Es momento de luto nacional. Una tragedia en el centro urbano de San Cristóbal, colma la nación de lamento y meditación. Pero también de “rabia” sobre el caos de uso de suelo que caracteriza la República Dominicana hoy.

El tribunal de las redes sociales es implacable. Se culpa a “una panadería, una fábrica de plástico, un mecánico y un camión de gas” como autores directos. La ausencia de normas de uso de suelo y ordenamiento, podría inculpar como los autores intelectuales de la fatalidad, a diversos organismos públicos (nacionales y locales) con la debida competencia al respecto. Sin embargo, la investigación apenas inicia.

En este isla se piensa que un título de propiedad, es como la licencia que otorga al agente James Bond, el Servicio de Inteligencia Secreto de su Majestad, denominado MI6, de derecho a matar. Todavía creemos que podemos colocar una empresa donde nos plazca, comprar camiones de carga a discreción para comercializar lo que sea, a cualquier hora y construir todo tipo de edificaciones en áreas vulnerables.

Este desorden urbano puede alcanzar a cualquier familia, independiente del nivel social y zona urbana que resida. Residentes en Los Cerros de Gurabo en Santiago, indican que a menos de 50 metros de la zona más poblada de esta exclusiva urbanización, una empresa tiene una sede irregular de camiones que transportan y suplen gas licuado de petróleo a diversos comercios.

En la ciudad medianamente organizada que es Santiago hoy, a diario cientos de vehículos de carga, trasladan de aquí para allá, estas “bombas ambulantes”. Andan “sueltos en banda” en la ciudad. Camiones cisterna se mueven a discreción. Incluso varias centrales del transporte, construyeron almacenes de gasolina en el centro histórico. Zona que todavía tiene la mayoría de sus establecimientos comerciales construidos de madera inflamable.

El presidente Abinader y el Congreso hicieron su trabajo al aprobar de una vez por todas, la ley de ordenamiento, uso de suelo y asentamientos humanos No. 368-22. Mandato de política pública que faculta al Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y a los Ayuntamientos correspondientes, hacer lo que hay que hacer. Lo primero es culminar el Plan de Ordenamiento Territorial del municipio de San Cristóbal. También de otras grandes ciudades del Gran Santo Domingo, Distrito Nacional y Santiago.

Es en las grandes ciudades donde impera la masificación del desorden en el uso de suelo. El caos de colocar empresas sin atenerse a normas. Sin asegurar por ejemplo, el buen manejo del agua industrial. Por ejemplo, Menos del 1% de cientos de empresas analizadas por CORAASAN y el plan estratégico, emiten sus efluentes industriales con el debido tratamiento; y menos de 10% tienen procedimientos de prevención de riesgos.

Para impulsar el ordenamiento territorial y el uso adecuado del suelo, favor de no “inventar la rueda”. Santiago tiene un plan de ordenamiento en funcionamiento, que fue el primer proyecto que el presidente del Consejo de Desarrollo Estratégico de Santiago, Miky Lama y el Alcalde Sued Sem, impulsaron en el año 2004.

Domingo Matías dirigía el PARME de la Unión Europea (UE), y aportó recursos para que fuera desarrollado desde el Ayuntamiento de acuerdo a la ley. Se donó un laboratorio cartográfico y diversas computadoras con software especiales, que con los especialistas que tiene Santiago y asistencia internacional, esta ciudad fuera como todavía es, la primera urbe con un plan de ordenamiento territorial de adaptación climática, que se cumple. Asimismo debe apoyarse a Santiago para que robustezca su capacidad al respecto.

Santiago tiene condiciones, con el apoyo del MEPyD de ayudar los ayuntamientos más críticos; los de las grandes ciudades para que puedan tener cada una su Plan de Ordenamiento.

Creemos imprudente salir ahora con el “populismo metodológico de promover enlatados” para que los 158 municipios tengan planes de ordenamiento sin calidad, para decir que lo tienen, pero no lo aplican. Recomendamos hacerlo en aquellas ciudades que han llegado a una importante acumulación de población, densidad edificatoria y poblacional (Mancha Urbana).

Es una coyuntura propicia para pasar a la acción normativa del uso estricto del suelo. San Cristóbal como provincia tiene uno de los crecimientos urbanos y poblaciones más dinámicos de la isla.

Una superficie territorial provincial de 1,241 km2, de los cuales 212.6 (17%) pertenecen al municipio San Cristóbal. De estos, según el software de google de mapas, hoy apenas tiene 30 Km2 de trama urbana continua, la cual está ocupada por más del 80% de la población de 688,828 habitantes.

