En las últimos veinte años, la República Dominicana ha experimentado un notable crecimiento económico, uno de los más rápidos de la región. Este progreso se debe a una mezcla de reformas estructurales pro-mercado en la década de 1990 y a condiciones externas favorables, complementadas por políticas monetarias y fiscales prudentes que aseguraron la estabilidad macroeconómica.

Este crecimiento significativo se enfrenta a los desafíos actuales. Según el Banco Mundial, la productividad del país ha mostrado un crecimiento lento, obstaculizado por la falta de capital humano calificado para satisfacer las demandas del sector empresarial, el impacto del cambio climático y las distorsiones en los mercados clave, incluida la distribución ineficiente de las exenciones fiscales.

Se prevé que el crecimiento económico del país se desacelere para 2023, cayendo del 4,9 % en 2022 al 3,1 %. A pesar de una ligera disminución en la tasa de pobreza (21 % en 2023 en comparación con el 23 % en 2020), esta cifra sigue siendo más alta que los niveles anteriores a la pandemia. Este crecimiento no ha dado lugar a la creación de empleos de calidad en varios sectores, y la alta tasa de inflación del 8,8 % anual en 2022 ha afectado negativamente a la población, en particular a los más vulnerables.

Los datos del Grupo del Banco Mundial revelan deficiencias en el acceso a servicios básicos de calidad como la educación, la salud, el agua y la electricidad. Estos factores son esenciales para ampliar las oportunidades económicas, mejorar la movilidad económica y proteger a los sectores más vulnerables. Debido a los impactos del cambio climático y las crisis económicas, más del 40 % de los dominicanos viven en condiciones vulnerables y corren el riesgo de caer en la pobreza. La creciente exposición a los desastres naturales, que se intensificó por el cambio climático, amenaza con aumentar las obligaciones fiscales contingentes del país.

Además, las disparidades de género en el empleo y los salarios, junto con una vida laboral más corta y una mayor tasa de desempleo y roles no remunerados entre las mujeres, contribuyen a una mayor incidencia de pobreza en este grupo demográfico.

De cara al futuro, para lograr un crecimiento inclusivo y sostenible, la República Dominicana debe mejorar su productividad. Esto se puede lograr no solo aplicando la tecnología de manera efectiva, sino también a través de reformas que se centran en el fortalecimiento del capital humano, la competitividad, la innovación sin interrupciones, la eficiencia del gasto público y la resiliencia a los eventos climáticos.

Tecnología más allá de los paradigmas locales

América Latina y el Caribe lograron un progreso significativo en la resiliencia macroeconómica en las últimas tres décadas, proporcionando una mayor resiliencia contra choques como el aumento de las presiones inflacionarias, la incertidumbre mundial, el aumento de la deuda y los bajos precios de los productos básicos, junto con la convergencia de los niveles de pobreza y empleo a los niveles previos a la pandemia.

El informe "Conectividad Digital para la Inclusión y el Crecimiento" del Banco Mundial predice que el Producto Interno Bruto regional aumentará en un 2 por ciento en 2023, ligeramente por encima del 1,4 por ciento proyectado anteriormente, pero aún por debajo del de todas las demás regiones del mundo.

Se esperan tasas de crecimiento del 2,3 por ciento y del 2,6 por ciento para 2024 y 2025, respectivamente. Estas tasas, similares a las de la década de 2010, no son suficientes para lograr los avances tan necesarios en la inclusión y la reducción de la pobreza.

Países como la República Dominicana deben encontrar formas de promover la inclusión y el crecimiento, mejorar la gobernanza y construir un consenso social. Las soluciones digitales pueden desempeñar un papel crucial a la hora de abordar estos desafíos. La mejora de la conectividad digital, junto con políticas complementarias, brinda la oportunidad de fomentar sociedades más dinámicas e inclusivas.

Una década de crecimiento de las telecomunicaciones

La República Dominicana ha visto un avance significativo en el sector de las telecomunicaciones en la última década, demostrando un crecimiento sustancial en la infraestructura digital y la adopción generalizada de las tecnologías de la comunicación.

Desde 2013 hasta 2023, la población ha aumentado aproximadamente un 10%, de 9,785,000 a 10,760,028, según INDOTEL y la ONE. Durante este período, la tendencia hacia la comunicación digital se ha hecho evidente con una disminución en las líneas de teléfono fijas, de 1,095,420 a 649,875. Incluso las cuentas de televisión de pago han experimentado un crecimiento notable, de 464,929 a 737,243. Las suscripciones de telefonía móvil también han mostrado un aumento, de 9,059,820 a 10,283,652.

