“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender “. (Alvin Toffler).
Una pesadez intelectual nos envuelve y nos acogota cuando tenemos que escribir, de tanto en tanto, acerca de los mismos problemas de la sociedad dominicana. Más de 43 años tiene la firma encuestadora Mark Penn estudiando y auscultando todo el quehacer social-político-económico e institucional de nuestra formación social. Lo mismo hace Gallup/Dominicana desde los años 90 del siglo pasado.
Los 17-32 problemas que han venido verificando a través de encuestas de opinión, de percepción, siguen ahí. La diferencia es la jerarquización de los primeros cuatro problemas. Cambian en función del contexto y la circunstancia, vale decir, de lo que viene lacerando a la población según la percepción. Lo accesorio cambia como espacio político coyuntural. Verbigracia: Quien ganará las elecciones.
Lo cierto, a la luz de más de 26 encuestas que hemos tenido, es que Abinader ganará las elecciones a menos que no ocurran acontecimientos exógenos muy graves (invasión de China a Taiwán; invasión de Estados Unidos a Irán; guerra entre las dos Corea, una nueva pandemia y un cataclismo económico). El actual presidente representa el mayor capital político y reputacional de la sociedad dominicana al día de hoy. Si en el 2020 obtuvo 44.5% y con los aliados sumó 8, para llegar a 52.5%, hoy, como dicen Gallup/RCC Media y Mark Penn, con 46% y 47.9 y con el voto probable (Like Votter): 50.9, sin contar con 14 partidos aliados, la definición es cuasi nítida, diáfana.
Como sociólogo no nos es dable criticar, juzgar, sino de tratar de describir y explicar la realidad de la manera más objetiva, con el mayor grado de validez y confiabilidad. No estamos haciendo una valoración ideológica ni de auscultar las fuerzas sociales, políticas y económicas que se deslizan en los tres partidos que compiten por el poder político de cara al 2024. Hay matices de diferenciación y de institucionalidad en cada uno de ellos. Sin embargo, en el espectro del cuadro del cuerpo, los tres son conservadores, de cara a las políticas públicas, que tienen que ver con la inclusión social, con la redistribución del ingreso, con la política inmigratoria, con las tres causales.
Todo esto envuelve lo accesorio y lo coyuntural y lo que realmente sucederá (Abinader, Leonel y Abel). Lo fundamental debería ser aprovechar esta campaña para discutir con seriedad una agenda mínima societal, donde cualquiera de los tres candidatos se comprometa a llevarla a cabo. Dejar atrás esa penumbra de parálisis paradigmática, de construir normas y leyes y luego verificar el profundo desbalance, abismo, entre lo establecido normativamente y el grado de aplicación. Verbigracia: La Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo (1-12), el Plan Nacional de Educación: 1990-2000, la Ley 67-97, que se aplicó 16 años después y que requiere ser evaluada después de 26 años.
¿Qué se aplicó, que no se aplicó, por qué y en función de ello, cuál es el tipo de educación que requerimos como eje medular y transversal del verdadero desarrollo? Lo accesorio, lo anecdótico, nos dificulta ver la matriz de la raíz, lo causal y los medios cuasi arrabalizan las ponderaciones de las informaciones. Por ejemplo: 20,245 casos de violencia en las escuelas. ¡Es grave! Pero, veamos: 20,245 casos entre 225 días, promedio de clase, nos dice que ocurren alrededor de 80 casos de violencia. Profundicemos un poco: ¿Cuántos estudiantes hay en el sistema público? 2.2 millones. Cuando divide, obtiene que hay un acto de violencia por cada 133,450 alumnos. ¿Es significativo? No. ¿Debería suceder? No. La ausencia de una cultura de civilidad no contribuye con la cohesión social, la diversidad, el respeto a la diferencia y la asunción de la tolerancia.
¿Cómo deberíamos cruzar la epidermis, penetrar el vaso y buscar lo fundamental que nos ayude para avanzar como sociedad? Adentrémonos a los factores que propician esa violencia estructural, cultural, real e institucional. Veamos el abecedario de problemas nodales que nos dicen las encuestas (Mark Penn y Gallup/RCC Media):
- 0% trabajando. 2.2 % no está trabajando. 4.6% está buscando. 6.9 es estudiante. 20.5 se dedica a los quehaceres domésticos. 21.3 % se dedica a cuenta propia.
- Ultimo grado educativo: 71.1% educación básica. 27.2% educación superior.
- Ingresos: 72% gana menos de RD$54,000.00. (3.3 hasta $4,299.00. Entre $4,300.00 y $10,600.00 (16.9%). Entre $10,600.00 y $18,149.00 (18.06). Entre $18,150.00 y $54,749.00 (34.2%). Apenas un 1% gana por encima de RD$133,000.00.
