La democracia la valoro altamente; la siento como lo opuesto a la guerra, a la violencia.  En la democracia hay que ponerse de acuerdo, aceptar las decisiones de las mayorías; y si tenemos madurez para saber perder, saber estar y respetar la minoría, saber respetar las decisiones de la mayoría; así como tener una mirada estratégica de paz y desarrollo, y también si controlar las apetencias autoritarias de dar golpes de Estado, el caudillismo, el transfuguismo, el clientelismo, lo cual resta al Estado de Derecho, a la institucionalidad, a la seguridad y al desarrollo sostenible.

Felizmente las elecciones se van fortaleciendo a nivel mundial, de los “114 de los 211 estados independientes y territorios semiautónomos del mundo (el 54% del total) que realizan elecciones parlamentarias directas, usan sistemas de mayoría-pluralidad. Otros 75 (es decir, el 35%) usan sistemas tipo RP y los restantes 22 (el 10% del total) utilizan sistemas semi-proporcionales, todos los cuales, excepto dos, son sistemas paralelos (RP significa Representación por listas). Disponible en https://aceproject.org/main/espanol/es/esh.htm. Colin Crouch es su libro “La pos democracia” (año 2004, E. Taurus) ofrece el dato de que para el 1999 ya eran 191 países que realizaban elecciones de un total de 195 países reconocidos. Disponible en: https://www.bankinter.com/blog/economia/cuantos-paises-hay-mundo

Por lo que realizar elecciones, votar, contar bien los votos, respetar la institucionalidad, asumir compromisos de ciudadanía, participar, son decisiones importantes para una democracia robusta.

Desde estas notas hago un llamado a votar, vayamos todos y todas, pues… Votar es un acto de compromiso con el país y con las decisiones de quienes van decidir sobre lo público.

Participar en las elecciones debe ser un acto de alegría, de conciencia. Como dice Susi Pola en su artículo “Votar con Conciencia”. Disponible en: https://elnacional.com.do/votar-con-conciencia/ Debemos rechazar llamados a votar por presiones por creencias religiosas, eso es inconstitucional, violenta la libertad de creencias; nos dice Susi Pola en su artículo “Cada persona electora es libre de ejercer el voto de acuerdo con su propia conciencia y no a solicitud de ningún sacerdote o pastor que se imponga con sus propias idolatrías y pasiones … que respete el libre albedrío y conciencia de las demás personas.”

Susi Pola llama a ejercer un voto libre a “las 3,713,461 mujeres y 3,568,302 hombres, y en el exterior 462,904 mujeres y 400,881 hombres; la generalidad entre 26 y 45 años, y la mayoría mujeres en edad de reproducir, cuyos derechos son ignorados…” Ibid.

También hay que resistirse a coger dinero, alimentos, conveniencias, para votar. Votemos por los méritos y cualidades, posiciones, programas, cercanía, que han mantenido las y los candidatos con la ciudadanía.

De manera interesada, como mujer, recuerden que es importante la paridad de género, y que valoren a las mujeres candidatas, pero con la consideración de respetar sus conciencias.