Con el paso del tiempo el turismo se ha convertido en una de las actividades económicas más importantes de la República Dominicana, tanto por su contribución al PBI, como por los eslabonamientos que tiene con otros sectores de la economía, multiplicando su bienhechora influencia sobre la creación de empleos y la dinamización de otras actividades de la más diversa índole.
De acuerdo a expertos en la materia, nuestra Nación tiene aún un enorme potencial inexplotado que le permitirá continuar aprovechando el rico filón del turismo durante mucho tiempo.
Ahora bien, los tiempos han cambiado, y aunque la mayoría de los hoteles operan bajo el sistema del todo incluido, hoy esos visitantes están más conscientes y exigentes acerca de la necesidad de proteger el medio ambiente y la biodiversidad y muchas veces cambian un destino por entender que éste no protege adecuadamente esos recursos.
Aunque el Ministerio de Turismo está realizando una buena gestión, los números con la cantidad de viajeros así lo demuestra, debería poner atención a los asuntos medioambientales en las zonas bajo su control. Una decisión creo fue un gran acierto es la del embellecimiento de las zonas costeras y los malecones de varias ciudades.
Pero no todo es color de rosa, todavía la arrabalización de algunas zonas dentro de polos turísticos es notoria, especialmente en Bávaro, este es un tema preocupante al que el Ministerio debía prestarle atención, por el rechazo y la mala impresión que les causa a los visitantes extranjeros un entorno sucio, caótico y desagradable.
El problema de las aguas servidas es otro tema preocupante, estas contaminan las playas, corriéndose el riesgo de ser clasificadas por organizaciones internacionales como no aptas para el uso de bañistas, dado lo vulnerable que es esta industria, debía de buscársele solución en el corto plazo.
Otro dolor de cabeza que no termina de solucionarse es el del transporte de pasajeros en algunas áreas turísticas, en donde sindicatos dominan las rutas existentes y quienes se atreven a incursionar en esos territorios son agredidos de mala manera.
Aunque el modelo del todo incluido ha demostrado ser exitoso en nuestro país, éste es muy susceptible de afectarse por cambios en los precios, incremento de la delincuencia, factores políticos, etc., además la capacidad económica de la mayoría de los turistas que recibimos bajo esa modalidad es limitada y lo que gastan fuera de sus hoteles es muy poco. Existen iniciativas para atraer visitantes de mayores ingresos, interesados en el turismo cultural, de aventura y de alto nivel; este cambio requiere hoteles diseñados y construidos para esos fines y un personal con las habilidades y la educación requerida para manejar ese tipo de personas.
En estos momentos existe un nuevo ingrediente que está cambiando el tradicional método de hospedarse en hoteles, es la renta de propiedades a través de plataformas tipo Airbnb, cada vez es mayor el número de visitantes que la utilizan, la ventaja para el país de este sistema es que quienes lo usan generalmente permanecen más tiempo y gasta más; la desventaja, es que se hace difícil cobrarle los impuestos correspondientes a quienes rentan las unidades.
Es innegable que la República Dominicana está de moda, somos visitados frecuentemente por famosos e influyentes personajes, constantemente se están desarrollando filmaciones de películas en diversos lugares del país y la afluencia de visitantes extranjeros no para de crecer; además, somos líderes indiscutibles en el área de Centroamérica y del Caribe en número de habitaciones y recepción de viajeros.
Para fortalecer aún más este sector, el gobierno está inmerso en un plan de desarrollo turístico para Pedernales y zonas aledañas que parece caminar en la dirección correcta, pues ya se espera para el mes de diciembre la llegada del primer crucero al puerto de Cabo Rojo. Si el plan culmina exitosamente, como parece ser, la vida de los habitantes de toda esa región experimentará un positivo cambio, dejando atrás las miserias y precariedades que vienen arrastrando desde hace demasiado tiempo.
El exitoso desarrollo del turismo en nuestro país es un excelente ejemplo de lo que se puede lograr cuando el sector público y el privado trabajan conjuntamente en procura de un propósito común.