"La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de desigualdad extrema, que la conduce al despotismo. Barón de Montesquieu.

En los sistemas democráticos, las elecciones se deben ganar en función de la capacidad de construir mayorías electorales por parte de los aspirantes y las organizaciones políticas. En la construcción de esa mayoría confluyen múltiples factores que hacen posible su proceso de conformación; y este, está directamente relacionado con la capacidad de las fuerzas sociales.

Los partidos políticos deben estar en condiciones de enlazar con las aspiraciones de los diversos  sectores de la sociedad, generando con ellos, la percepción de interpretación y coincidencia respecto de sus aspiraciones y demandas, esto, naturalmente, con  el acompañamiento de los candidatos. Evidenciando qué para las condiciones históricas y sociales del país esa oferta electoral es la más conveniente.

A este proceso algunos expertos en las ciencias políticas le llaman agregación de demanda, porque es justamente el procedimiento en el que los partidos construyen su oferta, tomando las demandas de los ciudadanos como materia prima para estructurar una propuesta que resulte atractiva  para esa población electoral.

La percepción de viabilidad o no de esa oferta es fundamental, pues la capacidad de aparecer ante los ojos de los amplios sectores sociales de la población como la apuesta más pertinente o idónea, para incidir en la mayoría de sus condiciones sociales de existencia, es lo que finalmente convence y otorga el triunfo.

Esto sin olvidar que la pertinencia entendida como coincidencia ideológica o aspiracional, en su percepción también debe incluir la factibilidad. La oferta electoral que es adecuada pero inviable, regularmente, trae consigo la imposibilidad de construir de una mayoría ante un determinado momento histórico.

Según sostenía Max Weber, el ser humano se comporta, en sentido general, con “arreglo a los valores que otorgan finalidad y sentido a su accionar.” La percepción de conveniencia contiene también otra dimensión que explorar y puede ser perfectamente indicada como ejes temáticos o valores vinculados por el lenguaje a través del bien común; la decencia, la honestidad, la equidad, el combate contra la pobreza y desigualdad, la igualdad de oportunidades, el trabajo, el combate a la corrupción y la transparencia.

Es sobradamente sabido, que la capacidad de construir la pasión política tiene que ver fundamentalmente con los elementos que permitan unificar a los diferentes sectores.

Las proyecciones electorales para el año 2024

Este año en la República Dominicana celebraremos elecciones, las municipales pautadas para el 18 de febrero y las presidenciales y congresuales el 19 de mayo, de acuerdo con la normativa y el calendario oficial de la Junta Central Electoral. Aunque la escogencia de los representantes ante los gobiernos locales concita menor interés respecto de las generales, hay provincias en las que el partido político que resulte ganador da un golpe de efecto en la percepción de la población.

Los dominicanos que este año iremos a las urnas debemos valorar los perfiles que representan el nuevo liderazgo. La política en la tercera década del siglo XXI es completamente diferente a la que realizaron nuestros actores, con innegable éxito electoral.

La mayor dificultad para los líderes que ya nos han representado, y no completaron la transición, es que se quedaron atrapados en el viejo esquema y aun insisten en seguir practicándolo -quizás porque no entienden la política de otra forma- .

Observemos las propuestas, en todas las organizaciones políticas hay aspirantes comprometidos con el cambio. El ciclo debe cerrarse, para dar paso a las nuevas generaciones que practican la política disruptiva.