Para que se produzca crecimiento económico y a la vez esta variable macroeconómica influya en el nivel de vida de la población y sobre todo enfocado hacia las mujeres y los jóvenes, es necesario aumentar el empleo formal y a la vez promover iniciativas que permitan que quienes se sostienen de la informalidad eleven la calidad de sus ingresos.
Recientemente el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo dio a conocer un estudio divulgado en el boletín de Pobreza Monetaria año 2022, donde se evidencia la desigualdad económica y social y a la vez la brecha de género y como esto impacta en la calidad de vida de los pobladores de la Republica Dominicana.
Sobre todo, en dicho estudio, se evidencia que son las mujeres las más trabajadoras, pero a la vez las más pobres; pues se presenta que la brecha de pobreza entre hombres y mujeres es de 135.6 mujeres por cada 100 hombres, que es la más alta de los países de América Latina y el Caribe, de acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En el caso de los 2,942,255 de personas que viven en condiciones de pobreza en la Republica dominicana, los cuales viven con RD$242 pesos al día. Si nos referimos a la pobreza general las mujeres representan el 29.37% con relación a la población total y los hombres 25.8%.
Se señala en el informe anteriormente señalado, que la tasa de pobreza en los hombres disminuyo en 2.5% y en las mujeres 3.5% y que la reducción mayor de pobreza en las mujeres se reconoce que se debe a una mayor participación de estas en el mercado informal.
También el estudio evidencia que el 57.6% de la población ocupada es informal y partiendo de lo anterior se pueden entonces evidenciar, que cuando se habla de que el empleo aumentó más de la mitad, esto se traduce en trabajos de menor calidad (en términos salariales), sin cobertura a la seguridad social y con bajo nivel de aporte al crecimiento económico.
Pero también un dato que se agrega es que las mujeres dedican más horas semanales al trabajo pagado y no pagado que los hombres, pues se estima que las mismas trabajan 50 horas a la semana, distribuidas entre 19 horas pagadas y las restantes 31 horas no remuneradas, pues se trata de trabajo en el hogar; en tanto que los hombres trabajan 47 horas a la semana de las cuales 37 son remuneradas y las restantes 10 no remuneradas. Estas estadísticas evidencian claramente la inequidad de género que existe en la República Dominicana.
A propósito, según datos proporcionados por el Banco Mundial, en la cual se expresa que el 40% de la población dominicana están en condiciones vulnerables y en riesgo de caer en mayores niveles de pobreza, debido a los problemas relacionados con el clima y la crisis económica y pone mucha atención en las condiciones en que se encuentran mujeres y jóvenes, a partir de que el 80% de la población de entre 25 y 45 años se encuentra empleada en el sector informal.
Alejandría Valerio representante del Banco Mundial en la República Dominicana señala que "La falta de inclusión de mujeres y jóvenes en la Visión 2030 de la República Dominicana podría significar una pérdida significativa para el PIB del país". Yo le agrego: un aumento de la inequidad en términos de distribución del ingreso, que tiende a desfavorecer a futuro a dichos sectores, no obstante, de que el crecimiento económico se siga fortaleciendo. Por lo que se deben implementar políticas públicas que reduzcan las brechas existentes entre estos sectores de la población y la población adulta en general.