El país ha hecho avances sociales y económicos a lo largo de los años. Desde 2011 ha sido una de las principales economías de América Latina y el Caribe en términos de crecimiento del PIB.
Según el informe "Revisión multidimensional de la República Dominicana" publicado por la OCDE, el progreso en las diferentes dimensiones del bienestar ha sido insuficiente.
El documento aborda las disparidades sociales, económicas y territoriales siguen siendo importantes, y las instituciones públicas siguen siendo insuficientemente sólidas.
La serie de “Vías de desarrollo” de la OCDE ayuda a identificar soluciones políticas innovadoras para sus desafíos específicos de desarrollo.
La economía digital se aborda en el quinto eje, titulado “Lograr la transformación digital para el desarrollo inclusivo y sostenible en la República Dominicana". Esta parte argumenta a favor de una visión estratégica de la transformación digital, para que las cuestiones digitales se aborden de una manera holística y coherente.
El Decreto 71-21 creó el Gabinete de Transformación Digital, que se encarga de desarrollar una nueva Agenda Digital 2030. Siendo ratificada en el diálogo nacional sobre transformación digital, organizado por el Consejo Económico y Social.
Estos dos eventos proporcionaron una buena evidencia a los investigadores de la OCDE del compromiso político para permitir una transformación digital en el país.
Recolectamos los principales desafíos y oportunidades de la transformación digital en el, luego de la conversación realizada con el organismo durante la fase de consultas.
Vemos que algunas recomendaciones políticas fueron plasmadas en el documento. Esperamos que la transformación digital sea un catalizador para una mayor inclusión y un mayor bienestar para todos.
¿Cómo avanza la transformación digital?
Según el informe, aunque las autoridades han realizado avances significativos en la última década, todavía hay importantes brechas digitales en diferentes segmentos de la sociedad.
El país todavía está rezagado frente a sus pares regionales en varias dimensiones.
1) El acceso y el uso han mejorado notablemente. El 80 % del acceso a Internet de banda ancha móvil es a través de dispositivos móviles.
El número de suscripciones de banda ancha móvil activas fue más de cinco veces mayor que la banda ancha fija de América Latina y el Caribe. A partir de 2020, el país ha presentado tasas de usuarios de Internet superiores a la media regional.
2) Las brechas digitales persisten y se han vuelto particularmente evidentes a lo largo de la pandemia de COVID-19. La diferencia entre la región con la mayor proporción de hogares con conectividad a Internet y la más baja es de 45,8 por ciento.
La proporción de usuarios de computadoras fue del 78,1 por ciento en las zonas urbanas y del 60,5 % en las zonas rurales. Presentando una diferencia de 17,6 por ciento. Sin embargo, ambos porcentajes están por encima del promedio de América Latina y el Caribe, con un 54,4 por ciento.
3) La disponibilidad, la asequibilidad y la calidad de los dispositivos digitales siguen siendo un desafío para una mayor conectividad en los hogares. El 26,7 por ciento de los hogares en la República Dominicana en 2018 tenían computadoras. Según el informe esta cifra está por debajo de los promedios de América Latina y el Caribe (43,2 %) y el mundo (48,8 %).
El índice de asequibilidad indica que 1 gigabyte (GB) de datos cuesta actualmente el 1,2 por ciento de los ingresos medios de los hogares. Este hallazgo se encuentra por debajo del promedio de América Latina y el Caribe (2,64%).
Sin embargo, este costo por GB puede estar enmascarando las dificultades particulares que enfrentan los hogares de bajos ingresos para ofrecer conectividad a Internet.
En 2021, los planes más baratos (con capacidad de al menos 5 GB de datos mensuales) de alta velocidad cuestan 18,10 dólares. En 2020 costaban 17.00 dólares. Estos resultados también están por debajo del promedio regional de 28,00 dólares para 2021.
4) El acceso a las TIC en las escuelas ha aumentado, pero debe ampliarse a todo el sistema educativo para cerrar las brechas existentes. Sin embargo, esto es solo parcialmente cierto, ya que todavía existen brechas notables entre los diferentes grupos socioeconómicos.
El acceso a Internet por grupo socioeconómico muestra que solo el 30 por ciento de los grupos de bajos ingresos tienen acceso a Internet. En contraste, el 70 por ciento de los grupos de altos ingresos también tienen acceso.
De hecho, nuestra brecha de disponibilidad de TIC, tanto en casa como en la escuela es mayor que el promedio de América Latina y el Caribe.
5) COVID-19 ha demostrado los riesgos y beneficios del aprendizaje en línea. Existe un largo camino por recorrer para mejorar el acceso a las plataformas de aprendizaje en línea basadas en el hogar.
