El solo hecho de que un dron haya estallado sobre el Kremlin en Moscú, el centro del poder de Rusia, es alarmante y llama poderosamente la atención porque no sabemos si fue un ataque urdido por Ucrania, por la CIA, o por el MI6, el aparato de inteligencia de Reino Unido, para eliminar a Vladimir Putin.
Sin embargo, la carga explosiva de ese pequeño dron no parece que estuviera en capacidad de provocar una explosión que garantizara ese objetivo. Aunque, estaría en el rango de lo posible que tanto Estados Unidos como Reino Unido dieran este tipo de asesoría para hacerle sentir a los rusos que allí nadie está a salvo, porque con un dron pueden impactar el corazón del poder en Rusia y llegar a escasos metros del presidente.
Pero también es posible que ni Ucrania, ni Estados Unidos, ni Reino Unido tengan algo que ver con eso y que sea en realidad un atentado de falsa bandera perpetrado por el Kremlin con distintos objetivos, entre los que podríamos citar principalmente las declaraciones de Dimitri Medvedev, ex presidente de Rusia, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y hombre de confianza de Vladimir Putin que justo después del hecho instó a las fuerzas rusas a eliminar a Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania.
Además, lo ocurrido al día siguiente cuando el gobierno ruso acusó directamente a Estados Unidos de haber lanzado ese ataque sobre Moscú definiéndolo como un intento de magnicidio contra el presidente Vladimir Putin y es aquí lo grave, porque al hacer una acusación directa contra Washington están planteando un casus belli, término que en el Derecho Internacional establece los motivos que dan a un Estado el derecho a utilizar su aparato militar contra otro Estado.
De manera que, al plantear un casus belli, Rusia crea el preámbulo para declarar la guerra a Estados Unidos. Recordemos que el asesinato del archiduque Francisco Fernando a manos de un joven de 20 años de origen serbobosnio, con motivaciones nacionalistas en Sarajevo el 28 de junio de 1914, fue el casus belli que llevó al Imperio austrohúngaro a declarar la guerra a Serbia, desencadenando la Primera Guerra Mundial. Pero, también, el ataque sorpresa de la Armada Imperial Japonesa contra la base naval que Estados Unidos tenía en Pearl Harbor en Hawái, el 7 de diciembre de 1941, fue el casus belli que provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Por lo tanto, que el gobierno de Rusia acuse directamente a Estados Unidos de un atentado con la finalidad de asesinar al presidente de Rusia, lo que está haciendo, aunque no lo llamen por su nombre, es anunciar un casus belli, por lo que podría venir a seguida una declaración formal de guerra, ya no solo contra Ucrania, sino también contra Estados Unidos.
La acusación de Rusia puede ser la excusa justificadora buscada para pasar a bombardear masivamente y destruir las ciudades de Kiev, Leópolis al noroeste, en la frontera con Polonia, Odessa, en la costa del Mar Negro al sur o Járkov en el noreste, en la frontera con la misma Rusia, para provocar horribles masacres con la pretensión de doblegar emocionalmente a los ucranianos y quebrantar su heroica resistencia.
Por otro lado, al incluir a Estados Unidos no se puede descartar que sea el preámbulo para con la declaración de guerra formal poner en manos de Putin nuevas herramientas legales y mucho más poder, ya que hasta ahora, la “operación militar especial” del presidente Putin en Ucrania se ha hecho sin una declaración formal de guerra.