El Acuerdo de París, presentado en 2015 en la conferencia del clima en Francia, fue un hito importante porque 159 países se comprometieron a reducir el calentamiento de la tierra. República Dominicana firmó el acuerdo en 2016. Este fue el inicio principal de la transición energética: el cambio global de los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural) a fuentes de energía renovable (solar, eólica, hidroeléctrica) y a un uso más eficiente de la energía.

Fuera de combatir el cambio climático, la transición es crucial para la seguridad energética – cada día hay más conflictos geopolíticos que impactan el precio de los combustibles fósiles.

Si bien se necesitan inversiones iniciales, la transición energética puede conducir a un menor costo de las facturas de energía y a una mayor independencia energética. Es una transición compleja, pero esencial para garantizar un futuro sostenible.

En la República Dominicana estamos generando energía renovable con agua, viento, sol y biomasa, sin embargo, aunque estamos avanzando todavía no llegamos a los objetivos definidos en el Plan de Estratégica Nacional de Desarrollo 2019-2024: hemos generado este año un 17.6% de energía renovable (2313 GWh) del total de la energía generada versus el objetivo de alcanzar 25% de energías renovables en 2025.

Aunque la brecha en generación todavía es alta, según el Organismo Coordinador del MEM, la capacidad instalada para producir energía ha crecido desde 2019 a la fecha con 21% hasta 5721.39 MW. El crecimiento de energía renovable fue 45%

(3 veces más que el crecimiento de energía fósil) llegando a 31% de la capacidad total instalada. El crecimiento mayor en este periodo fue de energía solar que creció con 265%, posicionándose como la energía renovable más importante. La energía eólica ha crecido 17% durante este periodo y la energía hidroeléctrica y biomasa no han crecido.

La generación de energía solar actualmente se está haciendo sobre la superficie de la tierra, pero si se quiere continuar aumentando la capacidad de generación, es imprescindible mirar también hacia soluciones innovadoras por el hecho de que no habrá suficiente tierra disponible a mediano y largo plazo para poder satisfacer la demanda absoluta de energía que continúa creciendo mientras estamos obligados a reemplazar los combustibles fósiles para cumplir con el Acuerdo de Paris.

Una solución innovadora es SolarDuck que genera energía solar en el mar, “offshore floating photovoltaic power generation” en inglés. SolarDuck es una solución patentada y certificada por Veritas.

La solución consiste en plataformas individuales con paneles solares en forma triangular. El diseño elevado mantiene los componentes eléctricos a salvo del daño del agua y permite que el flujo de aire enfríe los paneles, aumentando su eficiencia.

Se puede aumentar la capacidad energética requerida simplemente conectando más plataformas, como muestra la fotografía. Las plataformas flotan y son ancladas al fondo marino de una manera que soportan todo tipo de oleaje del lugar.

Actualmente ya hay un proyecto instalado en la Bahía de Tokio y varios proyectos en instalación en el Mar del Norte y Malaysia entre otros.

En países dependientes de la importación de derivados del petróleo que procuren mejores alternativas soluciones innovadoras como SolarDuck serán esenciales para la generación de energía renovable y combatir el cambio climático.