I.- Ser un hombre libre

 

1.-  Al escribir para el público sobre el primer período de mi existencia y la etapa entre la niñez y la adolescencia, no procuro exaltar la pobreza, ni mostrar sensiblería. Nada de generar ternura ni emotividad.

 

2.-  Al exponer con relación a sucesos alternativos opuestos, en los cuales me vi relacionado en el curso de mi infancia, solo persigo que la juventud de hoy los tome como simples antecedentes.

 

3.-  Porque en todo el curso de mi vida  he actuado con autodeterminación, no tengo reparo alguno en decir, para que sea conocido, lo que he tenido la facultad de decidir en uno u otro sentido.

 

4.- Haber nacido en la más extrema pobreza, no me motivó a amarla.  Por el contrario, me esforcé para liberarme de ella, y sin arrastrar las taras con las cuales ella logra marcar a algunas de sus víctimas.

 

5.-  Estudiar y trabajar,  me permitió salir del fangal, que era el ambiente de la sociedad en la cual por accidente  llegué al mundo de los vivos. El esfuerzo físico y espiritual, los combiné para derrotar la indigencia.

 

6.-  La dedicación a los libros y a la laboriosidad, no solo me permitieron convertirme en un ser humano productivo, sino también libre, totalmente desembarazado.

 

7.- Me creo un ciudadano con la facultad de pensar; idear planes;  reflexionar y asumir las posiciones más convenientes para aquellos que en mi país son los más,  el pueblo trabajador.

 

8.- Por feliz  casualidad, la pobretería en mi origen social, no me causó trauma psíquico; no padezco de complejos. En mi mente no hay espacio para el desequilibrio, ni tengo razón alguna para estar acongojado.

 

9.- En lugar de resentido, me siento alegre. Soy un enamorado de la vida,  lucho por ella y por la de los demás. El contentamiento lo disfruto en grande.

 

II.- Al pueblo, hablarle de sus hijos ilustres

 

10.- A esos dominicanos  y dominicanas que carecen de lo necesario para vivir, hay que enseñarles, instruirles, hacerles saber que su estado de desvalidos, no es por una maldición divina,  sino porque su país está organizado para que impere la desigualdad de oportunidades.

 

11.- A esas mujeres, a esos hombres que andan por ahí, cargados de miseria, hay que hacer lo necesario para que se informen claramente de la causa generadora, de dónde proviene estar opacados,  ser infelices, vivir como pobretes.

 

12.- A los marginados de la sociedad dominicana, a los mendigantes, hay que dibujarles la sociedad, con su caterva de seres humanos que comen a veces de los zafacones o por la caridad pública.

 

13.-  Una forma de que los pordioseros  del país aprendan que pueden liberarse,  salir de la pobreza, es señalándoles a los valientes que han salido de la miseria luchando.

 

14.- Los marginados de la sociedad dominicana, pueden llegar a ser como  los ilustres profesionales del derecho, Julio Aníbal Suárez, Darío Suárez y Domingo Gil,  y otros compatriotas que han salido de abajo y se han elevado hasta llegar a ser hijos meritorios de su patria.

 

15.- A los que aquí pasan hambre, se hace necesario llevarles sinceros alicientes; mucho estímulo, incentivarles para que accionen; acicatearles con ejemplos de superación, en fin,  quitarles de sus cabezas todo lo que sea desmotivación.

 

16.- Al pueblo dominicano  hay que ponerle de ejemplo a tomar en cuenta,  a mujeres y hombres que se han esforzado para vencer las trabas que el sistema impone a los hijos del pueblo, para que no se liberen de la pobreza.

 

III.- Motivar a la juventud para que sea exitosa

 

17.-  A la juventud de abajo, a esa que se cree imposible de avanzar, hay que decirle que debe afanarse por el éxito,   batallar para salir adelante,  forcejear para triunfar y no ahorrar tiempo hasta ver hecho realidad sus sueños.

 

18.- Que nadie crea que el triunfo llega por llamada o lamentos. Hay que trabajar duro, ser perseverante, sumamente diligente y estar presto para caer y de inmediato levantarse con más fe.

 

19.-  Cada meta hay que alcanzarla con afán, muchos desvelos y demostrando interés en triunfar. Cantar victoria,  abrirse paso, siempre será obra de quienes han sido exitosos por estar llenos de optimismo.

 

20.- Lo mejor del pueblo dominicano debe echar a un lado, quitarse de encima, a los que tienen a flor de labios el fracaso, a esos que no son ni fu ni fa, ni con el bien ni con el mal. Ellos son los improductivos, frustrados y aliados de la derrota.

 

21.-  A las grandes mayorías nacionales hay que orientarlas para que tengan como guía, su faro de luz, a los hombres y mujeres que permanecen alegres, porque saben que más temprano que tarde, aquí estará presente la alegría.

 

22.- No hay que caer en la desesperación. El porvenir es de los que en nuestro país creen que el futuro pertenece a los que accionando y batallando, vamos a  cambiar para bien de todas y de todos.