El análisis de las tendencias ideológicas y prácticas de los funcionarios públicos siempre ha sido un tema delicado y de gran relevancia, especialmente cuando se trata de lideres y representantes de una nación tan influyente como Estados Unidos. Sin embargo, es importante abordar el tema con rigor, contexto histórico y una definición clara de términos como el “fascismo”.
El fascismo, como ideología, se caracteriza por el autoritarismo, el ultranacionalismo, la supresión de la disidencia, el militarismo, el culto a la personalidad y el uso de propaganda para consolidar el poder. Aunque este término es frecuentemente asociado con figuras histórica como Benito Mussolini y Adolfo Hitler, en el discurso contemporáneo suele utilizarse para describir practicas o discursos percibidos como autoritarios o antidemocráticos.
Raíces históricas del fascismo
En las primeras décadas del siglo pasado, los ideales socialistas iban ganando terreno a pasos agigantados. Como corolario de ello, en 1917 se produjo la primera revolución socialista de la historia en la Rusia Zarista. Un año después, en 1918, se produce un movimiento revolucionario similar en Alemania, que no logró imponerse en el tiempo. Simultáneamente van surgiendo movimiento de izquierda en diversos países, e innumerables partidos comunistas se van creando en el mundo, siguiendo el ejemplo de la revolución bolchevique.
La clase obrera industrial, con poderosos y combativos sindicatos, desafiaban abiertamente el orden capitalista e imperialista. Los aires de cambios se difundían por todo el planeta. En ese mar revuelto, aparecen los planteos nazis en Alemania, con su enfermiza idea eugenésica de “raza superior”, enarbolada básicamente por la figura de Adolfo Hitler, y fascista, como Benito Mussolini, en Italia. Secundariamente, siguiendo ese clima de derechización, en España triunfa sobre el intento de revolución socialista el ultraconservador y archicatolico falangista de Francisco Franco.
Ese fascismo/nazismo intentó disciplinar al proletariado “subversivo” en sus propios países, sometiéndolo, tratando de borrar toda referencia al “socialismo”, aplastando brutalmente, con sangre y fuego, todo intento de cambio social. En el singular caso de Alemania, las élites económicas de aquello tiempos buscaron, a través de ese personaje tan singular que fue Adolfo Hitler, un psicópata y criptorquidico. Con el propósito de recuperar el terreno cedido en la Primera Guerra Mundial, saliendo a conquistar el mundo luego de la humillación del Tratado de Versalles, donde el país perdió el 13 % de su territorio y una decima parte de su población.
En Italia y en España, salvando las distancias, se dieron propuestas políticas casi similares. El miedo visceral al socialismo en las burguesías europeas y su ánimo de destruir ese “mal ejemplo” de la Revolución Bolchevique, propiciaron esos movimientos de ultraderecha. Hoy, casi un siglo después, asistimos a un renacer de políticas hiper conservadora y anticomunistas que recuerdan aquellos engendros.
Un espíritu de ultraderecha, nazi fascista (con grupos que incluso adoptan su simbología) empiezan a recorrer el mundo, con proyectos ultraconservadores siempre basados en una perspectiva antipopular radical, pero, curiosamente, manejados de tal manera, que son aprobados por las grandes mayorías, y votados alegremente en elecciones libres dentro del orden democrático-burgués.
En ese clima de generalizado avance de las ultraderechas (Javier Milei, Jair Bolsonaro, Georgia Meloni, Viktor Orbán, Marine Le Pen, Vox en España, Geert Wilders, AFD en Alemania etc., y se inscribe la figura del nuevo presidente de los Estados Unidos Donald Trump, quién asumió su segundo mandato el pasado 20 de enero.
A continuación, se identifican elementos del fascismo que algunos intelectuales y sectores progresistas han señalado en ciertas practicas o discursos de los actuales funcionarios de la Casa Blanca en este nuevo periodo que encabeza Donald Trump.
- Ultranacionalismo y retórica de exclusión
Algunos discursos han exaltado un nacionalismo extremo, con frases como “América First” (América Primero). Aunque el patriotismo es común en la política, el ultranacionalismo implica un enfoque excluyente que puede marginar a comunidades inmigrantes o minorías étnicas. En ocasiones, altos funcionarios incluido el presidente han promovido políticas que restringen la inmigración, justificándolas con retorica que describe a ciertos grupos como amenazas a la seguridad o la identidad nacional.
2.Culto a la personalidad
El liderazgo carismático, una de las características centrales del fascismo, se ha observado en la forma en que ciertos funcionarios, incluido el presidente han centralizado su figura como símbolo casi indiscutible de autoridad y éxito. La lealtad absoluta y la glorificación de la figura del presidente Donald Trump han sido promovidas, incluso con declaraciones públicas que descalifican a opositores como “enemigos del pueblo”, una terminología que resuena con regímenes autoritarios.
3.Desinformacion y propaganda
La manipulación de información y el uso de propaganda son herramientas clásicas de los regímenes fascistas. Algunos funcionarios han sido acusados de difundir desinformación o de atacar a los medios de comunicación como “falsos” o “enemigos de la verdad”. Esta desconfianza hacia las instituciones mediáticas independientes puede erosionar la transparencia y la rendición de cuentas, pilares fundamentales de una democracia funcional.
4.Estrategias de polarización
La división intencional de la sociedad, con discursos que enfrentan a diferentes sectores de la población, ha sido una táctica recurrente en regímenes fascistas. Algunos funcionarios de la Casa Blanca han empleado un lenguaje divisivo, fomentando antagonismos entre “nosotros” y “ellos”, ya sea en términos políticos, raciales o económicos.
Reflexión final
Trump no es Hitler, aunque sus estilos histriónicos y avasalladores los acerquen, igual que a Javier Milei, pero tiene un aire de matón de barrio que lo evidencia como un peligro para la humanidad: ¿Qué otro mandatario se refiere a otros Estados como países de la mierda”?