Los eventos en Norteamérica se están dando con una celeridad inusitada. El primer acto se abrió el jueves 10 de junio cuando un comité en el Congreso inició las vistas públicas en torno a la turba armada que hace año y medio violento la sede del Capitolio con el objetivo de detener la certificación del triunfo electoral de Joe Biden, y así anular el resultado electoral obtenido por el demócrata en noviembre del 2020. Ello abriría una crisis constitucional en la nación que bien pudo desembocar en la anulación del triunfo electoral de Biden y mantener en el poder por un término más al perdedor Donald Trump. Solo la firme determinación de un grupo de políticos republicanos, entre ellos el exvicepresidente Mike Pence, se opuso a la farsa arriesgando su propia vida.

En la frustrada intentona, murieron 5 personas, incluyendo un policía del Congreso. Otros cuatro agentes se suicidaron posteriormente. El FBI ya ha arrestado a mas de 840 individuos quienes participaron el en asalto. Más de 300 se han declarado culpables. Cabe señalar que la exposición en público de los eventos detalle a detalle por los medios se da en medio de una sociedad altamente polarizada y en donde una base ciega y rabiosamente pro-Trump continúa negando aun hoy día que el ex magnate de bienes raíces perdió en buena lid las elecciones del 2020 aferrándose a la llamada “gran mentira” de un fraude colosal al que todavía repite en cada una de sus intervenciones y mítines políticos.

Bennie Thompson, presidente del Comité Selecto sobre el 6 de enero declaró en esta audiencia preliminar sobre el intento de golpe de Estado encabezado por Trump que “el mundo está observando qué hacemos aquí”. Aun a pesar de la gravedad de los hechos, a la fecha más de 100 candidatos republicanos a distintos curules han ganado primarias en sus respectivos estados repitiendo la farsa del fraude electoral…

Las vistas públicas han rebelado que Donald Trump estaba cegado y empecinado en no acatar la realidad durante y después de la derrota electoral que sufrió en noviembre del 2020. Una y otra vez el público norteamericano se percata de que el ex ocupante de la Casa Blanca fue informado con lujos de detalles de la falsedad del gran fraude colosal. Tanto su ex procurador general de justicia y abogados de su campaña testificaron estas verdades ante el comité del Congreso. El mismo comité también reveló que la campaña electoral de Trump obtuvo 250 millones de dólares para un extraño fondo oficial de defensa de la elección que nunca llevó a cabo ninguna pesquisa a este respecto. Dichos recursos fueron canalizados a los hoteles de Trump y a un comité político pro-Trump llamado Save América.

De igual manera, hemos aprendido que el ex ocupante de la Casa Blanca y sus acólitos desataron una feroz persecución en contra de funcionarios electorales quienes se vieron intimidados y hasta amenazados de muerte ante la maquinaria de la reacción trumpista.

El segundo acto, sucedió en Texas en donde el partido Republicano de dicho estado emitió una serie de pronunciamientos como parte de su plataforma oficial durante el fin de semana de junio 18 y 19. Entre las barrabasadas hechas públicas, la plataforma republicana indicó que el actual mandatario Joe Biden no había sido legítimamente electo. Reprendieron al senador John Cornyn por estar buscando con apoyo demócrata una legislación bipartidista en torno a una legislación sobre el porte y tenencias de armas de fuego. Una condena a la homosexualidad como un “estilo de vida anormal”; otra que busca la secesión de Texas de los Estados Unidos y otras declaraciones en donde se urgía a los jóvenes aprender “sobre la humanidad de los bebés aun en el vientre" como medida antiaborto.

De los 270 puntos que fueron aprobados en la plataforma del comité, ninguno se refirió al porte y tenencia de armas, teniendo en cuenta que fue en Texas donde ocurrió una horrenda masacre en Uvalde, hace apenas un mes (mayo 24, 2022). Es más, en ninguna de las resoluciones se mencionó el trágico sucedo. Tal menosprecio por parte de la plataforma republicana representa una muestra inequívoca del viraje hacia la derecha que el partido Republicano activamente defiende; además del menosprecio a la voluntad popular de los residentes de dicho poblado quienes apoyan medidas más robustas para el porte y manejo de armas.  De hecho, el partido Republicano controla en Texas ambas cámaras de la legislatura, la gobernatura y otros curules en dicho estado.