Necesitamos ordenar el uso del territorio nacional de República Dominicana de unos 48 mil, 442 kilómetros cuadrados. Asimismo contribuir a ordenar y zonificar el territorio de Haití. Incluimos la vecina república, porque ríos, agua del subsuelo, bosques, flora y fauna no tienen nacionalidad, raza, religión, ni color de piel. Imponer zonificaciones territoriales que precisen el qué se puede y no se debe edificar y desarrollar en los diversos territorios críticos de la Isla la Hispaniola. De la isla en su conjunto, desde bahía de la Croix y Dossous hasta cabo Engaño en La Altagracia.

Hemos escrito hasta la saciedad que la planificación estratégica territorial y el plan de ordenamiento del uso de suelo deben ir de la mano. Es decir, son categorías de gestión pública y privada que deben ser concurrentes, convergentes y acontecer, una paralela a la otra. No hacemos nada con formular el mejor plan estratégico del universo sin que este se corresponda con la existencia de normas de uso y ordenamiento territorial.

Los capitaleños que han administrado áreas sensibles por el Estado, para asegurar las normativas de uso de suelo, no entienden lo anterior.

En Santiago, se dividió el uso de suelo según el Artículo 37 del plan de ordenamiento en Suelo de Uso Industrial Clase A (Peligrosas y Nocivas): en todo el territorio del Municipio Santiago esta clasificación de uso de suelo corresponde a las franjas y polígonos de suelos habilitados para el funcionamiento de edificaciones que alberguen instalaciones de fabricación de bienes y/o almacenaje de materiales considerados como de Peligrosos o de Riesgo Alto.

También se consideraron las condiciones en el Suelo de Uso Industrial Clase B (Molestas) en el Municipio Santiago. Esta clasificación de uso de suelo corresponde a las franjas y polígonos de suelos habilitados para el funcionamiento de edificaciones que alberguen instalaciones de fabricación de bienes y/o almacenaje de materiales con desechos, olores y residuos nocivos para la salud humana y animal y nocivos para el medio ambiente.

Finalmente se consideraron los territorios con situaciones en el Suelo de Uso Industrial Clase C (Inocuas): Esta clasificación de uso de suelo corresponde a las franjas y polígonos de suelos habilitados para el funcionamiento de edificaciones que alberguen instalaciones de fabricación de bienes y/o almacenaje de materiales considerados con potencial de producir molestias corregibles o controlables dentro del límite de la porción de terreno que ocupen. Que no alteran la calidad de vida de las personas, ni afecten la naturaleza.

Así mismo la norma establece; cuál suelo es de uso agrícola, cual es de conservación, uso pecuario y agroindustrial.

Finalmente, precisamos que el Plan Estratégico es conciliación de poderes legales, reales y fácticos que actúan sobre un territorio que permite pautar estrategias y proyectos de desarrollo. Por su parte, el Ordenamiento Territorial es una política pública normativa a nivel territorial para estructurar, organizar e imponer de forma sistémica, reglas claras de uso, valor de uso, ocupación y propiedad del territorio, que dispone una orientación de la economía y la población en el crecimiento urbano y rural esperado de un territorio.

Por su parte, el Plan Municipal de Ordenamiento Territorial (PMOT) indica, señala e impone ordenanzas, reglamentos y normas para señalizar entre otros grandes productos: i) el modelo de crecimiento urbano y rural que se va a imputar en un territorio, ii) las divisiones y las fronteras territoriales más importantes; iii) las líneas normativas para diseñar las grandes infraestructuras municipales, iv) los sistemas de orden para proteger los recursos naturales, las zonas de vida y la biodiversidad.

El Plan Municipal de Ordenamiento Territorial de Santiago (PMOT) en su escenario planificado establece una huella urbana de la ciudad de Santiago consolidada, re-densificada y con aprovechamiento satisfactorio de su capacidad de carga territorial, para unos 900 mil habitantes, con densidad promedio de 117 Hab/Ha  y 57.5 Hab/Ha, en todo el entramado urbano incluyendo los cinco (5) Distritos Municipales.

Con perímetro urbano redefinido y puesta en práctica de instrumentos eficaces de control de la expansión de la huella urbana, con suelos recalificados producto de la erradicación de asentamientos precarios que ocupan suelos en zonas de riesgo e insertos en las márgenes del sistema hídrico superficial de la ciudad. Un área urbana central con barrios o sectores de nivel socioeconómico medio o bajo reordenados, áreas industriales planificadas y calificadas producto de la reubicación de las industrias dispersas en la huella urbana e inadecuadamente insertas en áreas predominantemente de uso residencial, y con nuevas áreas residenciales en las zonas de urbanización prioritaria (16.63 km²) dentro del perímetro urbano definido, lo que consolida definitivamente, la trama actual difusa.