-Saludos señor vampiro me permite una entrevista

-Hombre, siempre que las preguntas sean bien sangrantes….

-Desde cuándo es usted vampiro

-Ya hace mucho, mucho tiempo, llevo siglos chupando sangre, desde que una  esbelta y preciosa  vampiresa del el siglo XVIII en una fiesta del palacio real me mordió en el cuello, yo creía que era por amor, por lo bueno que yo estaba en esa época, pero fue por puro egoísmo, la muy bandida, digo ¡la muy vampira me engañó!

-Cómo sobreviven estos tiempos tan cibernéticos?

-La verdad es que se ha puesto difícil, durante los últimos años la cosa vampiresca se ha degradado tanto que yo, todo un noble de alta estirpe, he tenido que rebajarme a trabajar, primero en un banco de sangre, pero me echaron por robarme la mercancía, era como poner un gato a vigilar una pescadería ¡No podía evitar llevarme unas cuantas pintas a casa! ¡Qué banquetes tan sanguinarios me daba!

Después en una clínica privada, me usaban como instrumento para absorber de sangre en las operaciones de quirófano pues les salía más barato pagarme un sueldo que comprarlo, pero también me despidieron porque con lo que me gusta y la necesito la chupaba toda y los pacientes se morían. Ahora estoy en un pub nocturno haciendo cocteles Bloody Mary, pero no es lo mismo, el zumo de tomate no me sirve ni como sucedáneo. También estoy tratando de ganarme la vida como influencer ¡los tiempos mandan! Pero es complicado, los twiteros no me toman en serio, no me respetan, con tantas películas malas burlándose de nosotros…

-Tiene preferencia por algún tipo de sangre en particular

-Claro que sí, tenemos una buena carta de sangres donde escoger, la AB negativa, cosecha de morena o trigueña de veintiún años de solera, tiene un sabor tipo el cabernet sauvignon de los vinos de ustedes, pero aún es mejor si tiene un porcentaje de mezcla con la tipo B, que es el equivalente del merlot, es la más escasa y la más cara del mercado. También es buena la AB positiva de las rubias, pelirrojas y castañas, viene a ser como el vino blanco en las mesas de finos pescados. La sangre O, la de donantes universales es la sangre más corriente que beben cuando pueden los vampiros vulgares. Modestia aparte, yo soy un sangrelier, el equivalente al sommelier de los humanos, un catador de sangres acreditado

-Ah, pero hay clases entre los vampiros

-Seguro, señor periodista, si las hay en la tierra, en el cielo y en el infierno cómo no las vamos a tener los vampiros seres fascinantes, enigmáticos y eternos. Mire, yo soy de la clase vampiros nobles, era el Marqués de Impuestos, muy amigo del rey y los gobernantes de la época, vivía en un gran castillo con muchos lacayos y amantes, después están los vampiros burgueses con mucho capital para comprar sangres de todas clases y hasta plaquetas puras, y después están los vampiros gleba que es el populacho a quienes hemos tenido que morder y convertirlos en colegas por pura necesidad, por falta de presas nobles, la aristocracia va de capa caída

-Donde vive ahora usted, señor vampiro

-Ya no hay castillos dónde habitar como el que poseía en el las brumas de Valle Chupón, los que quedan o están en puras ruinas o los han convertido en paradores o monumentos para turistas, ahora me refugio en un pequeño altillo abandonado de veinte metros cuadrados y duermo en un triste ataúd usado de segundo muerto, de los que importan de paca,  ya me gustaría hacerlo en uno de los Serta Matrtess  ¡Tan cómodos! Pero inalcanzables para mis ingresos

-Lo de los ajos, lo de la estaca clavada, lo de que no pueden ver la luz, lo que solo salen de noches…¿es cierto?

-Puras mentiras, puras patrañas de novelistas y guionistas de cine para hacer más sangrientas sus obras y así sacar más dinero de sus producciones, ya sabe cómo es la gente de morbosa, el morbo vende ¡y de qué manera! no haga caso de esas paparruchas. Nos gusta el día para pasear y observar posibles  víctimas, las estacas las usamos para  hogueras pues no usamos las calefacciones modernas, lo de la noche es como todo el mundo nos encantan los teteos de sangre y lo de los ajos… ¡Nos encantan! van bien para el reuma y ya sabe que estamos mucho tiempo en lugares húmedos

-Quedan pocos vampiros?

-No crea que soy el único chupasangres, hay una gran abundancia aunque han evolucionado en otras variedades, hay patronos vampiros que se la chupan a los obreros en forma de explotación laboral, también hay políticos que se la chupan a los ciudadanos en forma corrupción, las llanadas DGI, insaciables, y hay funcionarios que son unos chupatintas cobrando sueldos miserables para decirle a las personas que hacen diligencias oficiales que vuelvan mañana, que les falta el certificado de vacunación del perro del primo hermano del cuñado de su tío abuelo que se casó en segundas nupcias con Juanita la fácil.

-Tenía esta pregunta reservada para el final ¿Y el conde Drácula? ¿Qué opinión le merece?

-Ya me parecía raro que se fuera sin formularla, pues Drácula ha sido el campeón de los vampiros, un referente para nuestra clase, lo idolatramos, durante muchos años nos ha dado a conocer en todo el planeta, es un buen tipo al que la fama lo erosionó, lo desgastó: sobre él de hicieron multitud de películas la mayoría estúpidas, desvirtuadas, montones de literatura mala, peor y  mucho peor, series televisivas perversas, comics absurdos, cuentos basura para asustar niños, ridículos disfraces de carnaval, de halowenn…  muchos se han hecho millonarios a su costa y nunca le pagaron ni un solo centavo por derechos de autor, todo ello lo acabó de casi enterrar y digo casi porque Drácula aún vive, trabaja de albañil en unas grandes obras estatales de Transilvania, está muy deprimido, clandestino, sin activismo. Se mantiene cómo puede chupando sangre de pollos compitiendo en los gallineros con los zorros y lobos del lugar. Una lástima. Esperemos que algún día se rehabilite.

-Ya hemos llegado al final de la entrevista, gracias señor vampiro por sus declaraciones tan interesantes

-Oiga señor periodista tiene usted una mota de polvo en el cuello, déjeme que me acerque para quitársela…

-No, no, gracias, no se acerque ni un milímetro que ya me la quitaré yo mismo…