Un tercer acto se abrió el día 23 de este mes de junio cuando la Suprema Corte de EE. UU. dictaminó que sus ciudadanos tienen el derecho fundamental de portar armas de fuego en lugares públicos. La sentencia impedirá a los estados legislar en materia de control y porte de armas ya que abre la puerta a la impugnación de las normativas ya existentes en estados como California, Hawái, Nueva Jersey, Maryland y Rhode Island, en donde las administraciones demócratas han logrado medidas restrictivas en sus legislaturas tendientes a frenar la imparable violencia. Como ya sabrá el lector, dicho fallo se da en una nación sitiada ante el aumento feroz de los delitos con armas de fuego, particularmente los tiroteos en lugares públicos como escuelas, iglesias y supermercados.  La gobernadora de Nueva York Kathy Hochul, habló de un día “negro” en el que les fue arrebatado el derecho a imponer restricciones razonables…

Desestimando el creciente llamado a limitar las armas de fuego tras los atroces sucesos que Norteamérica viene siendo testigo, el tribunal superior se alió con quienes sostienen que la segunda enmienda de la Constitución garantiza desde 1788 el derecho a portar armas. Dicho fallo representa un espaldarazo más al lobby armamentista, representado principalmente por la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés).

El cuarto acto se abrió casi simultáneamente al tercero, cuando la Corte Suprema de EE. UU. decidió en un fallo sin precedente revertir el derecho al aborto que ya había sido legalizado en 1973 en el famoso caso Roe vs Wade, cuando esa misma entidad lo reconoció como derecho básico. En una votación de 5-4 y que deja ver de inmediato la naturaleza política de la misma con el voto favorable de 5 jueces conservadores, tres de los cuales fueron nombrados por el expresidente Trump. Con la infausta medida, se espera que por lo menos 26 estados implementen restricciones intolerables y absolutas para el aborto, mismas que habrán de entrar en vigor de inmediato.

Sin lugar a duda, Norteamérica enfrenta una embestida reaccionaria del conservadurismo. En lo tocante a las medidas del porte de armas, dicha sentencia va a contracorriente del sentido común, de una propuesta civilizatoria racional precisamente en una nación atrapada en las oscuras fauces de la violencia. Algo que las distingue de las naciones del primer mundo, mismas que no enfrentan dicho flagelo en su cotidianidad.  De igual manera, las legislaciones casi simultaneas dan cuenta de un problema de fondo en Norteamérica y que habrá de permanecer como un ominoso reto a la vida democrática y el ejercicio de los derechos de los estadounidenses. El control del Poder Judicial por elementos de la derecha retardataria y reaccionaria. Cabe recordar que no fue solo Trump el arquitecto de esta nueva irrupción conservadora.  El exlíder republicano del Senado Mitch McConnell y la red de organizaciones de derecha financiadas generosamente por los hermanos Koch y otras entidades como la Federalist Society, y think tanks de la derecha como Heritage Foundation, the Judicial Crisis Network y otras instituciones han venido trabajando con estos fines desde hace décadas mano a mano con la derecha protestante.  Donald Trump, con la mayoría en el senado pudo nominar mas de 230 jueces federales quienes hoy representan el 30 por ciento de las cortes.  ¿Si el lector se pregunta porque tantos?  debe recordar que Mitch McConnell torpedeo continuamente cualquier nombramiento del demócrata Barak Obama durante sus 8 años de mandato.

En lo tocante a la legislación antiaborto, se abre pues una angustiosa pesadilla para millares de mujeres quienes ante la necesidad de interrumpir su embarazo tendrán que trasladarse ahora a otros estados para recibir los servicios con los contratiempos y costos adicionales que ello implica.  Las necesitadas de atención medica también enfrentaran el miedo al apresamiento y posible condena en juzgados por el aborto. El juez de la suprema Clarence Thomas llego inclusive a proponer la anulación al derecho a la anticoncepción, criminalizar las relaciones sexuales consensuadas entre adultos y la derogación del derecho constitucional al matrimonio igualitario. No es de extrañar que dicha corte mañana se encamine a revertir el derecho al voto de las minorías y hasta al matrimonio interracial.

No cabe duda, asistimos a una embestida reaccionaria del conservadurismo sin precedente. Estados Unidos hoy atraviesa por un retroceso funesto en materia de derechos civiles que afectará a las mujeres, minorías sexuales y étnicas. Lo que hoy está en juego es hasta cuándo se podrá considerar esta como una sociedad democrática, plural, moderna en vez de un Estado teocrático, regido por la intolerancia de un segmento minoritario de la población interesado en imponer su agenda sin ningún escrúpulo y respeto a las normativas imperantes y a la voluntad de las mayorías en esta nación.