Capacidad instalada y generación eléctrica corresponden a muy importantes políticas energéticas de los Estados.

La capacidad instalada se asocia a la potencia eléctrica que en términos sencillos se corresponde a la energía disponible por unidad de tiempo que en grandes cantidades se presenta generalmente en megavatios (MW), un millón de vatios; la generación eléctrica corresponde a energía entregada que se expresa como unidades de la potencia eléctrica, ahora multiplicada por el tiempo, para ese caso sería como MW-h, es decir megavatios-hora, o un millón de vatios por hora y dependiendo de la cantidad de horas de suministro, el factor por el cual se multiplicaría.

En el Boletín de Generación y Gestión de Energía del Ministerio de Energía y Minas-MEM- de marzo del presente año disponible en su página Web, el pronóstico de la demanda máxima anual para el 2024 se estima en 3 mil 370 megavatios, ya superado ocasionalmente en 288 MW la semana próxima pasada; mientras que la capacidad nominal instalada que significa el total de la potencia bruta instalada de todas las plantas de generación del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado-SENI-  en la matriz que presenta en el boletín corresponde a 5 mil 767 megavatios.

Se advierte así una diferencia de 2 mil 397 megavatios entre capacidad nominal bruta instalada y el promedio de la demanda; pero de esa diferencia interesa en esta ocasión referirnos a las oportunidades que ya en la actualidad significan los llamados acumuladores o baterías, como para poder reservar grandes cantidades de energía y tenerla fácilmente disponible cuando se advierta un déficit potencial en cuanto al suministro por una u otra causa.

Alcanza mayor valoración aun si se tiene en cuenta la capacidad instalada de energías renovables no convencionales como solar, eólica y biomasa que en cuanto a capacidad instalada nominal representan respectivamente 12%, 7% y 1%; mientras que la energía que aportan al SENI es solo- en el mismo orden- 5%, 4% y 1%, en promedio. Lo que se potenciaría tomando en cuenta el sostenido crecimiento de energía solar y eólica, a partir también de los avances tecnológicos logrados en acumuladores o baterías.

En la actualidad el Estado dominicano desde el Ministerio de Energía y Minas-MEM- procura una importante respuesta a partir de acumuladores, que, si se toman en cuenta los notorios avances en energías renovables no convencionales, sin descuidar cual transición energética otras formas tradicionales de aportar energía al SENI, es evidente que la República Dominicana de seguir esa senda pronto tendrá en el sistema eléctrico, uno de los más grandes soportes para su pleno desarrollo.