Hoy sábado 9 de septiembre es el día mundial de la prevención del suicidio, un problema que afecta a muchas personas tanto adultas como jóvenes y adolescentes de distintas identidades de género binarias y no—binarias. .

El suicidio ha estado presente en todas las sociedades humanas en diferentes épocas. Muchos grupos humanos han visto en el suicidio una alternativa para salir de una situación en la que se sienten atrapados sin aparente salida llegando así a cruzar la frontera entre la vida y la muerte.

Históricamente el suicido ha gozado de tabúes y ocultamientos marcados en muchas sociedades por las creencias mágico-religiosas sobre la muerte. La aceptación o negación del suicidio se vincula así al sistema de control religioso o no sobre la vida y la muerte que muchas veces implica prerrogativas de sanciones y satanización que afectan no solo a la persona que ejerce el suicidio sino a toda su familia.

El suicidio ha tenido una lectura en nuestro país estigmatizada y reducida por las premisas mágico-religiosas mencionadas anteriormente. Se identifica como un fenómeno reducido a lo individual y psiquiátrico lejos de las perspectivas multidisciplinarias con miradas a su complejidad social y de posibles causas socioculturales, generacionales, y psicosociales.

Esta perspectiva individualista no solo afecta a la posibilidad de abrir el análisis desde aspectos estructurales socioculturales sino que también tiende a reducir su lectura hacia la culpabilización desde los círculos familiares, pareja, ex pareja desde prejuicios y estereotipos por el velo que lo tapa.

El hecho de que ocurran suicidios debe servir para revisar y cuestionar los contextos socioculturales en el que se producen además de las alternativas y opciones de servicios de salud mental a las que tienen acceso las personas en las comunidades donde se den mayores tendencias hacia conductas suicidas o de riesgos hacia practicas autodestructivas.

La prevención del suicidio debe ser parte de los programas de prevención de violencia de género, discriminación, bullying y exclusión.

La existencia de patrones socioculturales de exclusión, maltrato, discriminación, violencia y bullying se convierten continuamente en factores de riesgo para distintos perfiles de personas hacia la depresión, aislamiento y en últimos casos en suicidios. Estos provocan aislamiento por la discriminación y exclusión hacia personas con orientaciones sexuales distintas (LGTBIQ) , adolescentes embarazadas o en uniones tempranas, personas afrodescendientes, con algún tipo de discapacidad o aquellas personas que no responden a los estándares de belleza y consumo establecidos y comercializados como tal, entre otros….

Esta situación se agrava y se expande a través de las redes sociales desde donde continuamente suceden prácticas de violaciones a la privacidad y libertad de las personas sin respeto a su identidad ni a su derecho de ser distinta en todos los sentidos.

La prevención del suicidio debe ser parte de los programas de prevención de violencia de género, discriminación, bullying y exclusión. Integrar la felicidad y la alegría como práctica colectiva basada en el respeto, el diálogo y el manejo de resolución de conflictos de forma pacífica es parte importante de esta prevención además del fortalecimiento de las dimensiones socioafectivas desde la niñez que favorezcan al empoderamiento.

El Estado, con sus instituciones, tiene una responsabilidad importante en ofrecer desde el sistema educativo y de salud estas herramientas y en un abordaje transparente, abierto y horizontal desde las distintas situaciones de riesgo como fenómeno social. Los servicios de salud mental deben ofrecerse en todos los centros de salud con énfasis en la prevención colectivo-social de situaciones de riesgo con: comunidades, grupos de pares, familias y centros educativos. Este abordaje preventivo supone integrar las redes desde la contracultura al bullying, discriminación y exclusión hacia el fomento del sentido de cooperatividad, solidaridad y acogida afectivo-social de quienes sean vulnerables al aislamiento y la exclusión.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY