La emigración de dominicanos principalmente hacia los continentes americano y europeo, se produce teniendo como razón principal buscar mejor vida, que, a partir de la información de mayor bienestar económico y social en los países del denominado primer mundo, tanto parte importante de la población de nuestro país, como de otros denominados del tercer mundo, buscan vivir ya sea el sueño americano o europeo.
Al año 2022 se estima que el 17% de la población dominicana vive fuera del país.
Como sabemos la mayor emigración de dominicanos y de latinoamericanos se produce hacia los Estados Unidos, otros lo hacen hacia Europa principalmente hacia España e Italia. Según estudio del Instituto de Migración de la República Dominicana (INMRD), hasta el año 2020 el destino de la migración desde la Republica Dominicana era 1,462,623 personas hacia regiones desarrolladas y 145,944 hacia regiones menos desarrolladas; por supuesto esto sin contar los dominicanos que se encuentran viviendo de forma ilegal, principalmente en Estados Unidos.
Viendo esta distribución de forma más especifica, el 73.3% de los emigrantes dominicanos se orientan hacia Norteamérica, el 17.59% hacia Europa, 9.07 a América Latina y el Caribe y solo 0.02% a Asia, África y Oceanía.
Eso significa que existía para ese año, 2020, 1,174,253 dominicanos en Norteamérica de los cuales 1,158,618 residían en Estados Unidos (de forma legal), lo que representa el 98.7% y 15,635 (según censo de oficina de estadística de Canadá, en el año 2021) en Canadá o el restante 1.3%.
Un dato importante que debemos destacar es que la población dominicana que emigra a Estados Unidos alrededor del 50% tiene nivel de educación secundaria, en tanto que la emigración hacia Canadá el 97% de la población que emigra a ese país, tiene educación universitaria.
Diferente a los dominicanos que emigran hacia Estados Unidos, como podemos observar, existe una tendencia a que inclusive personas o hasta parejas de profesionales, con hijos o sin hijos, emigran hacia Canadá con el objetivo de estudiar, pero también a trabajar, puesto que en ese país existen necesidades de profesionales, sobre todo en área como la salud, servicios, ingenierías, técnicos, educadores, entre otros.
Las autoridades y empresas de Canadá, promueven inclusive, que familias jóvenes sobre todo profesionales se vayan a integrarse al mercado de trabajo de ese país americano, pues su población es muy adulta, que una parte importe ya esta fuera del mercado laboral. Aunque claro para que le aprueben una visa de trabajo un requisito mínimo es que tenga depositado en un banco al menos US$15,000, tener dominio de las inglés y en ocasiones también se exige dominio del idioma francés.
El ingreso de remesas es el aspecto que mas se destaca desde el punto de vista del país (11.5% de los hogares dominicanos reciben remesas), aunque en cierta medida, obviando las vicisitudes que debe pasar el dominicano que emigra, que se tiene que afrontar a muchas dificultades para integrarse laboralmente, poder cubrir sus necesidades de consumo y de pago de servicios, que en los países desarrollados es más costoso que su país de origen. Nuestro país cerró en el año 2022 con un ingreso de remesas de aproximadamente US10 mil millones.
De las remesas recibidas el 83.8% provinieron de Estados Unidos, seguido de 6.5% de España, 1.2% de Haití, 0.8% de Italia y 17% del resto del mundo.
Recientemente se ha desatado una creciente emigración ilegal por la vía de México, hasta tal punto que Guatemala, que se está utilizando como puente para llegar a México y que antes no exigía visa, recientemente ha establecido este requisito para permitir que dominicanos ingresen a su territorio.
Este aceleramiento de la emigración ilegal, ha sido propio de los gobierno primero del PRD en la década de los años 1980 y posteriormente en el periodo 2000-2004 y actualmente desde el año 2021, como resultado que en estos periodos de gobierno se han desatado niveles de inflación y de perdida del poder adquisitivo inaguantable para la mayoría de la población, incluyendo parte de la clase profesional, que pierde la fe en el futuro y que ve como alternativa para mejorar sus situación económica emigrar hacia otros países, sobre todo hacia los Estados Unidos.