1.- En un país cualquiera semejante al nuestro, el Estado es un instrumento de dominación de una o varias clases sobre las oprimidas. Su misión es que los poderosos mantengan el poder real.
2.- En una comunidad humana como la dominicana, el mando, la autoridad, el dominio formal lo tiene la mayoría de la población, pero el poder verdadero está controlado por quienes, aunque en minoría, cuentan con las palancas de dominación económica, política y social.
3.- El Estado está regido por el gobierno y sus instituciones: el ejecutivo, legislativo y judicial, así como por órganos que prestan servicios de policía, militar, inteligencia, finanzas, salud, educación, etc.
4.- Para protegerse o salvaguardarse, Estado y gobierno tienen personas para espiar, que hacen labor desde organismos de inteligencia, sensitivos o burdos. Pero, de todas maneras, su misión es el espionaje.
5.- Toda persona que conspira contra el régimen económico vigente, no importa en el país que sea, debe estar consciente de que está expuesta a que sus pasos sean seguidos, acechada y de toda forma fisgoneada.
6.- Personalmente, por estar incidiendo en la política de mi país y por la ideología que por convicción he abrazado, sé que he estado bajo acecho por distintos órganos de seguridad del Estado dominicano.
7.- Porque desde su origen me llamó la atención la integración del Departamento Nacional Investigaciones-DNI-, al organigrama del gobierno dominicano, por distintas vías traté de saber de dónde provenían los recursos económicos para la ejecución de sus actividades y a quién le servía.
8.- Me he motivado a elaborar este escrito, por la justificada preocupación que ha generado la ley 1-24, cuyo objetivo es la protección de los intereses de la nación y evaluar amenazas internas y externas contra el Estado dominicano.
9.- Aunque tengo un buen criterio de la formación personal y familiar del presidente Luis Abinader, en su gobierno cuenta con colaboradores al frente de instituciones y órganos del Estado que constituyen una amenaza para la seguridad física y moral de toda ciudadana y ciudadano decente.
10.- La ley 1-24, viene a ser un instrumento funesto, para funcionarios malvados seguir destruyendo moralmente a mujeres y hombres honorables, situación que hemos comprobado y podemos dar constancia.
11.- Es una ingenuidad pedirle al gobierno que no tenga servicios de espionaje, pero toda persona respetuosa de la libertad y el más amplio espacio democrático, debe rechazar y denunciar esa práctica odiosa.
12.- Motiva grima conocer los métodos de espiar de que hacen uso funcionarios del presente gobierno, con el fin de causar desazón a ciudadanas y ciudadanos de conducta acrisolada, de vida privada y pública virtuosa.
13.- La ley 1-24, para algunos estrechos colaboradores de la presente gestión gubernativa, es una licencia, un certificado para llevar a cabo actos infames, canallas, rastrerías e ignominias y manchar honras, estima y fama bien ganadas.
14.- Lograr la eliminación de la ley 1-24, es desarmar a gente del actual gobierno que no están en condiciones de ejercer sus funciones apegadas a la decencia, el respeto y la consideración de que se han hecho acreedoras personas que son modelo de honorabilidad.
15.- No basta que el presidente Abinader se comporte respetuoso de los derechos humanos y las libertades públicas, si dependientes suyos se ocupan de preparar y poner en ejecución operativos diabólicos contra personas de gran valía para el país.
16.- Tener a la vista y en las manos documentos elaborados desde altas instancias del actual gobierno para infamar y meter miedo, motiva salir al galope para apoyar la lucha contra la ley 1-24.