Los políticos tradicionales están llevando al pueblo a un punto en que todo lo que ellos rechazan es bueno para el pueblo porque simplemente defienden sus intereses. Tras el Tribunal Constitucional emitir una sentencia que declara inconstitucionales los artículos 152 y 157 de la Ley de Régimen Electoral 20-2023 los partidos se han alzado en contra de ella por el papel que adquieren las candidaturas independientes.

Los partidos han rasgados sus vestiduras, todos se oponen y me extraña ver hasta a Guillermo Moreno en eso y sus excusas son pobres:

  1. Que le quita legitimidad a los partidos ya que son la vía de expresión de las candidaturas.
  2. Que eso daría cabida a que gente del narco y delincuentes ingresen a aspirar y pregunto ¿Acaso no lo están haciendo por la vía de los partidos políticos?
  3. Que las boletas serían demasiado extensas y complicarían la votación entre otros disparates.

Es necesario precisar que el fundamento substancial y estructural de la democracia moderna es el pueblo, cuya unidad básica es el ciudadano. Sólo los ciudadanos, y no las agrupaciones políticas, poseen la garantía fundamental y, al mismo tiempo básica, de elegir y ser elegibles.

Después que en la concepción de ciudadanía se incluyeran los derechos fundamentales de los individuos, incluso en la constitución del 2010 están bien definidos, indistintamente de la pertenencia o no a un partido político, todo mayor de 18 puede votar y, por vía de consecuencia, debe ser apto para ser elegible, según los procedimientos establecidos en la misma Constitución.

El derecho a ser elegibles es de primer orden, por tanto, es preeminente. Por su rango de jerarquía, no puede supeditarse de forma arbitraria a un derecho de orden público, como el que poseen las instituciones políticas.

Como consecuencia de esta concepción en la que los derechos de orden público (grupales) supeditan las garantías fundamentales (individuales) una inmensidad de ciudadanos ha sido privados de acceder a posiciones ganadas a través del voto popular.

En conclusión, pienso que, lo que realmente temen los partidos, es que el pastel que da la Junta tenga que dividirse entre demasiadas personas porque los principales partidos son quienes controlan los partidos que se aprueban y cuáles no.

Lo otro que temen es que aparezca algún candidato tipo Bukele que entre en el sentimiento de la población y gane las simpatías del pueblo, ya hay ejemplos y como los políticos están en decadencia tienen miedo.

En la mayoría de países desarrollados aceptan candidaturas independientes, eso es un paso de avance. Hasta yo podría aspirar, aunque no está ni estará entre mis planes.