Hemos estado hablando de modificaciones que podemos y además debemos realizar en nosotros mismos. Frecuentemente escuchamos a alguien hablar de sus aspectos negativos, debilidades o defectos, como si fueran una maldición que le acompañarán eternamente sin nada que pueda hacer. Una de las principales enseñanzas de todos los movimientos espirituales o religiones es que no importa lo que hoy seas, mañana podrías ser mucho mejor, si te lo propones y te dejas ayudar por fuerzas superiores, que seguramente conoces con algún nombre determinado.
Si creyeras en la existencia de espíritus del mal, sería lógico que consideraras que una de las principales metas que podrían tener es lograr que digas: no existe el bien, no vale la pena luchar, no hay salvación posible, no existe vida después de la muerte, etc. Si quieres saber qué tanto colaboras con esas tendencias negativas que afectan la humanidad, sólo analiza las veces que repites esas expresiones.
Si comprendemos que es factible y necesario que avancemos un poco más cada día, nos dispondríamos a dar lo mejor de nosotros manteniéndonos en las mejores condiciones posibles, nuestra vida social sería cada vez más satisfactoria y nos parecería que el mundo que nos rodea también mejora con nosotros.
Cuando tu conciencia comenzó a materializarse en este plano existencial, eras solamente una célula madre totipotencial que iba a originar todo un cuerpo humano, pareciste primero una larva, luego un pez, reptil, mamífero, primate y finalmente un Homo sapiens. Creyentes en la reencarnación te dirán que ese desarrollo lo hiciste porque en las múltiples vidas que te tocó vivir pudiste aprenderlo. Ciertamente los diagramas de la evolución de las especies son casi idénticos a los de las etapas de la embriogénesis humana (desarrollo fetal). Sin embargo, no necesariamente es una prueba de la reencarnación, porque ese proceso o etapas graduales son el camino más lógico y directo entre un organismo unicelular y el cuerpo completo de un ser humano. Tal vez te creas simplemente materia, pero es preciso que comprendas que cada 7 años reemplazas por completo todos los elementos materiales que te constituyen, sigues siendo tú, pero tu materia orgánica e inorgánica son nuevas, aunque manteniéndose semejante debido a las prescripciones de tu código genético. La substancia que te constituye se mantiene en continuo cambio, pero algo en ti permanece constante y es precisamente tu parte más importante. La materia es temporal, pero la energía y el espíritu son eternos.
Los que conciben la vida humana con una visión escatológica, están convencidos de que nuestra existencia es una especie de laboratorio en el que estamos realizando actividades transformadoras de nuestra realidad y del mundo a nuestro alcance, entendiendo que iremos pasando de un nivel de existencia a otro, en la medida en que realicemos correctamente nuestras tareas presentes. Es simple, para pasar al curso siguiente debes superar las pruebas del curso actual.
Mejora lo que consideres que deba mejorarse en el Mundo, pero comienza mejorando tu casa. Posiblemente te parezca más sencillo opinar sobre las soluciones a los problemas mundiales, pero tus opiniones serán más interesantes si logras resolver primero los problemas de tu hogar.
Tal vez te quejes de que no hay amigos verdaderos, pero debes analizar si los demás pueden contar contigo. Si quieres que la gente sea más coherente, sincera y luchadora, empieza siéndolo tú. Es difícil dirigir a otros en un camino en el que no crees y que además no has recorrido.
Algunos dicen que no necesitamos superarnos, que sólo basta confiar en la gracia y bondad divina, que nos dará la salvación sin esfuerzos, porque solamente es necesario pedirlo con fe. Dios tendría que ser bueno ya que no nos ha destruido pese a lo dañina que es nuestra especie, pero es indiscutible que, si tu vida es un desorden, tu futuro no será grato, aunque Dios sea bueno. Lógicamente, si quieres cosechar claveles no debieras sembrar cactus. Un asesino despiadado no puede esperar que, por mucho que rece, sus crímenes no tengan consecuencias para él, aunque siempre tendrá la opción de levantarse, sin importar que tan bajo haya caído.
En tu laboratorio, que eres tú, dar lo mejor que puedas te permitirá desarrollar lo mejor de ti. No dejes que los mediocres te convenzan de que no vale la pena superarse. Nadie es en esencia mediocre, pero todos somos mediocres cuando dejamos de esforzarnos y tener metas. Si las transformaciones que deseas hacer en ti te parecen superiores a tus fuerzas, ábrete al Ser Supremo o energía del cosmos (según la fe que tengas) y si crees que puedes, realmente puedes.
El Mundo usualmente lucha por convencerte de que sirves para poca cosa, por lo que antes de lograr algo verdaderamente positivo en tu vida, debes lograr descubrir tu potencial oculto, que, aunque lastimosamente muchos mueren sin descubrirlo, no existe ningún tesoro en la tierra tan valioso como ese diamante que está en tu interior, y que, sustenta lo que has sido, eres y serás.