Los datos del Banco Mundial complementan este panorama, resaltando que, para 2021, el 85% de la población utilizaba internet, un aumento sustancial desde apenas el 4% en el año 2000. En 2022, las suscripciones de telefonía móvil alcanzaron una tasa de 90 por cada 100 personas, superando el 82% de 2020. Además, las suscripciones de banda ancha fija han visto un incremento significativo, con 10.68 suscripciones por cada 100 personas en 2022, un ascenso desde el 7.99% en 2018.

Para analizar el estado de la tecnología actual, nuestra plataforma transversal de medición debe ser el Internet, donde observamos avances más notables en el número de cuentas de acceso, que se han casi triplicado, de 3,588,024 a 10,040,356, y en el número de usuarios de internet, que ha más que duplicado, de 4,491,315 a 9,081,464.

Siempre acotamos que debemos evitar el sesgo de la política pública al abordar la métrica de cuentas de acceso al internet, porque hay muchas cuentas de acceso a internet que son utilizadas por cajeros automáticos, cámaras de seguridad y otros dispositivos electrónicos. En este sentido, las líneas de protocolo de internet (IP) han experimentado un crecimiento exponencial, de 76,008 a 496,763, evidenciando de algún modo la sofisticación los negocios a nivel de conectividad.

Este crecimiento sostenido en el acceso y uso de las telecomunicaciones muestra una rápida digitalización de la sociedad dominicana y un compromiso con la mejora de la conectividad móvil y de internet, que es esencial para el avance económico y social. El reto para las poblaciones es la asequibilidad, donde se produce el fenómeno de “brecha en el uso” entre lo físicamente factible (determinado por la capacidad de los equipos actuales) y la conectividad real observada en muchos países latinoamericanos. Alrededor del 38 por ciento de la población (240 millones de personas) vive en áreas con cobertura, pero elige no acceder a Internet, de acuerdo a GSMA.

La inversión en infraestructura de comunicaciones y la adaptación a las tendencias globales de conectividad digital están posibilitando este impresionante desarrollo y prometen continuar transformando la vida de los dominicanos.

Desarrollo digital

El mercado de servicios electrónicos en el país se enfrenta actualmente a varias tendencias y problemas importantes, incluida la aparición de nuevas tecnologías, el aumento de la demanda de servicios digitales de los consumidores y la interrupción de los modelos de negocio tradicionales.

Estas tendencias han tenido un impacto positivo en el mercado de servicios electrónicos, lo que ha dado lugar a un aumento en el crecimiento de los ingresos, la cuota de mercado y la adopción por parte de los consumidores. Se prevé que los ingresos en el mercado de servicios electrónicos alcancen los 82,65 millones de dólares en 2023, un crecimiento de un 20.7% con relación al 2022. Además, la aparición de nuevas tecnologías ha permitido a las empresas ofrecer servicios digitales más innovadores, mientras que la demanda de los consumidores ha impulsado una mayor competencia en el mercado.

En el futuro, es probable que el mercado de servicios electrónicos continúe experimentando un fuerte crecimiento. A medida que más empresas adopten servicios digitales y surjan nuevas tecnologías, es probable que la demanda de servicios digitales de los consumidores continúe impulsando el crecimiento del mercado. Además, es probable que los modelos de negocio tradicionales sigan siendo alterados, lo que resultará en una mayor innovación y oportunidades para que las empresas aprovechen la economía digital.

Comunicación en redes sociales

Aunque el crecimiento en el número de usuarios en plataformas como Facebook, Instagram, Messenger y LinkedIn es notable, este no es un indicador concluyente de la digitalización efectiva del país.

Según datos recientes de la firma Tabuga, la red social Facebook ahora cuenta con aproximadamente 7.676.200 usuarios dominicanos, mostrando un aumento significativo desde la estimación a 2018 de 6 millones de usuarios. Instagram también ha visto un crecimiento impresionante, con 4.797.500 usuarios, duplicando la cifra estimada de 2 millones en 2018. Aunque Twitter no comparte datos públicos, se estima que la plataforma mantiene un millón de usuarios en el país.