- Los problemas del país: 32. Tres son los más acuciantes: 70.2% Robos, asaltos, delincuencia en general. 62.% Inflación, alza del costo de la vida y 20.4% Escasez de fuentes de trabajo, desempleo. En Mark Penn: Costo de la vida (35%). Criminalidad (21%). Desempleo (11%).
- En su opinión, ¿actualmente la República Dominicana, está progresando, está estancada, o está en decadencia? 43.6% Está progresando. 35.1% Está estancada. 18.4% Está en decadencia.
- Demuestra habilidad y no es corrupto: 34. % demuestra honestidad. 29% puede traer cambio al país. 12% Se preocupa por gente como yo.
- 6 de cada 10 dominicanos considera que su país se dirige en la dirección incorrecta (55-40).
- 66% cree que la economía del país se dirige en la dirección incorrecta.
- 5 de cada 10 dominicanos indica que su situación económica personal ha empeorado. 53% ha empeorado y 31% ha mejorado.
- Casi la mitad de los dominicanos considera que su situación económica actual está peor que hace tres años. 32% dice que ahora está mejor. 21% ahora está igual y 48% ahora está peor.
- 88% de los dominicanos considera que la Procuraduría General hizo bien en someter a la justicia a altos funcionarios.
Hemos acotado lo que entendemos son los puntos cardinales, nodales, para emprender una ruta que se conecte con varias agendas sustanciales como la de Desarrollo Sostenible y la Estrategia Nacional de Desarrollo. Los temas abordados por las dos prestigiosas empresas de estudios de opinión y de mercados, nos apuntan a dirigir una agenda cierta de cara a 10-15-20 años que nos permita graficar un ruta, que más allá de la incertidumbre, nos lleve a punto seguro con puentes sólidamente establecidos.
Como decía Al Gore “nuestro objetivo debe ser encontrar una nueva manera de dar rienda suelta a nuestra inteligencia colectiva, como el mercado ha dado rienda suelta a nuestra productividad colectiva”. Se trata de sinergizar a todos los actores para crear más empleos, para que la gente tenga un salario que le permita satisfacer sus necesidades vitales, construyendo al buen bienestar y al buen vivir. Como generamos un espíritu más creativo, más innovador, en el entendido de que cuando un paradigma cambia todo vuelve a cero.
El que tengamos 20% que se dedica a los quehaceres del hogar nos indica que estamos frente a una sociedad muy tradicional, muy atrasada en el orden económico y social, propia de una sociedad de final del Siglo XIX y primeros 30 años del Siglo XX en las sociedades altamente desarrolladas. Los ingresos son una expresión de las depauperadas condiciones materiales de existencia. 72% gana menos de RD$54,000.00. Estamos frente a una sociedad de una fuerte explotación de la fuerza de trabajo, donde la competitividad de los empleadores tiene como principal fundamento el exiguo salario. La otra hipótesis es que contamos con un mercado laboral cuya exigencia en términos del capital humano es de 74% de educación básica.
Algo sustancial, fundamental, para la construcción de un pacto político, de cara a las elecciones, es que ningún gobierno ha tenido éxito en la lucha contra la violencia, aunque los gobiernos de Leonel Fernández: 2004-2012 fueron los peores en homicidios, desaparecidos, muertes extrajudiciales y tasa de victimización. Los datos que arrojan estas dos importantes firmas encuestadoras de cara al futuro, contienen las causas del síndrome de la desesperanza, que se refleja a través de su vida económica, personal y el estancamiento. Es la fusilería de la fractura social. Solo un 30% vive en condiciones materiales, sino halagüeñas, decentes. Puede terminar el mes sin créditos y sin el “fiado”.
Tenemos en nuestra sociedad una fuerte fractura económica-social muy pronunciada. Esas fracturas, que de tantas verlas nos “parecen” normales, constituyen el germen de una tensión social estructural que descansa en las faltas de soluciones reales a necesidades perennes, endémicas. De agendas del pretérito, cuasi fundacional. Como nos decía Albert Einstein “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Aprovechemos los problemas y la capacidad de aprender, desaprendiendo. Con vigor y resiliencia empujemos un nuevo amanecer como país.
Al final, todos nos moriremos, demos, pues, lo mejor de cada uno de nosotros con convicciones y esperanza. Aglutinemos el optimismo con la esperanza para poder alcanzar la brújula, para lograr la hermosa palabra de Ken Adelman “un líder sabe que se debe hacer. Un gerente solo sabe cómo hacerlo”. Necesitamos la simbiosis de los dos, con las alas cimentadas en la honestidad verdadera.