-Porque:” Solo aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado”.

-Quizás, la única lección que nos enseña la historia es que no aprendemos nada de las lecciones de la historia. Huxley.

Más que preocupación, me produce ver el camino que transita y el desapego que se percibe en nuestra sociedad, con relación a las cuestiones fundamentales que tienen que ver con la nación. Percibo una juventud, en su gran mayoría, ignorante de todo aquello que no sean las redes y la basura con que algunos llamados youtubers o bien llamados Influencers, que les taponan el cerebro con vacuencias, y, sin que aparezca pizca de algún pensamiento con valor patrio. Es como si ese tema no existiera para esa gran mayoría donde solo el deambow o el rap de mal gusto, es lo que prevalece en sus comportamientos. En tanto, otros desesperanzados políticos o dirigentes de ONG que piensan que la ayuda internacional es la solución de nuestros problemas como país.

Haití, para muchos, es un tema que exclusivamente solo atañe a las fuerzas armadas y aterroriza, el decir de algunos intelectuales, que ese problema es exclusivo para las potencias y países relacionados desde antaño con el Oeste, mientras nosotros, solo debemos dedicarnos a observar el desarrollo de los acontecimientos. Los que así piensan, siquiera dirigen su atención hacia el gran problema mundial que representa la situación de Ucrania o Israel y la manera como, esos mismos países, le sacan los pies, pretendiendo hacerlos negociar, principalmente, cediendo territorio por una supuesta paz, que de así hacerse, duraría menos que un insecto frente a un ave.

La institucionalidad se desgrana cual mazorca de maíz roída por ratas y ha pocos les importa, ya que, solo el presente y la política partidista; el dame lo mío y los intereses particulares de los políticos, es lo que tiene vigencia. Duarte y los Trinitarios solo los nombran en determinadas fechas -al igual que los principios de los desaparecidos líderes políticos-, a los cuales invocan como medio para sonsacar la voluntad de los que no tienen capacidad siquiera para pensar, que solo son usados como instrumentos para beneficio de los políticos.

Es tanta la degradación social que, los desapegos a la institución de que se trate, civil, militar o policía que se observa, que bastaría con hablar sobre la despreocupación desvergonzada por su profesión, cual que esta sea; indolencia e inobservancia de las leyes y reglamentos sin importar si tienen o no uniforme; desinterés marcado por las responsabilidades; irresponsabilidad profesional y, todo esto, mancornado con la corrupción, es lo que no nos está permitiendo salir de este tercermundismo, dentro del cual se está desenvolviendo nuestro diario quehacer.

Estamos en una situación, en que noticias graves las vemos como algo común, pero, no lo es. Inician la demolición en el km 9 para ampliar la autopista Duarte y lo vemos como una cosa aislada, que no representa mayor peligro, pero, reitero, no es así. Al igual que el accionar de construir cosas por política y no por necesidades, quizás esta sea la razón por la cual los equipos para construir parecen más una compañía de mudanzas, ya que, inician una obra, la dejan a medio talle y los equipos vuelven hacer lo mismo.

Esto nos lleva por igual, a cuestionar el papel que desde hace décadas está jugando el Ministerio de Obras Públicas, donde antes construía y reparaba las carreteras; supervisaba que no se construyeran viviendas en las orillas de las carreteras y autopistas y el cómo se construía cualquier tipo de edificación pero hoy, eso es cosa del pasado, más bien, parece que siquiera supervisa y solo sirve como un instrumento para contratar a quienes van hacer las obras, ya que, al parecer, sale más económico alquilar los equipos y que otros ejecuten, que hacerlo con sus propios ingenieros y equipos.

La ineficiencia del MOPC y de la P.N. son las principales causas por las cuales los pobres padres de familia se adueñan y asientan donde les viene en ganas y luego solo queda darles apartamentos y hasta pintarles sus casas para poder desalojarlos de algo que se han apropiado indebidamente, por eso, se repite la historia en cualquier lugar y momento, por eso estamos mal y, por todo lo arriba expuesto, es que estamos en una pandemia de falta de autoridad y eficiencia. ¡Sí señor!