Por otro lado, LinkedIn, la red social orientada al ámbito profesional y de negocios, ha experimentado un incremento considerable en su base de usuarios, alcanzando los 1.662.000 miembros. Este crecimiento refleja el dinamismo del mercado laboral y la importancia de la red como un espacio para que las empresas de alto nivel y aquellas vinculadas al sector tecnológico, difundan sus mensajes y oportunidades laborales.

La plataforma se ha consolidado como un recurso valioso para la conexión entre profesionales y el ámbito corporativo en la República Dominicana, evidenciando el rápido avance en la digitalización y la adopción de herramientas en línea para negocios y comunicación personal.

El incremento en el uso de dispositivos digitales no garantiza, por sí solo, la eliminación de la brecha digital. Además, introduce nuevos desafíos, como brechas en conectividad, contenido, experiencia de usuario, soporte y regulación.

Entonces, a nivel general entendemos que hemos crecido porque el Internet ha sido esa puerta que ha facilitado el acercamiento y la conexión tecnológica con los dominicanos.

Medios digitales

Impulsado por la expansión del acceso a Internet móvil y el aumento de las velocidades de conexión, el creciente número de dispositivos móviles y de streaming conduce a un crecimiento constante de la demanda de todo tipo de medios digitales. El gran cambio en el mercado se puede atribuir a la pandemia de COVID-19, que ha causado un tremendo aumento en la demanda de medios de comunicación y la necesidad de digitalización.

Este efecto positivo genera más crecimiento, pero lo más probable es que los medios digitales sigan siendo predominantes incluso después de la pandemia. En 2023, se espera que los ingresos proyectados en el mercado de medios digitales en la República Dominicana alcancen los 25,50 millones de dólares, un crecimiento de un 10.9% en comparación a 2022.

Especialmente se espera que el vídeo a la carta continúe su vía de crecimiento, con Netflix como el mayor jugador actual en el país. Sin embargo, según las predicciones, Disney+ se convertirá en el servicio de streaming más popular para 2026. En el futuro, la tecnología mejorada y las nuevas formas de consumir medios se alinearán con el creciente consumo de los usuarios y mostrarán un crecimiento constante.

El reto de las plataformas es el debate impositivo y el reclamo de competencia desleal de las OTT frente a las operadoras de telefonía. Debido a que mercados como el mercado del vídeo digital y el mercado de la música digital están viendo un aumento en el número de competidores y la variación entre las regiones, lo que ha producido una serie de alianzas estratégicas que subsanan el reclamo del sector instalado en el país.

Datos: eslabón del desarrollo tecnológico dominicano

Cada tecnología emergente que aparece en la empresa, la organización y el actor clave que quiere aplicarla tiene que hacer un desarrollo vertical. El primer paso es obtener la data esencial para habilitar los sistemas.

«Por ejemplo, el mapeo de una región tiene que basarse en unos datos de geoposición, gracias a tecnologías como Google Maps y elementos que son de dominio público, las empresas pueden iniciar con dicha base existente. En cambio, hay otros aspectos que deben desarrollarse para toda la cadena de valor. Si monitoreamos industria por industria, ese es el gran punto de dolor para la aplicación de las tecnologías en el país», afirma el empresario tecnológico.

Las autoridades deben continuar el camino de los datos abiertos —República Dominicana es signatario del acuerdo de datos abiertos. Los Datos son un «Talón de Aquiles» para la innovación local.

En el Índice Global de Innovación 2023, los datos relativos a la República Dominicana parecen estar desactualizados en múltiples indicadores.

Por ejemplo, la esperanza de vida escolar, la matrícula terciaria y los graduados en ciencias e ingeniería se basan en las cifras de 2017, actualizadas solo en 2020. Del mismo modo, los datos sobre la producción de electricidad y las empresas que ofrecen formación formal provienen de 2020 y 2016, respectivamente.

Este retraso en la recopilación de datos y la presentación de informes plantea preocupaciones sobre la fiabilidad y relevancia de las clasificaciones de innovación del país en el contexto actual.

La ausencia de estadísticas actualizadas podría ocultar los avances o desafíos más recientes en el panorama de la innovación del país, lo que dificulta que los responsables políticos, los investigadores y los líderes empresariales tomen decisiones informadas.

