La reeleccion del presidente cada vez se aleja más, por dos razones fundamentales: haber ignorado a las bases y echado al fuego de la justicia supuestamente independiente a familias intocables.

Ante esta coyuntura, observemos algunos escenarios posibles para las elecciones de 2024:

En la fauna politica del sistema de partidos en la República Dominicana todos los partidos son conservadores y de derechas. La izquierda dominicana siempre ha sido manca y manirrota, con líderes emblemáticos que profesan la unión del proletariado, como Marx, pero viven en torres exclusivas. Sí, ese que usted piensa es. Nos minitieron los revolucionarios, no trajeron revolución alguna a una incipiente y endeble intentona democrática pos Trujillo. Los revolucionarios trajeron rebú interno, lanzamiento de sillas plásticas, conservadurismo y repeticion de las viejas prácticas jurásicas de Balaguer y su dictablanda de los 12 años.

Luego vinieron los confesos liberales y no trajeron libertades ni liberalismo, sino libre mercado, enriquecimiento ilícito, prebendas, sinecuras, bancas de apuestas y congresistas riferos, masificación de la droga en los barrios, regaetton y cuereria, pactos de aposento, la peor educación de la región, corrupción institucional y familias mafiosas, acabando, como Atila, con todo lo que encontraron a su paso.

El otro hecho a destacar es que en las democracias flacas, asaltadas y mafiosas, como la nuestra, en caso de que vivamos en democracia, se elige pero no se escoge. El sistema presenta su menú para que se elija el menos peor, el mal menor. No se aplica el referendum ni el plebiscito para que el pueblo, supuestamente el soberano, escoja las políticas, los candidatos, la forma de gobierno, y otros temas de importancia nacional, en fin, no hay participación ciudadana.

La gente no cree en los políticos y estos se encargan de convencerlos de que jamás crean en ellos. En caso de surgir una opción política nueva, como la lanzada por el prominente abogado Tomás Castro, Accion Patriótica (APA), por citar una, su tarea principal será la de mover a los descontentos, a esa gran masa que no cree ni participa ni vota. Tendrá que ganarlos para su causa, que voten en masa. Así cambiaría no solo el tablero político nacional, sino que se podría dar un susto a los asaltantes tradicionales de la política.

Un escenario electoral en 2024 podría ser: Abinader presidente candidato, con  buena aceptación personal, pero acompañado de un equipo de ministros y funcionarios en su mayoria objetables y que no muestran compromiso con la gestión del presidente, tal vez buscando libar las mieles del poder, las contrataciones y licitaciones ilicitas o amañadas, entre otras acciones non sanctas.

Otro escenario podría ser: Danilo Medina, que ha salido de la Presidencia pero no ha salido del poder. La franquicia PLD tiene un gran peso político, aun después de la debacle de su salida vergonzosa del poder. A Danilo Medina la sustenta la mayor corporación mafiosa jamás orquestada y puesta en funcionamiento de nuestra historia republicana y, posiblemente, del mundo. Por ello, el candidato que Danilo Medina lleve a este escenario de 2024 debe ser lo más potable posible, sin nexos ni colas reconocidas con el pasado reciente, aunque sea patrocinado por esa misma familia de la cosa nostra.

Por otro lado, el PRD, un cadaver político putrefacto, que prentenden “yompear” para ver si enciende, es posible que esté como partido bisagra, ofreciéndose al mejor postor, eliminados aquellos tiempos de integridad, de idealismo, de compromiso con las masas, que impulsara José Francisco Peñaa Gómez. Esas tres letras, que prometian revolución, es decir cambios en el sistema, ahora representan un antro, un lupanar, una casa de prostitución y contratacionesm, de compra y venta de votos. En la tumba estás, en ella te quedarás.

Un escenario posible: Luis José Domínguez Trujillo, alias Ramfis, en caso de ser aprobados su partido y su candidatura por la Junta Central Electoral (JCE). No puede escapar ni sustraerse del pasado de su abuelo, a quien no conoció, ya que nació en 1972. Es justo decirlo, todo lo bueno y positivo y de desarrollo de su abuelo, puede beneficiarle. Esto está por verse, pero sería, necesariamante un wildcard, un comodín, es decir un hecho de poca posibilidad, pero que sería de gran impacto y provocaria una gran recomposición del tablero político nacional.

El otro escenario sería el que representa el eterno candidato y eterno derrotado, Guillermo Moreno, con su franquicia. Si compite volveria a recibir, al igual que todos los demás, los fondos del erario que se entregan a cada candidato, sin importar que tenga poca o ninguna posibilidad de ser electo. Eso sí, a los candidatos de los partidos mayoritarios les dan más que a los partidos bisagras.

Y siempre habrá que contar con el esceanrio de un posible extrapartido coriendo por la Presidencia en el PLD, otro posible penco 2.0, porque Danilo Medina no va a soltar el partido ni va a dejar que nadie más proponga o pueda posicionar un candidato que no sea suyo, que no responda a su línea ni a sus intereses personales.

Lo que los argentinos llaman la calesa electoral es decir, una carreta que da vueltas, también está en la República Dominicana, donde los grandes partidos ya han cerrado su ciclo de perversión, injusticia, corrupción e ignominia. Ya nadie cree en ellos, en sus figuras desbordadas de dinero, porque  no hay líderes, solo figuritas mediáticas, buscando a quien seducir, a quien asaltar, en los caminos de la política. Nótese que no hemos mencionado a algunos miembros de la jauría politica, porque no vale la pena citarlos.