-Porque: A veces, lo que deberíamos de buscar es la ausencia de algo que debería de estar ahí.
-No queremos comprender que la real paz no significa la falta de conflictos, si no la luz cuasi divina de la justicia.

Nos entretenemos con cualquier cosa que nos saca de una cruda realidad, como esa de que la justicia es igual para todos, sin querer aceptar que eso, simplemente no es así en la realidad. Por igual sucede y se está haciendo común, decir que el cáncer, con tiempo, tiene cura o al menos facilita una mejor calidad de vida. Esto podrá ser cuestión de fe o una realidad incuestionable, pero, de que se puede hacer más pasable, se puede, siendo, el detectarlo a tiempo, la clave.

El rodeo es para referirme al cáncer de la miseria y su tratamiento a tiempo, donde los pobres padres de familia, dentro de sus miserias, que muchas veces solo son en vergüenza, ya que, pudiendo ser útiles, prefieren mendigar o aprovecharse de su supuesta o real pobreza, para simplemente, tomar los caminos más fáciles para vivir, y, que han hecho de esa debilidad, su fortaleza.

Bastaría, para cimentar esa aseveración, salir a las calles para ver el como estos personajes, en base a ser unos pobres padres de familia, se apropian de cualquier esquina para montar todo tipo de negocio sin que aparezca autoridad alguna que se interese por ponerle coto a la situación, cosa esta que se ha convertido en una costumbre, constituyendo lo peor, que luego hay que buscarle o hacerle un locación de gratis, donde llevar a cabo su negocio, lo cual se está repitiendo gracias a un clientelismo político, que cual cáncer maldito, ha hecho metástasis en todos los estamentos llamados a tomar carta en este feo asunto.

Habría que cuestionar si es que los alcaldes no inspeccionan su área de responsabilidad, a pesar de que en cada elección estos crecen en el supuesto de crear beneficios para la comunidad, pero que todo se queda en el crecimiento del clientelismo político o personal. Por igual acontece con los jefes militares y policiales, responsables por el cumplimiento de las leyes en áreas específicas, pero que, al igual que los principios morales y éticos, han sufrido una banalización que aterra el solo pensarlo. Además, para esto verificar, con transitar por lugares que han pasado estos políticos, tendríamos que caminar con los pies envueltos en unos peucos de mosquea para no infectarnos con el estercolero que han dejado tras de sí.

Harto conocido es, que la cosa que el hombre mejor hace, desde que los tiempos conocidos son, es matar, y más, cuando por omisión o complicidad se le permite o, autoriza. Es el caso de los famosos intercambios de disparos bien conocidos ya, pero esto, nuestra clase política -en su gran mayoría- pretende no verlo ni sentirlo, cuando en la realidad si lo hacen, pero callan y permiten la degradación de las leyes por medio a politizar los nombramientos de aquellos a ejercer el monopolio de la violencia.

Cosa parecida sucede, con el ingreso de una gran parte del personal femenino, cosa esta que ya forma parte integral del desastre institucional tanto en las FFAA y la PN, donde nos encontramos con hechos realmente absurdos, canallescos y vulgares, donde, de manera clara, se manifiesta la ética sexual de quienes las ingresan, ya sea por esta causa o por un abusivo clientelismo personal, donde, en el primer caso, la ética parece la de un conejo, es decir, pensando más con su cabeza pequeña, sin pensar que le podría suceder a la grande.

En tanto, muchos solo se preocupan por lo mediato y su propaganda o publicidad, mientras continuamos el deambular por esta vida, cual si fuésemos una hoja marchita a merced de los vientos del destino. ¡Sí señor!