Es crucial adquirir y analizar los datos para tener una comprensión más precisa de la situación de la República Dominicana en términos de fomentar un entorno innovador y evitar el círculo vicioso del diseño de políticas con datos desactualizados o inexistentes.

Las informaciones que encontramos en el modelo de datos abiertos que proporciona el gobierno a través de la página datos.gob.do, comparte el accionar del Estado.

Debe recolectarte cómo el país se comporta, para que dichos datos puedan ser compartidos a los jóvenes en las escuelas para fines educativos, a los jóvenes en las universidades para fines científicos, a las juntas de vecinos para una reflexión ciudadana, a las asociaciones empresariales para mejorar los negocios.

La revolución de los datos es necesaria para que los dominicanos comiencen a reflexionar y luego desarrollen modelos predictivos. Lo que le falta a nuestro país son fuentes creíbles y confiables de información actualizada, no solo tecnologías.

El principio para el funcionamiento del Big Data, el Machine Learning y la Inteligencia Artificial, requiere que los datos sean accionables.

Sin datos no tendremos inteligencia artificial útil

Nuestra reflexión en el desarrollo de modelos de inteligencia artificial: la importancia primordial del conjunto de datos, o "dataset", en determinar el comportamiento de un modelo. Según una publicación realizada James Betker, ingeniero en OpenAI (conocido como JBetker) observa que, a pesar de la variedad de configuraciones y ajustes de hiperparámetros, todos los modelos de lenguaje grandes tienden a converger hacia resultados similares tras un entrenamiento suficiente con el mismo conjunto de datos.

Esta observación apoya la noción de que el "dataset" es el factor más crítico, por encima de la arquitectura del modelo, los hiperparámetros o las elecciones de optimización. Los modelos están, en esencia, aproximando sus conjuntos de datos a un grado impresionante, lo que significa que aprenden patrones y frecuencias intrínsecas de los datos más que cualquier otra cosa. Esto implica que los modelos terminan reflejando las cualidades del "dataset", incluyendo posibles sesgos o limitaciones inherentes a los datos con los que fueron entrenados.

Entonces, pese a tener una Estrategia de Inteligencia Artificial en el país, donde se puede aplicar modelos IA como "Lambda", "ChatGPT", "Bard" o "Claude", en realidad deberíamos estar hablando del "dataset" subyacente y no de un modelo en específico.

Esto subraya la premisa de que la calidad y composición de los datos de entrenamiento son fundamentales para la creación de modelos de IA efectivos y confiables, y que cualquier estrategia de entrenamiento o truco inteligente es secundario a la calidad del "dataset".

Esto nos lleva a la conclusión de que nos saltamos una estrategia nacional de datos que podía apoyarse desde la Comisión Nacional de Datos Abiertos. La consonancia resuena con concepto conocido como "the bitter lesson" en la IA, que postula que los avances en este campo son impulsados más por métodos que aprovechan grandes cantidades de datos y cómputo, que por aquellos que dependen de insights humanos codificados en el diseño del modelo o sus hiperparámetros.

En resumen, datos en vez de código.

Protección de datos

En la República Dominicana, los temas sensitivos relacionados con la tecnología se deciden por Industria. Un ejemplo es la Ley No. 172-13 sobre protección de datos personales, el primer objetivo de la ley de protección de datos, la misma no designa ni crea una entidad u organismo encargado de vigilar y aplicar la norma; sin embargo, se plantea una excepción en el sector financiero al nombrar a la Superintendencia de Bancos como la única entidad responsable de inspeccionar y supervisar los registros de datos públicos o privados o los bancos destinados a proporcionar informes de crédito. De acuerdo con la regulación, están facultados para actuar como asesores de los propietarios de datos con respecto a sus derechos y como entidades sancionadoras en casos de violación de las normas establecidas en esta materia.

La República Dominicana es miembro de la Red Iberoamericana de Protección de Datos Personales a través de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental. Sin embargo, esta dirección carece de competencia para promover y desarrollar una cultura de privacidad debido al alcance limitado otorgado por el Decreto núm. 486-12, que se enfoca únicamente en temas como Ética Gubernamental, Investigación de la Corrupción Administrativa y Derecho de Acceso a la Información Pública.

Al utilizar los equipos electrónicos existe una huella del usuario, todo el rastro que genera una persona desde que se conecta al internet hasta que apaga su computadora.

