Mi padre siempre mencionaba esta farmacia ya que, cuando joven en la década del 1930 en el pasado siglo XX, trabajó allí brevemente. Se asombraba de la organización de ese establecimiento, de cómo se preparaban las recetas o preparados según las instrucciones de los médicos. Y es que esta farmacia es en palabras de 1985 de Clara Ornes “un sinónimo de triunfo” en un artículo publicado en El Caribe en 1985.
La farmacia Normal inició sus operaciones en 1837 por don Santiago Espaiilat, en plena ocupación militar haitiana con la intención de llevar a la comunidad de Santiago de los Caballeros un servicio de calidad en la salud.
Pero además en la farmacia siempre estuvo el germen de la libertad y de las acciones a favor de un mejor país por lo que sus propietarios participaron en las luchas de la independencia nacional. De hecho, don Santiago, además de su dedicación a la farmacia, también fue un prestante ciudadano llegando a ocupar el cargo de Juez de primera instancia y miembro del consejo conservador, lo que hoy es el Senado de la República.
En los años de la independencia se integró a la dirección de la farmacia su hermano Pedro Espaillat, y luego el hijo de éste Ulises francisco Espaillat, quien fue director de la farmacia pero fue un destacado político que llegó a la presidencia de la República. En adición a la labor farmacéutica, Ulises Espaillat fue diputado y participó activamente en el movimiento restaurador en febrero de 1863. En la botica, como se conocía a las farmacias ofrecía consultas médicas el doctor Ramón Emeterio Betances, dominico-puertorriqueño, conocido como “El médico de los pobres”, quien fue un destacado participante en las gestas restauradoras en nuestro país asi como en El grito de Lares en Puerto Rico. La farmacia se encontraba en la calle El Sol de Santiago y fue destruida por el incendio de septiembre de 1863. Don Ulises la restauró y reinauguró en otro local de la misma calle. Debemos destacar igualmente que en unas habitaciones de la farmacia, el doctor Arturo Grullón inició un quirófano con todas las características de un centro de ese tipo en la segunda década del siglo XX. Así inició el cambio de que las cirugías no se hacían en las casas de los pacientes sino que se desarrollaban en un local con todas las garantías.
La farmacia ha cambiado de propietario con los tiempos, luego de la muerte de Don Ulises paso a Augusto Espaillat y sucesores, luego fue adquirida por Daniel Espinal hasta 1968 que la familia Espaillat la adquirió de nuevo, para finalmente y manejada por Marino Espinal es hoy parte de Farmax, cadena de farmacias que fue adquirida en 2018 por el Grupo Carol. Ha sido todo un camino que esta institución, orgullo de Santiago, ha seguido por tantos años. En la farmacia hasta hace unos años se guardaban muestras de los medicamentos que les hicieron famosos como las pastillas vegetales de Kemp, el vino de Chaissang o el agua de florida de Murray y Lanmann. En la farmacia tenían los frascos de cristal de Bohemia en donde se guardaban los insumos para elaborar las recetas que los médicos ordenaban, así como los libros de registro de tantos personajes de la vida pública dominicana que fueron clientes de esa farmacia. Los libros de recetas de los médicos de Santiago son una fuente de referencias sobre la vida y ejecuciones de tantos médicos importantes en la ciudad de Santiago. Además médicos de otras regiones del país enviaban sus recetas a la farmacia por la seriedad de sus preparados.