He tenido la oportunidad de estar en el continente africano muchas veces, la mayoría de ella en condiciones de dirigente sindical internacional.
He recibido la hospitalidad y la confianza de muchos dirigentes humildes, pobres, que compartimos ideales sociales, espirituales, principios y valores.
La superficie de África es de 30.221.532 km², con una población de 1.009.616.000 habitantes, una densidad de 38 habitantes por /km², su gentilicio es "africano", "africana".
Mis vínculos con los trabajadores africanos se iniciaron por mis relaciones con los dirigentes de la "Organización Democrática de Sindicatos de Trabajadores Africanos (ODSTA)", que agrupaba 35 organizaciones nacionales de África, ocho federaciones profesionales panafricanas, en 29 países de ese continente, afiliadas a la Confederación Mundial del Trabajo (CMT).
Entre las federaciones profesionales de la ODSTA estaba la Federación Panafricana de Trabajadores de la Agricultura y la Alimentación (FEPATAA), afiliada la Federación Mundial de Trabajadores de la Agricultura, Alimentación y Hoteles (FEMTAA), de la cual fui su secretario general por mas de 10 años.
Mis actividades en África eran coordinadas con la Federación Panafricana de Trabajadores del al Agricultura y la Alimentación (FEPATAA), y actué en mi condición de secretario general de la FEMTAA, con sede en Bruselas, Bélgica.
Cuando fui designado Secretario Ejecutivo de la (FEMTAA), en 1993, sugerido por Emilio Máspero y Eduardo García, de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), en una reunión de la CONFEDERACIÓN MUNDIAL DEL TRABAJO (CMT), en la Isla Mauricio, esa organización tenía cuatro ( 4) organizaciones afiliadas en África; en 1995, cuando fui electo Secretario General, tenía cinco organizaciones africanas, al concluir mi mandato, en el 2004, existían 26 organizaciones nacionales del sector de la agricultura y la alimentación afiliadas a la FEMTAA, siendo en ese momento la más importante federación profesional en ese continente.
Dios me ha concedido la oportunidad de visitar a la Isla Mauricio, Togo, Benín, Senegal, Chad, Camerún, Burkina Faso, Costa de Marfil, África del Sur, Marruecos y Malí, donde he convivido con trabajadores, especialmente campesinos que viven en zonas pobres y condiciones de vida y trabajo muy penosas.
Encontrándome en Lomé, Togo, en mi primera participación en un Seminario para dirigentes campesinos, me solicitaron que explicara la ideología de la organización que representaba, y les dije, entre otras cosas:
"Queridos compañeros sindicalistas africanos; la Federación Mundial de Trabajadores de la Agricultura, Alimentación, Hotelería y Afines (FEMTAA), de la cual soy el Secretario General, practica un sindicalismo HUMANISTA, porque cree que la historia es el proceso de hacer al TRABAJADOR cada vez más hombre, más HUMANO ; porque cree, como organización sindical mundial, que tiene una tarea decisiva en la liberación humana y plena del hombre, de todo el hombre y de todos los hombres.
La FEMTAA organiza trabajadores de diferentes religiones, tanto católicos, protestantes, musulmanes, budistas, animistas, y no creyentes; donde todos coinciden en que el centro de todo el universo es la PERSONA HUMANA, y que el sindicalismo debe tener su propio pensamiento, rechazando toda forma de explotación, de opresión, de enajenación del trabajador, siendo los hombres y mujeres trabajadores el sujeto de la historia.
El Humanismo Integral es la tendencia de la realización total del trabajador, concebido como hombre racional y capaz de actuar responsablemente, como parte y síntesis de la sociedad.
Creemos en la supremacía del trabajo sobre el capital, porque es la obra de la persona humana; y creemos en lo espiritual, por encima de lo material.
La FEMTAA se inspira, motiva y tiende a la realización concreta de cada trabajador, sea un campesino, peón, trabajadora doméstica, intelectual, trabajador de turismo, o profesional, porque no es la profesión, ni la industria, ni el oficio lo que vale, sino su Dignidad Humana, tal como lo dice la Declaración de Principios.
Les expliqué que “El Humanismo Integral” se concreta en las condiciones que favorecen el desarrollo de la Persona Humana, tanto en las necesidades del cuerpo como en las del espíritu.
Dentro del Sindicalismo Humanista, que defiende la FEMTAA, el trabajo es valorado y tratado como una expresión de la Persona Humana, nunca como una mercancía, como pretende presentarlo el neoliberalismo.
La humanidad siente orgullo del fruto del trabajo, todo lo que es bienestar y belleza en el mundo ha sido obra concreta del músculo y del ritmo del pensamiento de la clase trabajadora, tanto intelectual como físico.
El humanismo integral tiene como objetivo la superación del individualismo por una sociedad comunitaria, es decir, no es para el desarrollo exclusivo de una persona, sino de los trabajadores como personas, teniendo como objetivo el Bien Común.
Finalmente les dije que, el humanismo enseña a los trabajadores a pensar y también a actuar, dando confianza en nosotros mismos, como sindicalistas y trabajadores, valorizando el trabajo, a ser personas comprometidas con el trabajo, la familia, la sociedad y el sindicalismo; a descubrir que todas las sociedades, en todos los continentes, son integradas por Personas Humanas, sin importar la nacionalidad, la raza, el sexo, la religión o el color."
Por esta conferencia; clases de sindicalismo en la Universidad de Obreros Creyentes en Lomé, Togo, y en el centro de educación sindical, de esa ciudad, me convertí en uno de los ideólogos del sindicalismo africano, porque esos trabajadores y campesinos, nunca habían escuchado una exposición ideológica sindical.
Años más tarde, en junio del año 2006, en un acto que se realizó en el Hotel Sofitel Amitié, en Bamako, capital de Malí, en África, durante la celebración del Seminario Internacional del Comité de Seguimiento del Acuerdo de Cotonou, que se celebró con la participación de representantes de la sociedad civil de 23 países africanos, autoridades de la Unión Europea y miembros de los Estados ACP (África, Caribe y Pacifico), dirigentes sindicales me hicieron un reconocimiento público por mis aportes al sindicalismo africano.