Desgraciadamente la tragedia de nuevo se hizo presente en “Los Tres Ojos”, municipio Santo Domingo Este, con la muerte de dos niñas, ocasionada por la explosión de un tanque de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en el interior del minibús en que se transportaban.
La mayoría de los vehículos del transporte público que utilizan el GLP como combustible no cuenta con un sistema apropiado, aprobado por los organismos de seguridad, sino uno rústico y rudimentario, lo que constituye una bomba de tiempo, pues pone en peligro al conductor, a los pasajeros y a los transeúntes.
Lo peor sucede cuando este combustible es utilizado en minibuses destinados para el transporte de niños y niñas a escuelas y colegios, con un tanque de gas moviéndose en su interior. Desgraciadamente las autoridades y los organismos de seguridad, responsables de evitar que estos hechos continúen produciéndose, se hacen de la vista gorda y no toman las medidas preventivas correspondientes.
Para que tengamos una idea del mal manejo que se le viene dando al uso del GLP como combustible en el transporte público y escolar, así como el alto riesgo a que estamos siendo sometidos, algunos conductores utilizan el mismo cilindro de gas de la estufa de sus casas para colocarlo en sus vehículos. Imaginémonos, Dios no lo quiera, que en un entaponamiento en uno de los túneles o elevados se produzca la explosión de uno de los tantos vehículos destartalados que circulan por nuestras calles por causa de un tanque de gas instalado de forma irregular. Serían muchas las pérdidas humanas que se producirían.
Hace unos meses, en un taller de reparación de aire acondicionado en La Vega, se incendiaron cinco vehículos debido a la explosión de un tanque de gas propano utilizado en uno de ellos. Por suerte esa vez no se produjeron pérdidas humanas.
Es muy importante que en estos momentos en que se discute una alianza pública-privada para la revisión e inspección (revista) de todos los vehículos que circulan a nivel nacional por nuestras calles, avenidas y autopistas, se recomiende la prohibición de la instalación de este sistema irregular de combustible por el grave peligro que representa para nuestra población, pues cada vez que se producen accidentes estos vehículos se incendian.
No es lo mismo un sistema de gas natural original instalado en un vehículo que uno que se instala de forma rudimentaria e ilegal.
Esperamos que el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), que es el órgano nacional rector del sistema de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial de la República Dominicana, los cuerpos de bomberos y demás organismos de seguridad y rescate, asesoren al Poder Ejecutivo en esta importante materia.
El Estado dominicano debe establecer políticas públicas para favorecer a los propietarios de los vehículos que al momento de su inspección no califican para continuar operando y serían sacados de circulación. Ojalá que así sea.