El 15 de diciembre del 2018 comentaba en este mismo medio sobre la feria del libro. Curiosamente diciembre, cuando las ferias del libro se celebran en el mes de abril. Ahí plasmaba mi preocupación sobre la organización de la misma. Hacía una breve crónica sobre mi experiencia en dichas ferias .

Esta vez no he podido asistir por razones personales, pero me alegro, no me arrepiento, no me perdí de gran cosa, puesto que según los comentarios ha sido “el verdadero desastre”.

Mi hijo menor el sábado luego de la inauguración fue con toda ilusión a visitarla. Le pregunté qué tal. Su respuesta fue “ahí no hay ná”. A la última feria que asistí fui el primer fin de semana, nunca había visto desorden más grande que ese, pero parece que esta no le llevaba nada a la del 2019.

Como vivimos en la Zona, asistió con amigos un día, con su esposa e hijo otro día, incluso fue solo, su parecer nunca cambió. Gran desilusión.

Mi hijo era un referente para mí, es un lector, le gustan las ferias, todas, herencia mía y aunque creíble su apreciación, seguí todo a través de la prensa escrita y a través de las redes. No se me quedó ni un solo comentario sobre la misma.

Soy amante de la historia, por lo que esos “chinos-dominicanos” -y me imagino que saben a quienes me refiero-significan mucho para mí en cuanto a sus apreciaciones. Son personas conocidas y reconocidas. El hecho de que ellos tuvieran su opinión sobre esta feria es de mucha credibilidad para mí.

Mis expectativas eran muchas, creía que luego de dos años, o el tiempo que fuere, a la hora de retomar la misma sería con un criterio diferente, con una planificación y una organización incuestionable. ¡Qué lío!

Cuando yo voy a preparar una receta de cocina, sea dulce o salada, el día anterior hago un listado de los ingredientes. Cuando voy a comenzar con mi receta, coloco todo sobre  la mesa, paso revista para que nada se me quede y todo resulte satisfactorio.

Hace muchos, pero muchos años, las hijas  de mi gran amiga doña Yuni estaban preparando un día de playa. Eran adultas todas, muy responsables, pero su mamá estaba fiscalizando todo lo que iban a llevar, se ocupó hasta de las bolsas plásticas para que echaran la ropa mojada, les buscó las toallas y demás cosas. El novio de una de ellas, hoy su esposo, observaba, recuerdo cuando dijo: “Doña Yuni, mi mamá nunca nos preparó viajes, nosotros lo hacíamos”, ella sonrió.

Cuando se tiene responsabilidad de algo se delega, pero no se confía. No hay que echar culpa del desastre a un equipo. Todos, desde la cabeza hasta el último de los que tienen que ver con la organización, son responsables.

Cuando he visto comentarios de personas creíbles en todos los medios he sentido pena también porque pensaba tenían otro concepto en cuanto a decir las cosas de una forma veraz. He pensado que les ha movido el “lambonismo” porque, ante tantas opiniones adversas sobre la misma, es imposible que digan que fue “la mejor feria de todos los tiempos, la más organizada y la más concurrida”.

Admito que quienes la organizaron o más bien la desorganizaron digan que se sienten satisfechos con los resultados y el éxito, porque tienen que limpiar su imagen y el papel lo admite todo.

Tampoco es cierto que es la primera que se realiza en la Zona, en 2019  fue realizada en ese entorno, pero dejando mucho que desear, aunque ubicada en un solo lugar. Ahora parece que hicieron uso de otras instalaciones, mas esto no fue de gran ayuda.

Hablo por lo que me han contado, por lo que he leído, por lo que he escuchado, pero me da la visión suficiente para decir “Qué tollo”.