El Consejo Interamericano de Desarrollo Integral. El CIDI es el otro Consejo de la Organización: un Órgano a nivel ministerial (Artículo 93 de la Carta de la OEA), creado con el Protocolo de Managua de 1996, para “promover la cooperación entre los Estados Americanos con el propósito de lograr el desarrollo integral y en particular contribuir a la eliminación de la pobreza crítica” (Art. 94 Carta OEA). Toma sus decisiones según la regla de “un Estado, un voto” y celebra sus reuniones ordinarias por lo menos una vez por año, aunque puede celebrar otras reuniones para temas especializados o sectoriales (Art 96 Carta OEA). Se reúne además cuando lo convoque la Asamblea General, la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores o por propia iniciativa. Para llevar a cabo sus propósitos, el CIDI debe desarrollar las siguientes funciones: recomendar a la Asamblea General la aprobación del Plan Estratégico que cumple el rol de línea general de acción para articular las políticas, programas y actividades relativas a la cooperación para el desarrollo integral. Lógicamente, sus atribuciones de recomendación también abarcan la elaboración del programa-presupuesto de cooperación técnica (Art. 95 Carta OEA). Y, en tanto autoridad en materia de cooperación, debe “promover, coordinar y responsabilizar de la ejecución de programas y proyectos de desarrollo a los órganos subsidiarios y organismos correspondientes” (Artículo 95 de la Carta de la OEA).

Sus programas de cooperación deben estar en armonía con las normas de la Carta, en especial con el Capítulo VII de la misma en las áreas económicas, social, educacional, cultural, científica y tecnológica (Art. 94 Carta OEA). De allí que sus programas deban abarcar: 1) el desarrollo económico y social, incluyendo el comercio, el turismo, la integración y el medio ambiente; 2) el mejoramiento y extensión de la educación a todos los niveles y la promoción de la investigación científica y tecnológica; y, 3) el fortalecimiento de la conciencia cívica de los pueblos americanos, como uno de los fundamentos del ejercicio efectivo de la democracia y la observancia de los derechos y deberes de la persona humana (Art. 95 Carta OEA).

Dada la amplitud de sus objetivos, el CIDI cuenta con una serie de órganos subsidiarios especializados, creados por su Estatuto, para que ejecuten sus funciones. Entre esos órganos encontramos: la “Comisión Ejecutiva Permanente” (CEPCIDI), que tiene la función de gestión del Órgano; la “Agencia Interamericana para la Cooperación y el Desarrollo” (AICD), que desempaña un rol de planificación y programación de proyectos comprendido en el Plan Estratégico; las “Comisiones Especializadas No Permanentes” (CENPES), que son órganos técnicos y de apoyo para asistir en la evaluación de proyectos en las áreas prioritarias del Plan Estratégico; y las “Comisiones Interamericanas”, que son las encargadas de generar un espacio de intercambio relativo a cada sector de interés (Puertos, Comercio, Desarrollo Social, Ciencia y Tecnología, Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente) y, dar seguimiento a los mandatos ministeriales del CIDI. Fue precisamente a la “Comisión interamericana de puertos” que hizo referencia, en la 51a Asamblea General de la OEA, nuestro canciller Roberto Álvarez, como instrumento de cooperación hemisférica de asistencia técnica para la elaboración y ejecución de un plan integral para el desarrollo de Haití.

Tanto el Consejo Permanente como el Consejo Interamericano de Desarrollo Integral dependen directamente de la Asamblea General y cada uno tiene la competencia que la Carta y los Tratados interamericanos les asignan, sin perjuicio de aquellas tareas que les encomiende el Órgano superior de la Organización de los Estados Americanos: la Asamblea General o la Reunión de Consulta. Como es regla general en la OEA, sus decisiones se adoptan por un sistema en el que cada Estado tiene un voto. En líneas generales, se puede decir que son Órganos de información y asesoramiento (Art. 73 Carta OEA), sin embargo, por la naturaleza de sus funciones, el Consejo Permanente revela cierta preeminencia: es quien primero entenderá en las cuestiones de urgencia y quien vela por el mantenimiento de las relaciones de amistad entre los Estados Miembros.