Aún existe una regulación para la protección de la huella digital, que es toda la información pública del usuario que alimenta la industria de comunicación de marketing digital.

Comercio se potencia gracias al eCommerce

La realidad del comercio electrónico se relaciona a la celeridad del manejo de las finanzas de los dominicanos.

Número de Dominicanos que tenían o comerciaban con criptomonedas o monedas estables en el cuarto trimestre de 2022, alcanzó los 900 mil usuarios, según datos de diferentes agencias como el Banco Mundial.

Todavía el efectivo es el instrumento de pago dominante en nuestro país, se estima que alrededor de cuatro millones de dominicanos tienen tarjeta de crédito.

Todavía debe estimularse una masa crítica de compradores para que existan volúmenes que el empresariado pueda aprovechar. Pese a esto nuestro país se encuentra en la posición 65 del comercio electrónico global, superando a Kuwait. Se prevé que los ingresos del mercado de comercio electrónico alcancen los 1.609,3 millones de dólares en 2023, lo que supone un aumento del 4,8 % con respecto a 2022.

Paralelamente, los ingresos en el mercado de entrega de alimentos en línea (delivery online) en la República Dominicana se prevé que alcancen los 176,50 millones de dólares en 2023, mostrando un crecimiento del 22.9% en comparación al año pasado.

La tendencia del Quick Commerce han llegado para quedarse en el país, pero por la debilidad de las regulaciones y la falta de entendimiento de la economía digital, se ha consolidado proporcionando a la multinacional Delivery Hero, una posición casi absoluta de la categoría.

Según el informe de Tabuga, se contaron al año pasado unas 280 tiendas dominicanas en línea; estas carecen de muchas transacciones.

El dilema del talento TIC: "los invisibles"

Recuerdo que en una sesión del “Encuentro para el desarrollo de acciones orientadas a consolidar la sostenibilidad de los centros de acceso colectivo a las TICs”, celebrada en el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) en 2009, se destacó una constante que he observado a lo largo de los años: la inversión en infraestructura tecnológica supera con creces la inversión en formación de coordinadores, docentes y técnicos. A menudo, cuando estos profesionales finalmente adquieren nuevas habilidades y conocimientos, dejan los centros para unirse a la fuerza laboral.

Estos individuos se convierten en lo que he denominado "Invisibles". Originalmente, los Invisibles eran miembros de todas las clases sociales que, tras aprovechar oportunidades como becas y centros de formación, desaparecían del tejido social al alcanzar el éxito. Sin embargo, la pandemia añadió una nueva dimensión a este fenómeno: ahora, muchos de estos Invisibles trabajan en mercados digitales extranjeros, contribuyendo mínimamente al sistema fiscal local.

Desde el año pasado, se ha intensificado el debate en los sectores público y privado sobre la necesidad de adaptar la educación superior a las demandas actuales y futuras del mercado laboral. Sin embargo, esta narrativa a menudo pasa por alto que las generaciones más jóvenes, especialmente las generaciones Z y Alpha, no están esperando a que la educación tradicional se adapte.

En cambio, están invirtiendo en su futuro a través de plataformas de educación digital. Según el reporte de Economía Digital de Tabuga, se espera que el gasto en educación digital alcance los 5.13 millones de dólares en 2022, con un crecimiento anual del 6.61 % hasta 2026. Los dominicanos intentan palear el costo de la educación en tecnologías.

Estas plataformas digitales ofrecen una variedad de contenidos y métodos educativos, incluyendo actividades interactivas y gamificadas, que permiten a personas de todas las edades mejorar sus habilidades y conocimientos. Un ejemplo destacado es Duolingo, conocido por su eficaz método de enseñanza de idiomas a través de contenido breve y un sistema de recompensas que mantiene la motivación.

En contraste, el informe "Asegurando el Futuro" de la AMCHAM RD identifica una serie de desafíos clave que enfrentan las empresas dominicanas en la contratación de talentos en el ámbito de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs). Estos retos incluyen la falta de compromiso y estabilidad laboral de los colaboradores, la pérdida de talentos locales debido a ofertas laborales más atractivas a nivel internacional, y la insuficiencia en la documentación y reportes de trabajo.

Además, se señala la dificultad en reclutar y seleccionar talentos adecuados, la ausencia de bancos de talentos y procesos estandarizados para solicitudes de talentos a instituciones educativas, y la necesidad de que los profesionales TICs tengan un entendimiento integral del negocio, incluyendo conocimientos en ciencias básicas, negocios y leyes.

