El próximo 23 de este mes, se cumplirá un año de la presentación de la Marca País dominicana en Nueva York en un vistoso acto-show para mostrarla en los Estados Unidos principal socio comercial del país y en el que no podía faltar algo tan propio como nuestra música, cantantes famosos, bailes, e incluso un poco del carnaval criollo, acompañado de una buena parafernalia escénica y como no, la asistencia del omnipresente y ubicuo presidente Luís Abinader acompañado de otros funcionarios que explicanron las maravillas y bondades de la Marca y los beneficios que nos iban a aportar. Así que de manera un poco adelantada ¡Felicidades Marca País! Una velita a soplar en tu ausencia y posiblemente por lo que se está viendo no será la última.

Unos buenos milloncitos gastados en fiestas y premios para mostrarle al mundo cómo no debe hacerse una promoción de un país a nivel nacional y sobre todo internacional. A más de 400 o 500 días vista desde que mostró aquel eslogan tan agentao de ¨La República del Mundo¨ y el modificado posteriormente a ¨La República para el Mundo¨, del grafismo de la R D copiado de la ilustración del ruso Iván Bobrov y transformada después en una RD de código regional con unas extrañas florituras por delante, la tan prometedora marca país dominicana está más callada que un ladrillo empañetado.

Ni se la oye por la radio, ni se la ve por televisión o por los exteriores en vallas o carteles. Ni por debajo de las alfombras de los despachos de la Presidencia o el Ministerio de Turismo, ni siquiera por los centros espiritistas como decimos coloquialmente. Parece haber desaparecido del mapa por arte de magia, o mejor dicho producto de la mala magia y el peor arte con que la fabricaron.

Hasta hace tres o cuatro meses sonaba un solitario anuncio de una entidad no oficial por una emisora con el lema antiguo de ¨Lo tiene todo¨, como ufanándose por su superioridad de alcance y de concepto sobre el último aprobado, el agentado, pero ya ni eso.

¿Qué ha sucedido con la Marca País dominicana? ¿Se han dado cuenta que fue un toyo de pies a cabeza y sienten vergüenza de exhibirla frente a tantas personas que la cuestionaron? ¿Acaso es otra de ¨las cosas¨ que se hacen y no se les da seguimiento y desparecen solas con el tiempo a lo que somos tan aficionados los de por aquí? ¿No hay los molongos necesarios para llevarla a cabo como mandan los cánones del Branding de esa especialidad? Sea la causa que sea, un año entero sin salir a escena es un claro indicio de su poca o nula utilidad y también de su poca o nula intención de usarla.

Si yo fuera el presidente Abinader, si me terciara la ñoña, además aprovechar esa coyuntura para subirme el sueldo, con la mano en el corazón admitiría el error cometido, y como buen político lo endulzaría un poco diciendo que se aún se puede hacer una mejor Marca País y reanudara un nuevo trabajo encomendando su elaboración a empresas serias y profesionales reconocidos del ramo de aquí, de allá, o de acullá, que Sí sepan lo que deben traerse entre manos.

Una Marca País es algo muy delicado cuya elaboración no puede dejarse en manos de políticos, amigos, estudiantes o personajes por muy notables que sean pero que desconocen el asunto de crear y gestionar marcas. Errar es de humanos y reconocerlo de divinos o algo así dicen por ahí.

Una nación como la nuestra dotada de tantas maravillas reales y potenciales, de tantas oportunidades para todo y para todos, no puede continuar sin una buena Maca País, interna y externa, que nos posicione y nos diferencie claramente de otros y que nos aporte numerosos beneficios económicos, políticos y sociales. A estas alturas, no tener una Marca País como es debido es exhibir por omisión o ineptitud una Marca Vergüenza. Ni más ni menos y duela a quién le duela, comenzando por mí mismo.