Cuando a la gente se le pregunta como esta su situación, va a responder según esté viviendo y sintiendo en el presente de manera particular y su percepción de cómo están viviendo los demás de su entorno. Su respuesta si lo vemos desde el punto de vista colectivo, va a depender de su situación socioeconómica, es por eso que dependiendo de la posición en términos de ingresos y de la satisfacción en lo relativo a servicios, va a reaccionar cuando se le pregunta.

Recientemente el Ministerio de Economía divulgó una encuesta, denominada de Cultura democrática que había realizado la Gallup. Entre los resultados se destaca que una mayoría manifestaba su desconfianza en los demás, tanto desde el punto individual, pero sobre todo en lo que respecta a las instituciones en el ámbito público.

Esta encuesta, según se detalla en la publicación, se realizó en tres momentos: Abril del 2022 en la cual es resultado es que 66.3% creía algo o poco en los demás y similar tendencia en abril del 2023; así de 26% a 27% cría nada en los demás.

Un dato relevante de los resultados de la encuesta en cuestión es que el 75.2% señaló que no confía en los funcionarios públicos y solo el 22.2% confía mucho en Luis Abinader, un dato a todas luces contradictorio, con relación a resultados electorales con los que fue declarado ganador como presidente en las pasadas elecciones de mayo, con más del 57% de los votos emitidos.

Aunque desde el gobierno se insiste sobre como se ha ido fortaleciendo la democracia en la actual gestión, sin embargo, la percepción de la población es que no se gobierna para fines de fortalecer el bienestar colectivo, el 28.9% estableció que se gobierna para el bien común. El 67.3% considera que la Republica Dominicana esta gobernada por algunos grupos poderosos en función de sus intereses individuales y el 68.7% expreso que no se priorizan los objetivos colectivos.

Si la encuesta se profundiza aún más segmentando los sectores de menores ingresos de la población, incluyendo las personas de clase media baja, lo más probable es que el porcentaje en lo relativo a falta de confianza en las instituciones públicas y sobre todo en la coyuntura actual del gobierno de turno, fuera más alto. Esto en función de que estos sectores son altamente sensibles en lo que respecta a los servicios públicos, que el gobierno tiene la mayor responsabilidad de proporcionar a la población, como el caso de electricidad, agua, salud pública, educación pública, infraestructura vial, seguridad ciudadana, aspectos en los cuales se muestran a diario con dificultades en distintos sectores, sobre todo barriales.

Esa sensación de segmentos importantes de la población, de que las instituciones públicas no están dando respuestas adecuadas a sus demandas de servicios, agregado a la situación de inflación que golpea la economía familiar, hace que un número cada vez mas creciente de dominicanos, sobre todo del sector joven, pierdan las esperanza de vivir en el país que los vio nacer. En consecuencia, en lugar de estudiar para ser profesionales y trabajar, se plantean nuevos horizontes fuera del país, arriesgándose a incursionar en aventuras de salida hacia otros países, sobre todo a Estados Unidos, ya sea por la vía de la yola a Puerto Rico, con un balance dolorosamente trágico o irse como denominan por la vuelta de México, donde son expuestos a ser timados por traficantes de personas o en el peor de los casos morir en manos de delincuentes que merodean en la zona de frontera entre México y Estados Unidos. Así han desaparecido muchos dominicanos y otros latinoamericanos, que aun sus familiares tienen la esperanza de volver a ver.

Es cierto que en las últimas décadas se ha mantenido niveles de estabilidad política en nuestro país, pero esta no es sostenible si no se desarrollan políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones de bienestar de la mayoría de la población, pues de lo contrario el deterioro de las relaciones económicas y sociales, pueden torpedear dicha estabilidad.