El informe también resalta deficiencias en la educación primaria, particularmente en ética y valores, así como la necesidad de una mayor formación en TICs desde el nivel escolar, y una actualización de los programas académicos para alinearlos con las demandas del mercado. Se enfatiza la importancia de la investigación y el desarrollo, el dominio del inglés, la actualización constante en tecnología y el desarrollo de habilidades de autoaprendizaje.

También aborda el problema de los altos costos de educación en TICs de calidad en comparación con los salarios percibidos, sugiriendo que la solución a estos retos requiere un enfoque colaborativo entre el sector académico, empresarial y gubernamental.

En este contexto cambiante, las habilidades técnicas están ganando importancia sobre las carreras formales. Esto plantea un desafío clave: cómo el sector empresarial y el gobierno dominicanos pueden competir con las oportunidades de trabajo internacional que atraen a nuestro talento, haciéndolo invisible para nuestro sistema.

América Latina y el Caribe están a la zaga de los promedios de la OCDE en habilidades digitales. Como parte de una solución, recomendamos la articulación Alianza Dominicana de Habilidades Tecnológicas. El objetivo es fomentar un ecosistema de intercambio que acelere la identificación y conexión del talento digital con el sector empresarial nacional. Es vital que tengamos acceso a datos actualizados sobre las empresas tecnológicas y sus consumidores en el país, para no depender únicamente de consultas sectoriales. El tiempo avanza, y nuestro talento se está inclinando hacia mercados más atractivos.

El término "invisibles" encapsula la necesidad de políticas y acciones claras que fomenten la visibilidad y la trazabilidad del progreso tecnológico y la innovación en la República Dominicana. El talento tecnológico nacional está exportando sus habilidades a nivel internacional sin el país tener una métrica exacta para poder cuantificar el fenómeno.

Las acciones de emprendimiento necesitan un re-enfoque

En la República Dominicana, el ecosistema de capital emprendedor aún está en sus etapas iniciales, con una inversión de US$1.5 millones distribuida en 17 emprendimientos durante la última década, lo que representa solo el 1% de las inversiones de capital emprendedor en la región, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A pesar de esto, la capacidad de los emprendimientos dominicanos para asegurar rondas de financiación significativas, como la Serie A, es casi inexistente. Esta situación dificulta tanto el impulso de nuevos fondos de capital emprendedor en el país como la atracción de inversiones extranjeras.

La escasez de proyectos maduros para la inversión ha llevado al cierre de dos fondos de inversión locales en años recientes, reflejando la limitada generación de nuevas iniciativas empresariales. Esto se refleja en la cantidad de ideas de negocio que entran en etapas de incubación, pre-aceleración y aceleración.

Aunque los emprendimientos dominicanos de base tecnológica tienen la oportunidad de aplicar a programas de aceleradoras en América Latina y el Caribe, su aceptación es excepcional. Incluso aquellos que logran entrar en programas de aceleración a menudo no alcanzan los resultados necesarios para captar nuevas rondas de financiación.

Sin intervenciones efectivas, la República Dominicana corre el riesgo de quedarse atrás en el desarrollo de su ecosistema de emprendimientos tecnológicos y captación de capital emprendedor, lo que podría afectar su desarrollo económico y exacerbar la fuga de talento, ampliando la brecha con otros ecosistemas que ya exhiben un ciclo virtuoso de creación de emprendimientos exitosos.

Actualmente, el país parece abordar el emprendimiento y la innovación de una manera inversa, ofreciendo beneficios a los emprendedores establecidos en lugar de cultivar nuevos talentos. Esto conduce a una concentración de recursos en unos pocos grupos de inversión, sin fomentar una nueva ola de empresarios.

Para desatar el potencial de la próxima generación, que buscará innovar en campos como el uso de datos abiertos, vehículos eléctricos y transversalización tecnológica, se recomienda establecer laboratorios de innovación descentralizados. Estos espacios podrían catalizar la generación de riqueza y responder a las necesidades locales, promoviendo la innovación en diez tecnologías exponenciales, incluyendo inteligencia artificial, robótica, transporte y redes de información, para liderar el cambio y el desarrollo sostenible.

