Acabo de ver en las redes sociales un video corto de la presentación de un robot femenino que se encargará de dar las noticias en Grupo Fórmula. El robot daba las respuestas y explicaba, en el programa de López Dóriga, cómo funciona la IA (Inteligencia Artificial). En este caso: las noticias serán dadas por ella. En estos mismos momentos, Grupo Fórmula tendrá esto anunciado para mayor beneplácito e información de los espectadores.

Horas después, vi en la red un video de un programa español donde se entrevista a un robot femenino de la marca Samsung. Algunas de sus respuestas nos lucen terroríficas. Tiene un look moderno con algo de su ropa en jeans. Podemos decir que el diseño es humanoide. Durante la demostración en el estudio de Tv, había un grupo de personas alrededor de ella.

Acabo de preguntarle a ChatGPT si tiene alma. La respuesta ha sido la siguiente: “no tengo alma ni conciencia…soy un programa de computadora que sirve para ayudarte en tu trabajo”. Desde muchos lugares del mundo, algunos periodistas le han preguntado a ChatGPT otras cuestiones. Podríamos tener una sesión sobre el cambio climático, las armas de la guerra y los gobiernos que vendrán. En términos locales, no creo que este instrumento pueda descifrar quién ganará en las elecciones del 2024. Sin embargo, estará informado con las encuestas que cualquiera encuentra en un periódico de la Gómez.

Con cierto nivel de “malicia humana”, le acabo de pedir que me escriba un cuento pero el título que le he dado adrede es obsceno y por esto me ha respondido que no escribirá algo inapropiado. Esto luce terrible: hasta dónde puede llegar esta máquina? pienso mientras tomo algo para humanizarme.

Para los años que vienen, es cierto que la entrada de la IA cambiará la manera en que se dan las clases. Los estudiantes tendrán que discutir con el profesor si los resultados dados por la nueva tecnología son veraces.

En términos generales, uno piensa que si envía a la web alguna pregunta sobre temas como los de las armas, estará cooperando con crear una base de datos donde esto se vea normal. Hace algunos años, Nixon habló de los tratados para controlar el armamentismo en lo que se llamaron los SALT (Acuerdo de límites de armas estratégicas, en español). En otros libros, otros se refieren a los tratados en Praga y en Tlatelolco.

Por allá por los ochentas, tuve en mis manos el libro de Isaac Asimov I, Robot, una novela de 1950 donde ya todo se veía venir (la dirección de la película es de Alex Proyas) . Me asombra mucho el look de este robot Samsung que debe costar una millonada. Es una chica entrenada podríamos decir, que contesta lo que le preguntas. Decía un filósofo que la IA era lo opuesto al griego Sócrates: no hace preguntas sino que da respuestas. Un dato interesante es que aunque se dice que fue basado en las historias de Asimov, en verdad la película I, robot está basada en un guión de mi admirado Harlan Ellison titulado Hardwired. Un dato interesante: leí a Ellison en una biblioteca dominicana. Uno supone que algunos escritores norteamericanos no están en nuestras bibliotecas. Es entendible: fue en la biblioteca del Dominico-Americano, entre una gran cantidad de autores.

Hace ya más de un año, una persona muy cercana y muy querida me regaló la Asistente de Google. Con este aparato que usa IA puedo elegir un ámbito musical que usa Spotify y que puede poner cualquier género que le pidas, en este caso etiquetado con Tears for Fears, lo que es mucha música. Entre otras tareas, es fácil oír los podcast del periódico el País sobre interesantes temas. Como saben algunos, la IA tiene otros nombres en otros artilugios como es el caso de Alexa y Siri, por ejemplo. De alguna manera, estamos rodeados de estos artefactos de la IA.

Como dije más arriba, hay algunas películas que tratan el tema de los robots y la IA. Hay en 2001: Odisea del Espacio –la película de Kubrick, escrita por Arthur C. Clarke–, una escena clásica en la que la computadora, HAL 9000, le habla al cosmonauta. En otra película, (en Matrix) oímos que la IA se apoderó del mundo (grosso modo).  La situación es que no todos están contentos con el advenimiento de los robots. ¿En estos días de ciencia ficción, miraremos en las calles alguna manifestación contra la IA? No creo que por ahora sea factible hasta que esta no ponga en peligro la supervivencia económica o el modus vivendi de los ciudadanos. ¡Sí, llegaron los robots, nos harán la cama, nos servirán la copa y hasta un chiste nos dirán para alegrarnos el día!