¿Cómo me separo del sufrimiento del otro, del mundo?

Para la mayoría de la gente es una tarea muy difícil, porque solo muy pocos individuos logran vivir dentro de un cascarón de hierro, que no permite que el sufrimiento o alegría de otros seres humanos penetren, y dedican todas sus energías al gozo egoísta de sus existencias.

La empatía y la simpatía hacia otros son necesarias, aunque dentro de parámetros que no nos hagan daños, pero que nos permitan actuar en solidaridad, ya sea en apoyo directo o sumándonos colectivamente a la causa de aquellos necesitados.

Las desgracias existen y nos arropan. En nuestra diaria existencia si no recibimos o causamos desgracias, somos testigos de otros que las sufren… Entonces, ¿cómo nos sustraemos de ellas?

Eso nos acompaña como con los siguientes dilemas morales:

  • ¿Cómo hago lo que es bueno y moral?
  • ¿Es cada uno responsable de su propia salvación?
  • ¿La pobreza existe porque hay muchos que no quieren trabajar?
  • ¿El que la hace la paga?

¿El que sufre es porque se lo buscó?