, tiene una amplia experiencia de Estado. Vale decir, un valioso recurso humano del más alto nivel nacional e internacional con que cuenta el país.

Ahora me permito citar una breve nota de sus consideraciones introductorias con la que inicia su conferencia magistral titulada: "Un Nuevo Orden económico Mundial: El Efecto de la Desglobalización", presentada recientemente ante los miembros de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS).

Cito:

"Nuestro país cuenta con gran número de estudiosos, profesionales de la economía de alto nivel, sin embargo, me parece que se han concentrado básicamente en los efectos y ponderaciones de la economía dominicana, minimizando los efectos de la economía mundial, y los cambios disruptivos que han estado ocurriendo en la misma, de la cual este país depende en un 70%".

"Desde el año 1964, siendo estudiante de la Universidad de Columbia, me he enfocado en analizar, de una manera importante, la economía mundial y sus efectos".

“A partir del 2002, nos dedicamos totalmente a los estudios de todos los factores que inciden en la economía y geopolítica mundial. Estudios que he publicado en el prestigioso periódico Hoy".