Transcurría el año 2014, y en las aulas de la Universidad Johns Hopkins donde realizaba mi maestría de Economía Aplicada, tuve el honor de recibir docencia por parte de un profesor brillante egresado de la Universidad Harvard, llamado John Driscoll. El profesor Driscoll, laboraba para la Reserva Federal como uno de los asesores principales de la entonces presidenta, Janet Yellen. Cuando analizábamos el rol que jugó la Reserva Federal en la Gran Depresión de (1929-1933), el profesor Driscoll acotó lo siguiente: los economistas somos malos prediciendo crisis, pero si en algo somos realmente buenos es solucionándolas.

Traigo esta historia a colación para de cierto modo ilustrar que nadie, absolutamente nadie. Ni siquiera los expertos más encumbrados saben que nos depara el futuro en materia económica en el mediano y largo plazo. Por ejemplo, muchos analistas han vaticinado un largo período de estanflación para la economía mundial como ocurrió en la década de los 70 del siglo pasado. Sin embargo, los nubarrones que se han cernido sobre la economía global tales como: la disrupción en las cadenas de suministro ocasionada por la pandemia, la Guerra en Ucrania, el encierro en una parte importante de China y la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales alrededor se han ido disipando.

El encierro provocado por la COVID-19 en China, es un evento que solo perjudicará en el corto plazo, y es algo que se ha ido desvaneciendo en las últimas tres semanas. De igual manera, los problemas de las cadenas de suministro han pasado su pico del año pasado, la crisis energética causada por la Guerra en Ucrania ha perdido efecto a pesar del aumento del crudo en la última semana. El único evento que permanece brillando sobre el firmamento es la reducción de los tipos de interés por parte de los bancos centrales y es un evento endógeno, no exógeno, lo cual facilita su solución a largo plazo.

Los bancos centrales en todo el mundo están utilizando su herramienta principal de política monetaria: los tipos de interés, para controlar la inflación. Sin dudas, esta acción tendrá un efecto significativo en la actividad económica, lo cual va a provocar una desaceleración de la economía o una posible recesión. La Reserva Federal (Banco Central de los Estados Unidos) ha dicho en reiteradas ocasiones de que el ajuste de la política monetaria será gradual, por consiguiente, habrá de ocurrir un aterrizaje suave del sobrecalentamiento de la economía. Sin embargo, la historia no está del lado de la Reserva Federal, ninguna de las recesiones vividas por los Estados Unidos desde que se creó la Reserva Federal en 1913; que ha implicado una política monetaria restrictiva ha terminado con una expansión de la actividad económica sino con una recesión. Adicionalmente, la Reserva Federal solo ha pronosticado de manera correcta el 30% de las recesiones que han ocurrido desde su creación.

La caída de la actividad económica cayó un 0.3% en mayo en los Estados Unidos, y el pasado miércoles 15 de junio la Reserva Federal en su reunión del Comité Abierto incrementó en 75 puntos básicos (0.75%) los tipos de interés, esto sin dudas, tendrá un efecto a un mayor en el consumo en los meses venideros, lo que podría provocar una recesión. Una recesión leve no sería del todo mala si la Reserva Federal quiere ir bajando la inflación, que en mayo fue de un 8.6%, la tasa de inflación más alta desde 1981.

En pocas palabras, de que habrá recesión económica, la habrá. Pero si de algo estamos seguros es que la Reserva Federal y los principales bancos centrales del mundo van a evitar una estanflación de la economía global a toda costa. En caso de asomarse el peligro de la estanflación, los bancos centrales retomarán las políticas monetarias acomodaticias que tuvieron lugar en los últimos 14 años, fruto de la crisis financiera del 2008. Finalmente, como dijimos al inicio de este articulo: los economistas somos buenos manejando crisis. Y, por lo tanto, la Reserva Federal ha aprendido la lección de las crisis del 29 y la estanflación de la década de los 70. Por consiguiente, tomará las medidas correctas en cuanto política monetaria se refiere como lo hicieron en el 2008 y en el 2020, que evitaron realmente una hecatombe económica.