A veces los que escribimos artículos para ser publicados se nos agotan los temas, o el ruido, los insultos y las mentiras que circulan en las redes sociales, nos ponen a pensar si verdaderamente vale la pena escribir columnas de opinión apegados a criterios éticos y defendiendo lo que de acuerdo a nuestra opinión consideramos como lo más conveniente para el país y sus habitantes, defendiendo lo que creemos es la verdad.

 

Escribir y defender nuestros puntos de vista hoy en día es difícil, sólo leyendo los comentarios, que seres que apenas saben escribir, te dedican es para descorazonarse, pero lamentablemente existen personas poseídas por un espíritu destructivo, cuya única finalidad es detractar y ofender; luce que sus frustraciones son tan grandes, que esa es la única manera de lograr su felicidad.  A este tipo de gente le queda como anillo al dedo la frase de Sócrates:” habla para que yo pueda conocerte”, o la de Tales de Mileto:” la cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, lo más fácil es hablar mal de los demás”.

 

La realidad es, que el fenómeno de las redes sociales llegó para quedarse y tenemos que reconocer que, así como tiene su lado negativo, también lo tiene positivo, pues es un vehículo de información instantánea y una fuente de opiniones muy útil, además de que en más de una ocasión, ha servido para evitar desmanes y contribuido a la investigación de hechos delictivos.

Pero escribir se ha tornado complicado, aunque llevo más de cuatro décadas haciéndolo, muchas veces me he preguntado por qué lo hago;  Francisco Umbral, el conocido escritor y pensador español, dijo que:” escribir es la manera más profunda de leer la vida”, y aunque no he pretendido leer la vida de los dominicanos, sí me he interesado en diversos temas que considero vitales para el progreso y desarrollo del país; la educación, la correcta administración del Estado, la corrupción y la seguridad pública, han sido los que de manera reiterada he tratado en mis escritos, realizando sugerencias encaminadas a lograr algún cambio en el actual estado de cosas, así como haciendo críticas por el manejo inadecuado de recursos públicos y actuaciones indebidas del sector privado. Pero creo que más que los aportes que pude haber realizado opinando en los medios escritos éstos me han servido como desahogo ante la frustración de vivir en un país que podría ser mejor de lo que es y por indiferencia y falta de educación no lo es, como consecuencia de algunos de los artículos que he escrito, me han acusado de enemigo del gobierno, de gobiernista, traidor a mi clase y hasta se han atrevido a afirmar que buscaba una posición política.

 

La realidad es, que siempre he tratado de ser objetivo en mis planteamientos y de analizar todos los temas sin pasión, ciñéndome a los hechos y exponiendo francamente mis puntos de vista, y lo que considero la verdad, pero alguien dijo hace tiempo: “que en estas latitudes se puede decir de todo menos la verdad”, cosa difícil para quien es como yo.

Con el avance de la inteligencia artificial creo que he encontrado la solución para esos períodos de falta de inspiración;  le pediré al Chat GPT que me escriba los artículos sobre  temas de actualidad y problema resuelto.