El tema de hoy nace de un encuentro que muy gentilmente organizara el amigo Luis Sánchez Nobles y su esposa Mildred como presidente y vicepresidenta de la Fundación Innovati con el CEO-presidente Bela Szabo del Parque Industrial Las Américas, además de los señores Joan Henríquez (Plant Manager Rockwell Automations), Enrique Franklin (VP y Gerente General Scotia GBS) y Richard Castro (Gerente General de Remington Medical). 

En este encuentro, que podría calificar como extraordinario, estuvimos presentes por la Comisión Nacional de Bioética Selma Zapata (presidenta de dicha comisión) y yo, miembro de esta. El tema que nos convocó fue la Importancia de la Bioética en RD y la creatividad de los técnicos dominicanos en la zona Franca de Las Américas. A nuestra intervención le llamamos simplemente Ética y Empresa.

Iniciar con la visión y la perspectiva de gestión de los miembros presentes del referido Parque Industrial, fue un atino importante. En sus palabras nos situaron en una gestión empresarial que tiene como principio el desarrollo y bienestar humano y, con ello, la generación de un clima laboral positivo cuya consecuencia es una alta productividad para las empresas.

Nuestra intervención reflexiva partió de una pregunta que considerábamos pertinente al mismo tiempo que provocadora: ¿Qué espacio existe para la reflexión ética en una organización cuyo denominador común es la búsqueda del lucro en un contexto social impregnado por el consumo y las cuestiones materiales? ¿Se trata solo de un modismo o de una estrategia de marketing?

El denominador común cobra sentido si en la práctica empresarial y sus decisiones entran en juego los valores que sostendrían el beneficio mutuo: capital y empleado o colaborador, como el de empresa y sociedad o empresa y país. No es cualquier tema como tampoco cualquier realidad. Las perspectivas desde la cual se pueda mirar, pueden ser muy contradictorias.

El mundo de hoy se caracteriza por un comportamiento de consumo que está muy por encima de las necesidades básicas de y para la vida. El lujo exorbitante, el consumo irracional inducido, norman la vida de la sociedad contemporánea. Esta situación traspasa clase sociales y condiciones económicas de vida, la diferencia fundamental lo proporcionan, en sentido general, los montos que ello presupone. Tema estudiado con anterioridad.

Bajo esa situación las empresas del calzado, ropa, perfume, y un largo etcétera, brindan su marco para todos los gustos y posibilidades. Un joven de un barrio camina airoso con sus tenis de marca, aunque ese producto no tenga la misma calidad, por supuesto, de aquel que está destinado a otro sector; lo mismo para la perfumería como la ropa, en general.

El tema se hace más controversial, al mismo tiempo que de gran interés, cuando nos colocamos desde la perspectiva del bienestar social o colectivo.

Hay dos tradiciones filosóficas muy contrapuestas respecto al carácter de la empresa, la primera, que se prefigura en el pensamiento de Aristóteles y que alcanza su máxima expresión en Carlos Marx, presupone que los negocios constituyen una actividad inherentemente de falta de ética; la segunda tradición, representada por otros dos pensadores de la Ilustración, como Kant y Mill, menos pesimistas respecto de las transacciones mercantiles, considera que, en este como en otros ámbitos, la decisión de actuar con o sin ética depende de los que hacen negocio.

Haber organizado esta actividad supondría que quienes estamos ahí se sitúan o desearían situarse desde esa segunda opción.

Hoy día la cuestión de la ética empresarial se vincula directamente con la responsabilidad social, y eso queda de manifiesto en múltiples documentos e iniciativas tanto del sector empresarial como del sector estatal en que se promueve de manera significativa dicha responsabilidad, llegando incluso a tener notables iniciativas para desarrollarla y reforzarla.

La ética como ética de la vida, y de ahí el concepto de bioética, se vincula críticamente a distintos campos de la actividad humana y en el caso que nos ocupa, en el de la actividad empresarial. 

En la empresa las cuestiones propias de la bioética tienen repercusiones tanto en su vínculo funcional con la sociedad como incluso en las cuestiones vinculadas a sus competidores, como también en aquellas que tienen que ver con el clima y las condiciones de trabajo internas a las mismas. Bienestar social, lucha por el control del mercado y condiciones laborales, temas cada uno de ellos, de gran relevancia.

Lo que prima en las decisiones que se tomen en cualesquiera de estos ámbitos, es una cuestión de valores y la decisión no siempre ha de ser fácil. El equilibrio, por supuesto, complejo.

Si el cumplimiento de la responsabilidad social pondría en riesgo la economía de la empresa esa es una situación que no se desearía, pues puede significar una crisis financiera o un riesgo de cierre, pudiendo afectar a todos de una u otra manera. 

Por otro lado, si la “bonanza económica” de la empresa, desde la óptica de la retribución a sus accionistas fuera a expensa de bajos o muy bajos salarios y condiciones de trabajo precarias, esta sería una cuestión cuestionable que posiblemente genere otras consecuencias en el ámbito laboral que pueden llegar a afectar la productividad de estas. 

Si el problema lo trasladamos a la lucha por el mercado generando prácticas no muy santas al caracterizar las bondades del producto por contraposición a la oferta contraria, también se pueden generar otras cuestiones que ponen en cuestión principios ético. Hay muchas historias conocidas al respecto.

Como se ve, la cuestión es compleja y la mejor manera de enfrentarla es desarrollar una conciencia plena de los valores y principios éticos que guíen la práctica empresarial. Tal iniciativa justificaría, por supuesto, la existencia de comités de ética en la empresa, con participación de todos, en los cuales puedan dirimirse las cuestiones éticas de sus decisiones.

Por supuesto, el estudio y análisis crítico del desarrollo empresarial, de las condiciones laborales y el bienestar de los empleados, colaboradores u obreros por parte de científicos sociales siempre tendrá un valor social de importancia.

Como dije al principio, las reflexiones y situaciones expuestas por los responsables de las empresas allí presentes, dejaron entrever de manera explícita cuestiones éticas fundamentales en la gestión de sus recursos humanos o colaboradores en las mismas, que en encuentros posteriores podrían ser analizadas a mayor profundidad (1).

(1) Algunas de estas ideas expuestas fueron tomadas del libro Ética y Empresa, valores y responsabilidad social en la gestión de Juan José Gilli. Ediciones Granica, S.A. Argentina, 2011; como del sitio web Ética y empresa: Valores y responsabilidad social en la gestión. – Juan José Gilli – Google Libros