A veces escuchamos esa expresión entre amigos, parejas o a nivel familiar, a primera vista parecería maravilloso el hecho de no tener diferencias con nuestros seres cercanos, pero podría ser la fachada de una situación conflictiva.

No nacemos iguales, siempre tendremos diferencias y esto sucede tanto a nivel físico como mental. Normalmente las personas con las que tratamos nos complementan, pero cuando no se reconocen diferencias, alguien podría haber anulado al otro, impidiendo que manifieste su verdadero Yo; o quizás la otra persona no ha logrado desarrollar su personalidad lo suficiente para que sea visible. Vamos a analizar esa realidad a diversos niveles.

En la relación parental, si tu hijo aparentemente piensa como tú, les gustan las mismas cosas que tú, se comporta y se viste igual que tú, aunque tal vez sientas orgullo, debes analizar la situación, porque podría ser que tenga una personalidad muy poco desarrollada, no haya descubierto su realidad o no se atreva a manifestarla. Lo más sano es que se pueda reconocer que el niño tiene diferencias y aceptarlas, dándole el mejor apoyo posible para que pueda desarrollar su mejor versión. A menudo los padres quieren que sus hijos sean copias de ellos, lo que se evidencia en el hecho de que incluso le ponen sus mismos nombres, pero hijos iguales a los padres puede deberse a inmadurez.

Niños sumamente obedientes, podrían no evidenciar un ambiente hogareño de amor, apoyo y comprensión sino un régimen familiar de terror y represión.

Podría parecer que en una pareja no hubiera diferencias de ningún tipo, por ejemplo, todo lo que propone el marido la mujer lo ratifica como bueno y válido, sin modificaciones. Esta podría ser evidencia de un abuso sutil, no visible a simple vista. A veces alguien te afirma que su pareja está muy complacida con alguna decisión y al preguntarle a ésta, se limita a asentir tímidamente. Muchas mujeres que renuncian a sus empleos lo hacen porque los maridos las presionan a aceptar que “es lo que a ellas les conviene”.

Entre amigos, se podría dar el caso de que normalmente se haga lo que a uno de los dos le guste y el otro siempre ceda. Si para estar con tu amigo siempre tienes que adaptarte a él, no es realmente tu amigo.

En los países donde nadie protesta, usualmente hay un sistema represivo, podríamos señalar el caso de Corea del Norte y otras dictaduras. En cambio, los lugares donde las protestas son excesivas podrían faltar orden o valores humanos sólidos.

A nivel religioso, se supone que en una iglesia todos coinciden en los mismos principios o dogmas de fe. En realidad, hay un grado aceptable de similitud en las ideas de sus miembros, suponiendo que todos aceptan lo mismo y que quien piense diferente es hereje. Sorprendería conocer las diferentes creencias presentes en una misma congregación, no obstante, aprenden a vivir ignorando esas diferencias.

Se me ha preguntado que por qué, si escribo fundamentado en la ciencia le dedico tiempo al tema religioso, pues por la sencilla razón de que la Fe o Espiritualidad es un aspecto existencial determinante. Las creencias religiosas en ocasiones se han considerado más importantes que la vida misma, por lo que, ignorarlas podría ser un sesgo importante en el conocimiento humano. Aunque en la mayoría de las guerras la causa suele ser el poder o el dinero, en el caso de la guerra del Medio Oriente, la religión es principalmente la causa.

Discutir temas religiosos es complejo, ya que, para muchos, sólo debe repetirse lo que leyeron sin analizarlo, lo que no sería dialogar sino recitar, pero muchos conflictos que está padeciendo la humanidad, se resolverían si aprendiéramos a escuchar a los que tengan creencias diferentes a las nuestras sin enfadarnos. Muchos consideran que Dios necesita que lo defendamos.

Un fenómeno que mantiene una fuerte unión en torno a ideas puede ser el fanatismo y aunque todos piensan inmediatamente en el fanatismo religioso, no es el único. Hay fanatismo religioso, político, nacionalista, racial, deportista, etc. Existe el fanatismo antirreligioso o anticlerical, que condena a las religiones y/o a los religiosos, siendo incapaz de ver sus aspectos positivos. Existe el fanatismo científico, que rechaza a priori cualquier conocimiento que no provenga de científicos reconocidos, incluso careciendo de evidencias o argumentos suficientes.

En épocas anteriores de nuestra civilización, llegamos a mostrar niveles excesivos de intolerancia y como usualmente actuamos de manera emocional, de forma pendular nos hemos desplazado radicalmente al otro extremo. Por eso, actualmente nos sentimos orgullosos cuando somos capaces de aprobar cualquier tontería o irracionalidad que a alguien se le ocurra, pero al confundir nuestras referencias conceptuales, dificultamos nuestro desarrollo.

No podremos estar siempre de acuerdo con todos, pero la vida no vale la pena si no logramos ser nosotros mismos y aceptarnos, manteniendo en lo posible la armonía con los demás.

Aceptarte, aunque no pienses como yo, me permite reconocer que te quiero.