La innovación se resbala en 2023

La República Dominicana ha caído cuatro posiciones en comparación con el año anterior en el Índice Global de Innovación, ubicándose en el puesto 94 de 132 economías. A nivel regional, el país ocupa el 11º lugar entre 19 economías de América Latina y el Caribe.

El Índice Mundial de Innovación 2023 presenta claramente las debilidades del país y también sus fortalezas en materia de innovación, pero cayendo nuevamente en el modelo de potenciación de lo tangible en vez de desarrollar los aspectos intangibles de la innovación que deben residir en la capacidad de los ciudadanos locales para montarse en el ritmo acelerado del mundo.

Fortalezas

  • Eficiencia energética en relación con el PIB
  • Crecimiento de la productividad laboral
  • Formación bruta de capital
  • Exportaciones de bienes creativos
  • Facilidad para hacer negocios
  • Inversiones Extranjeras Directas
  • Importaciones de alta tecnología

Debilidades

  • Publicaciones científicas
  • Número de patentes
  • Alianzas estratégicas y joint ventures
  • Diseños industriales
  • Licencias de propiedad intelectual
  • Financiamiento para startups
  • Resultados en pruebas PISA

En comparación con 2022, la República Dominicana ha sufrido un declive en áreas clave como la producción de conocimiento y tecnología y la educación, a pesar de haber tenido buenos resultados en los pilares de Instituciones e Infraestructura el año anterior.

Los datos evidencian la necesidad de una revisión estratégica en la política de innovación del país. Hay que canalizar más recursos hacia la investigación, el capital humano y la infraestructura. El Índice de Innovación Global sirve como un indicador valioso para monitorear estos aspectos y debe ser utilizado para guiar tanto a los responsables de la toma de decisiones como a la sociedad civil.

Conclusiones

Pese a los avances recientes, según la encuesta de Consumer Insights de Tabuga, solo el 30% de los consumidores dominicanos consideran esencial tener acceso a la última tecnología. Este dato refleja un contraste con el progreso tecnológico de la última década y resalta las desigualdades en la atención a las necesidades primarias de la población.

En un contexto de crecimiento económico sin precedentes en los últimos dos años, el futuro cercano muestra signos de desaceleración en un clima de incertidumbre macroeconómica, con los consumidores y las empresas inclinándose hacia el ahorro. Ante este escenario, el gran reto de la República Dominicana es ampliar el acceso y uso de la banda ancha, especialmente en zonas periurbanas y rurales de bajos ingresos, donde hay reticencia de inversión por parte de proveedores privados. Lograr esto requiere una sinergia de soluciones tecnológicas innovadoras, políticas institucionales y un firme compromiso político-financiero.

Más allá de la infraestructura, se enfrenta una preocupante "brecha de uso" del 40%, agravada por un 20% de usuarios potenciales desinteresados o desconocedores de Internet. Una estrategia digital integral debe, por lo tanto, incluir inversiones continuas en habilidades digitales, enfocándose en grupos con limitado acceso y habilidades, como mujeres y sectores marginados. Estimular la demanda entre estos usuarios a través de campañas de concientización y la demostración de los beneficios de la conectividad es crucial.

El desarrollo de habilidades digitales es esencial para aumentar la productividad laboral y los ingresos, contribuyendo a superar los desafíos de asequibilidad tecnológica. Reducir la brecha de uso también vuelve a los mercados más atractivos para el sector privado, disminuyendo la dependencia del apoyo público. Un enfoque integral y multisectorial que invierta en una amplia gama de habilidades complementarias puede impulsar la movilidad social y económica de los individuos.

La conectividad digital es una oportunidad para que el gobierno explore la innovación en sectores clave como educación, salud, agricultura, industria, emprendimiento y asistencia social. Existe la posibilidad de implementar programas que fomenten la experimentación y el aprendizaje continuo, con objetivos claros, monitoreo constante y evaluaciones periódicas para ajustes y mejoras.

Es imperativo que el Estado Dominicano facilite la innovación a la población y dinamice las unidades productivas, especialmente las mipymes. Los desafíos actuales, que actúan como un embudo en sectores como el emprendimiento, la legalización de negocios y el acceso a nuevas tecnologías a bajo costo, deben ser abordados con urgencia.

Las tecnologías emergentes presentan una oportunidad única para el país de innovar, mejorar la productividad, fomentar la inclusión social y elevar la eficiencia y efectividad de todos los sectores productivos.