No todos los hogares estaban equipados con la tecnología necesaria, no todos los padres estaban preparados para asumir tareas de enseñanza.
Otros no podían mantener o encontrar un trabajo, y no todas las escuelas y maestros estaban listos para proporcionar capacitación en un formato en línea.
6) El avance hacia un sistema educativo verdaderamente digitalizado con mejores resultados educativos implica ir más allá del acceso a las TIC. Por tanto, se deben transformar profundamente las prácticas de enseñanza y aprendizaje. Un elemento clave a este respecto es promover las habilidades digitales al principio de la vida.
La exposición temprana a los dispositivos digitales se correlaciona con un mejor rendimiento en la prueba PISA. Lo que destaca la importancia de invertir en la educación temprana de las tecnologías de información.
El 50 por ciento de los estudiantes de 15 años en el país habían comenzado a usar un dispositivo digital antes de los 10 años. Un hallazgo similar a las cifras de México, pero por debajo de las de Chile y Uruguay (75 %).
7) Las tecnologías digitales pueden ser un catalizador para el crecimiento de la productividad. Por ejemplo, las tecnologías digitales tienen un gran potencial para transformar la industria agroalimentaria en la República Dominicana.
El sector industrial está pasando por un período de transformación en el que debe adaptarse a las nuevas preferencias de los consumidores. Mientras que las cadenas de valor más ecológicas e inclusivas también deben convertirse en una prioridad.
8) La incorporación de tecnologías digitales no es suficiente para aumentar la productividad; se requiere un ecosistema digital. Tener un sólido sistema de innovación es fundamental para aprovechar al máximo la transformación digital. También ayuda a promover el crecimiento de la productividad, pero la República Dominicana tiene un rendimiento inferior en esta área.
La inversión en I+D es baja en el país. Según datos oficiales representó el 0,01 por ciento del PIB en 2015. Cifra inferior a los promedios de América Latina y el Caribe (0,7%) y de la OCDE (2,34 %).
Más allá de los bajos niveles de I+D, la República Dominicana carece de datos informados oficialmente, lo que complica el análisis de la innovación.
9) La transformación digital de la economía implica articular el apoyo a las empresas en la adopción y adaptación a las nuevas tecnologías. Existe una brecha entre las pequeñas y grandes empresas en términos de poseer un sitio web y usar el correo electrónico para interactuar con los clientes. Esto demuestra discrepancias en el uso de la tecnología básica según el tamaño de la empresa.
Como resultado, el progreso hacia una transformación digital en la República Dominicana muestra resultados mixtos. El reporte también evidencia materias pendientes que debemos abordar como ecosistema digital que hemos mencionado en los últimos dos años:
- Mejorar las habilidades digitales y el uso de herramientas digitales en el sistema educativo y en la transición al nuevo mundo del trabajo.
- Crear un ecosistema digital para impulsar el desarrollo de la economía digital.
- Establecer mecanismos para identificar la demanda de habilidades. Las necesidades emergentes de la economía digital, con el fin de informar el desarrollo de planes de estudio y vías educativas adaptados.
- Desarrollar instrumentos e incentivos específicos para el desarrollo de la industria digital en la República Dominicana.
Desarrollemos la economía digital
La economía digital exige cada vez más un conjunto de habilidades interdisciplinarias y transferibles para diferentes profesiones. Debemos preparar a los trabajadores para poder hacer la transición entre ocupaciones.
Recordemos que las habilidades interdisciplinarias incluyen habilidades cognitivas (como habilidades de aprendizaje). Además pueden incluir la comunicación, la creatividad, el pensamiento crítico y el trabajo en equipo. También el liderazgo y las habilidades de presentación, que se consideran transferibles a múltiples contextos y ocupaciones de trabajo.
- La economía digital puede ayudar a la República Dominicana a navegar en un camino de desarrollo más próspero, abordando las dimensiones críticas mencionadas en el informe.
- La digitalización, puede proporcionar empleos de calidad para todos, con especial énfasis en impulsar la formalización, la transformación productiva y una recaudación fiscal equilibrada.
- La veeduría digital, ayudará a movilizar más fondos públicos y privados para el desarrollo, con mayor transparencia.
- Un ecosistema digital, puede acelerar la transformación digital para aumentar la productividad, mejorar la inclusión que apoye la creación de desarrollo humano.
El informe nos llama a no acentuar las brechas con políticas placebo de corto plazo.
Conectemos a los actores para establecer un contrapeso que nos permita avanzar digitalmente.